WASHINGTON.- La parálisis de la administración estadounidense causada por el "shutdown" podría tener consecuencias imprevistas, como embarrar las estadísticas económicas de la economía más grande del mundo en un momento en que los mercados son extremadamente sensibles a cualquier incertidumbre.
En el noveno 
día de la batalla entre el presidente Donald Trump y los demócratas en 
el Congreso, la publicación de indicadores van con retraso.
A falta de un acuerdo sobre la financiación para la 
construcción de un muro en la frontera con México, miles de funcionarios
 públicos se han visto obligados a abandonar sus oficinas por falta de 
fondos, lo que impide la divulgación de algunos datos económicos claves.
"No
 habrá una publicación bajo embargo de datos de la Oficina del Censo o 
de la Oficina de Análisis Económico (BEA) debido al cierre del gobierno 
que afecta a estas agencias", advirtió la semana pasada Suzanne Bohnert,
 vocera del Departamento de Trabajo, encargado de la publicación de 
estos indicadores.
Un correo electrónico automático resume la 
situación cuando se le pregunta al Departamento de Comercio sobre los 
indicadores: "No se puede acceder a la BEA debido al cierre del 
gobierno. (...) Los funcionarios no están disponibles para responderle 
hasta que se transfieran fondos".
Por el momento, la publicación del ritmo de ventas de casas nuevas se ha pospuesto.
Pero
 si el bloqueo continúa después del 1 de enero, podría afectar también a
 los datos de gastos de la construcción, el de los pedidos industriales 
y, sobre todo, al de la balanza comercial, previsto para el 8 de enero. 
Una cifra especialmente sensible para los mercados debido a la guerra 
comercial emprendida por Trump.  
Se espera que uno de los 
indicadores cruciales, el de la cifra de empleo de noviembre, que 
normalmente se publica el primer viernes de cada mes, se mantenga para 
el 4 de enero, ya que el Departamento de Trabajo todavía tiene fondos 
para funcionar. 
Más allá de dar estos datos, la recopilación de información comienza a estar comprometida. 
"El estancamiento 
presupuestario reduce ya el suministro de elementos esenciales para 
cualquier mercado: los datos económicos federales", dijo preocupada en 
un tuit Diane Swonk, renombrada economista del grupo Grant Thornton 
International.
"Si continúa podría tener un impacto en los 
mercados financieros así como en las decisiones sobre la tasa de interés
 de la Fed en 2019", advirtió.
En un contexto de extrema volatilidad en los mercados 
bursátiles, preocupados por los aranceles con China y la política 
monetaria de la Fed, el cierre puede agregar una nueva dosis de 
inestabilidad.
Económicamente, la parálisis parcial de los 
servicios administrativos debería tener un impacto negativo modesto en 
el crecimiento, aunque sí debe notarse más en la capital donde los 
funcionarios afectados dejan de cobrar. 
"Mientras que el impacto 
económico de un cierre parcial de dos semanas es mínimo, menos de 0,1 
puntos porcentuales del crecimiento del Producto Interno Bruto, éste 
añadirá incertidumbre política en un momento inoportuno", predijeron 
desde Oxford Economics.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser,
 instó al presidente Trump a poner fin a la parálisis, alegando que los 
170.000 funcionarios federales de la capital "pagan un alto precio".
El desempleo forzado de los funcionarios públicos también tiene consecuencias inesperadas en el sector privado. 
El
 viernes, la Asociación Nacional de Agentes de Bienes Raíces (NAR, por 
sus siglas en inglés) expresó su temor en el impacto de las ventas de 
viviendas en áreas donde es obligatorio contratar un seguro obligatorio 
contra inundaciones para conseguir una hipoteca: "Cuanto más dure el 
cierre, menos casas se venderán y más lento será el crecimiento 
económico", expresó Lawrence Yun, economista de la NAR.

 
 
 
 

 
 

