BUENOS AIRES.- La asociación Abuelas de Plaza de Mayo ha anunciado
este lunes la localización del nieto recuperado número 140, secuestrado
durante la última dictadura militar e identificado como el hijo de los
detenidos Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, militantes del PRT-ERP, secuestrados el 16 de diciembre de 1976 en Cutral.
"Anunciamos
con enorme felicidad y damos la bienvenida al nieto número 140, hijo de
Graciela Romero y Raúl Eugenio Metz. ¡Bienvenido!", ha anunciado la
presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, en una rueda de prensa
celebrada este lunes en Buenos Aires y recogida por medios argentinos.
De
Carlotto ha informado del hallazgo junto a la hermana del bebé
desaparecido, Adriana, quien fue la principal impulsora de la búsqueda.
"Es un bálsamo para seguir a pesar de las circunstancias", ha destacado
De Carlotto.
El nuevo nieto restituido nació el 17 de abril de
1977 en el centro clandestino de internamiento conocido como La
Escuelita de Bahía Blanca, localidad de donde eran oriundos su madre y
su padre. Su madre estaba embarazada de cinco meses cuando fue
encarcelada.
Durante
las semanas que estuvieron presos ambos fueron torturados y aún están
desaparecidos. Graciela dio a luz a un bebé en cautiverio, pero dejaron
huérfana a Adriana cuando tenía un año. Sus abuelos paternos, Óscar y
Elisa, fueron quienes educaron a la niña y la acompañaron en la búsqueda
de su hermano.
La Asociación Abuelas de Plaza
de Mayo ha destacado además la "labor silenciosa" de los trabajadores de
la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad "que trabajan con
condiciones precarias" y que continúan con sus tareas porque la historia
de cada una de las personas que desconoce su identidad, "debe ser
resuelta".
"Con la restitución del nieto 140
confirmamos, una vez más, que nuestros nietos y nietas están entre
nosotros. Los vamos a encontrar gracias al trabajo que llevamos hace 47
años", ha recalcado De Carlotto.
Abuelas de
Plaza de Mayo denuncian que hay todavía unos 300 nietos y nietas que
continúan desaparecidos.
"Hoy son personas adultas que no saben quienes
son y los seguimos buscando todos los días como las abuelas lo vienen
haciendo hace 46 años", ha destacado la portavoz de Abuelas de Plaza de
Mayo y nieta restituida Claudia Victoria Poblete Hlaczik.
La historia familiar
La mamá del nieto 140, Graciela Romero,
nació el 21 de agosto de 1952 en Bahía Blanca, provincia de Buenos
Aires. Su familia la llamaba "Peti" y tenía tres hermanos. Su hermana
menor, María Elena, también fue asesinada por la dictadura en 1977.
Graciela era estudiosa, emprendedora y aguerrida. Tenía buen humor,
cocinaba bien y también cosía. Estudió Economía, hasta que se casó y se
abocó a la militancia.
El papá, Raúl Metz, nació en Bahía Blanca
el 24 de agosto de 1953. Sus amigos lo apodaban "El Melli", porque tenía
un hermano gemelo. Los Metz eran diez hermanos. Se criaron en un hogar
politizado, ya que el abuelo Metz era militante del Partido Comunista y
trabajador ferroviario. Raúl tenía sentido del humor, aunque era un poco
calentón.
Comenzó su militancia en la Federación Juvenil Comunista,
junto a su gemelo Néstor. Eran compinches, militaban, iban juntos al
colegio, compartían salidas y amigos. Desde los 13 años trabajaban como
cadetes en una tintorería. Luego ingresaron al Ferrocarril, como su
padre.
“Los Mellis”, como los conocía todo el barrio, sufrieron
su primera detención bajo la dictadura de Onganía. Con 19 años, fueron
llevados a la cárcel de Bahía Blanca y luego como “presos de máxima
seguridad” a Devoto.
Mientras estaban detenidos en Bahía se realizó una
campaña pidiendo su liberación. Entre las organizadoras estaba Graciela.
Cuando Raúl y Néstor salieron de la cárcel se alejaron del PC, pero
siguieron militando en comedores barriales.
Allí Raúl conoció a Graciela
y se enamoró. Juntos ingresaron al PRT-ERP. Al tiempo se casaron y
llegó Adriana, su primera hija. Vivieron en Bahía Blanca, hasta que la
persecución los acorraló y decidieron mudarse a Cutral-Có, provincia de
Neuquén.
Graciela y Raúl fueron secuestrados el 16 de diciembre
de 1976 en Cutral-Có, ella embarazada de cinco meses. Por testimonios de
sobrevivientes pudo saberse que permanecieron detenidos en el centro
clandestino "La Escuelita" de Neuquén, donde fueron torturados física y
psicológicamente. Luego fueron llevados al centro clandestino “La
Escuelita” de Bahía Blanca, donde también sufrieron brutales tormentos.
Raúl
Metz fue sacado de ese centro clandestino a fines de enero y desde
entonces se encuentra desaparecido. Graciela, con 24 años, durante su
cautiverio dio a luz un varón en abril de 1977. Ese bebé, hoy adulto,
hasta el viernes último desconocía su verdadera identidad y que una
familia entera lo estaba buscando. Graciela continúa desaparecida.
Adriana
tenía un año cuando las fuerzas represivas se llevaron a sus padres,
unos vecinos -Edelvina Guiñez y Miguel Panijan- la cuidaron hasta que
sus abuelos paternos Oscar y Elisa fueron a su encuentro.
Las búsquedas
Las
familias Metz Romero buscaron a Graciela, Raúl y el bebé que estaba en
camino desde el instante que supieron de su secuestro. Oscar y Elisa
llevaron la iniciativa de esta búsqueda: hábeas corpus, denuncias
internacionales, presentaciones, hasta el final de sus días.
Con la
mayoría de edad, Adriana hizo suya la búsqueda, siempre cercana a la
institución, a donde acompañaba a su abuela Elisa desde pequeña. Su tía,
Elisa Metz, muchas veces visitaba a la filial de Abuelas La Plata
buscando alguna novedad sobre su sobrino.
En 2009, como una
botella tirada al mar, Adriana abrió un blog, “Poncho de Lana”, en el
que le contaba a su hermano quién era, cómo lo buscaba y lo esperaba.
Allí le escribió una carta para su cumpleaños. Desde entonces cada 17 de
abril lo saludaba, con la ilusión de ser leída. Adriana participó de
cada producción y actividad institucional, con la certeza de que sólo
encontraría a su hermano buscando a todos. Y al final, hay recompensa.
A
partir de información que Abuelas recibió de manera anónima, se inició
una investigación que luego se trabajó de manera conjunta con la CoNaDI y
la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el
Terrorismo de Estado (UFICANTE).
Este trabajo conjunto permitió reforzar
la hipótesis de una posible apropiación, reunir la documentación
necesaria y profundizar en el caso. En este marco, y una vez finalizada
esta etapa, en abril de este año, la CoNaDI tomó contacto con el posible
nieto para brindarle toda la información recabada.
Así, él accedió a
concurrir al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y dejar su muestra
de ADN, para ser cotejada con las familias que buscan.
Finalmente,
el viernes último el BNDG comunicó a la CoNaDI el resultado de ADN y la
Comisión le informó al hombre que efectivamente se trataba de un caso
de apropiación y que su perfil coincidía con el de la familia Metz
Romero.
Durante el fin de semana ambas familias fueron notificadas, lo
que hoy nos permite comunicar a la opinión pública que hemos encontrado
al nieto 140.
La prueba irrefutable
"Cada restitución revela
de manera irrefutable que la dictadura ejecutó un plan de exterminio,
que cometió un genocidio. Cada nieto viene a confirmar que el Estado
terrorista secuestró personas, las mantuvo ocultas en Centros
Clandestinos de Detención bajo torturas, las asesinó y desapareció sus
cuerpos.
Que en esos campos de concentración existieron maternidades
clandestinas, donde las detenidas, como Graciela Romero, dieron a luz a
sus hijos en condiciones infrahumanas. Que hubo un plan sistemático de
apropiación de menores, condenando a esos niños a vivir en la mentira y a
sus familias biológicas a buscarlos indefinidamente.
Cada
restitución de un nieto es también la confirmación de que el trabajo
sostenido y colectivo nos permitirá seguir encontrándolos. Esta
restitución nos reúne para darnos fuerzas y ratificar que el rol del
Estado, las políticas públicas, la solidaridad, el acompañamiento, el
amor y la perseverancia, son la garantía del Nunca Más.
Pero para que
estas búsquedas se sostengan es imprescindible que el Estado siga
existiendo. Por eso exigimos que se derogue el decreto N°351/2025, que
deja en extrema vulnerabilidad al Banco Nacional de Datos Genéticos
(BNDG).
Hoy el Estado restituye un derecho fundamental para
cualquier persona: el derecho a la identidad. Las Abuelas hacen justicia
por los abuelos que no están y por toda la familia Metz Romero que
buscó sin descanso.
Una vez más, la verdad arrasadora vuelve a imponerse
al olvido y florece la identidad. Todavía falta encontrar a 300 nietos y
nietas apropiados durante el terrorismo de Estado. Sigamos siendo ese
país que iluminó al mundo en el camino de la Memoria. Luchemos para que
la verdad no se apague".