FORTALEZA.- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura (UNESCO) ha alertado este viernes de que en diez años la
población mundial sin escolarizar se ha reducido tan solo un uno por
ciento, lo que sitúa el número de niños y jóvenes sin acceso a educación
en todo el mundo en 251 millones.
En su Informe de Seguimiento
de la Educación en el Mundo de 2024 publicado este viernes, la UNESCO
advierte que pese a los avances y compromisos internacionales adoptados
en las últimas décadas, esta cifra "sigue siendo muy alta".
"La
educación es el motor clave de las sociedades prósperas, integradoras y
pacíficas. Sin embargo, la educación de calidad corre el riesgo de
convertirse en el privilegio de unos pocos, si no tomamos medidas serias
para dar a todos los niños del mundo las mismas oportunidades de
aprender y prosperar", señala la directora general de la UNESCO, Audrey
Azoulay.
El organismo pone el acento en las disparidades regionales: más de la
mitad de los niños y jóvenes sin escolarizar se encuentran en países de
África subsahariana. En estados de renta baja, esta tasa alcanza el 33
por ciento, frente al tres en aquellos de renta alta.
Pese a ello, la UNESCO celebra la incorporación de más de 110
millones de niños y jóvenes al sistema educativo desde 2015, cuando se
adoptó el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU sobre educación.
En este período, el número de jóvenes que finalizan sus estudios en todo
el mundo se ha incrementado en 40 millones.
Por otra parte, en
un segundo informe elaborado junto al Banco Mundial, la UNESCO advierte
de la falta crónica de inversión real en el sector educativo. En el
documento, ambas instituciones constatan que cuatro de cada diez países
destinan menos del 15 por ciento de su gasto público total y menos del
cuatro por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) a la educación.
En particular, los países con altos ingresos invierten 8.543 dólares
por estudiante (7.854 euros), una suma que baja hasta los 55 dólares (50
euros) por alumno en los países de ingresos bajos y medios. Además, en
África los Estados gastan actualmente casi tanto en hacer frente a sus
niveles de deuda como en educación.
También ha supuesto un
obstáculo para universalizar el acceso a la educación la reducción de la
ayuda mundial, pasó del 9,3 por ciento en 2019 al 7,6 por ciento en
2022.
Para responder a estos desafíos, el organismo de Naciones
Unidas junto a representantes del G20 reunidos desde este viernes en
Fortaleza (Brasil), ha instado a los Gobiernos a diseñar mecanismos
innovadores de financiación, como los canjes de deuda por educación.
"Hoy, en la Reunión Mundial sobre la Educación de la UNESCO, pedimos
un liderazgo audaz para cambiar el rumbo y reforzar las inversiones en
educación, entre otras cosas mediante mecanismos renovados de
solidaridad entre los países de ingresos altos y los de ingresos bajos",
ha declarado Azoulay.