QUITO.- Miles
 de venezolanos en Ecuador esperan, entre el escepticismo y la 
esperanza, el inicio este lunes del proceso de regularización migratoria
 iniciado por el Gobierno de Lenín Moreno, que estará abierto hasta el 
31 de marzo.
El
 nuevo visado para los migrantes que se hallan en el país -en frontera 
es exigido desde hace dos meses- servirá, según el Gobierno ecuatoriano,
 para incorporar a cientos de miles de ellos al flujo económico del país
 y regularizar su situación.
La
 implementación del proceso, en el marco del Decreto Ejecutivo 826, 
ofrecerá un visado humanitario excepcional para los que tengan pasaporte
 y un certificado apostillado de antecedentes penales, y se tramitará a 
través de la página "consuladovirtual.gob.ec".
"Nos
 permitirá, primero: regularizarnos en el país y, segundo: ampararnos 
ante cualquier situación de abuso laboral", dijo con optimismo la 
venezolana Ana Lucia Pasanisi, quien advierte de la fragilidad de los 
migrantes que no están regularizados.
Desde
 hace dos años, por Ecuador han pasado alrededor de 1,6 millones de 
venezolanos, de los que unos 400.000 se habrían quedado en el país y el 
resto seguido viaje, sobre todo a Chile y Perú.
De
 los que se quedaron, apenas unos 125.000 han obtenido o aplicado a 
algún tipo de visado, por lo que la gran mayoría ni siquiera consta en 
los registros civiles.
Pasanisi
 sostiene en ese sentido que el nuevo visado es "excelente" porque 
permitirá la regularización de los ciudadanos en este país, pero también
 porque hasta ahora la visa más solicitada era la "Unasur", que costaba 
250 dólares.
"Era
 inalcanzable para muchos y la documentación que pedía era engorrosa de 
tramitar", lo que hacía que muchos, "ante la desesperación, vinieran con
 las manos vacías", explica.
En
 una rueda de prensa el jueves, el viceministro de Relaciones Exteriores
 y Movilidad Humana, Carlos Alberto Velástegui, explicó que cualquier 
extranjero tiene a su disposición la gama entera de visas contemplada en
 la legislación local.
No
 obstante, según el plan del Gobierno, la humanitaria será gratuita y 
sólo demandará el pago de los gastos de gestión, 50 dólares. Además, 
eximirá de multas a todos aquellos que tengan vencidas anteriores visas.
"Esto
 ayuda bastante. Primero, por el costo y, segundo, porque es una 
regularización con una amnistía que servirá para aquellas personas en 
situación de irregularidad que entraron antes del 26 de julio", declara el presidente de la Asociación Civil Venezuela en Ecuador, Daniel 
Regalado.
Y
 es que las nuevas regulaciones, matiza este activista, "condonarán la 
multa de tres salarios mínimos que tenían por no haberse regularizado en
 su momento", una suma equivalente a más de 1.150 dólares.
A
 su juicio, esta regulación masiva es una situación de la que pueden 
"ganar todos" porque, con visado, el venezolano "generará una 
estabilidad económica al país por el pago de impuestos y permitirá el 
acceso de los trabajadores a los servicios de salud".
Permitirá
 además al Gobierno ecuatoriano "saber quiénes son" los migrantes, "qué 
están haciendo", y conocer mejor "sus necesidades para poder 
atenderlas".
Sin embargo, no todos acogen el plan con una sonrisa. Y tienen buenas razones.
Víctor
 Sasal, que lleva año y medio en Ecuador, cree que la nueva visa no es 
del todo "humanitaria", ya que no ayudará a todo el mundo.
Víctima
 de un robo en Colombia, a Ecuador entró sin la documentación necesaria 
que hoy se requiere para tramitar la visa y, por el momento, Sasal no 
podrá optar a ninguno de los modelos que ofrece el país.
Otro
 caso es el de Ricardo Vega, profesor de matemáticas y quien se queja de
 que el nuevo visado solo sirve para "los que entraron de forma legal y 
con toda la documentación", por lo que los que no cumplen esos 
requisitos, incluso si tienen la Carta Andina, no pueden aplicar al 
visado humanitario.
La Carta Andina era un documento válido de entrada cuando comenzó la ola migratoria, pero fue descalificada después.
Vega
 cree que el Gobierno ecuatoriano "ha querido darle la mano a los 
venezolanos", pero opina que "no es suficiente" y que esa falta de 
medidas conlleva que cada vez haya "más venezolanos que buscan regresar a
 su país independientemente de la situación que atraviesa Venezuela".
Velástegui
 no se pronunció sobre qué pasará con este tipo de migrantes, pero no 
son pocos los venezolanos que temen ser expulsados del país, sobre todo 
los que entraron por pasos irregulares o lo hicieron sin pasaportes.
Es
 necesario "entender que las personas que entraron de forma ilegal van a
 tener dificultades para optar al visado", aclara Regalado, y con el 
futuro nuevo proyecto de Ley de Movilidad Humana, "es probable que se 
modifique el apartado de la deportación en situaciones de irregularidad,
 y eso les va a afectar".
"Comprendemos
 que disguste que no todo el mundo pueda ser partícipe de esta 
regularización, pero, lamentándolo mucho, esas son las reglas del juego y
 tenemos que respetarlas", concluyó el activista.