FRANCFORT.- La baja inflación, la volatilidad de los mercados y la debilidad de algunas de las principales economías de la eurozona aumentan la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que adopte nuevas medidas de estímulo, cuya concreción, sin embargo, no está prevista para la reunión que se celebra mañana jueves en Malta.
Los analistas consultados coinciden en que el 
Consejo de Gobierno del BCE esperará a la reunión de diciembre o incluso
 a 2016 para decidir si amplía la cuantía o la duración del programa de 
compra de deuda pública y privada, conocido como 'Quantitive Easing', 
con el fin de lograr sus objetivos.
El analista de XTB, Javier Urones, ve "poco factible" que el 
presidente del BCE, Mario Draghi, "muestre sus cartas" en la reunión de 
octubre, por lo que los inversores seguirán con atención la rueda de 
prensa posterior, atentos a cualquier mensaje entrelíneas que pueda 
ofrecer el banquero central.
"En caso en el que su discurso sea 'dovish' o expansivo, podríamos
 dar validez a los rumores y empezar a pensar en que la reunión de 
diciembre puede depararnos un nuevo estímulo a la economía de la zona 
euro, algo que desde luego sería muy bien aceptado por las bolsas", 
incide Urones.
El estratega de mercados de IG, Daniel Pingarrón, también ve posible
 que el lenguaje de Draghi y de otros miembros del BCE se adapte para ir
 preparando al mercado para una ampliación del programa de compra de 
deuda, bien en tamaño (de los 60.000 millones mensuales podríamos pasar a
 cifras cercanas a los 100.000) o en duración (alargando las compras más
 allá de septiembre de 2016).
Sin embargo, Pingarrón cree que un anuncio en esta dirección no se
 producirá en la reunión de este jueves, "ni siquiera antes de que 
termine el año", y espera tenga lugar en "los próximos meses".
En esta línea, el analista de Selfbank Felipe López-Gálvez apunta 
que, "viendo que el BCE suele actuar tarde, es poco probable que el 
anuncio de mayores estímulos se vaya a producir en la reunión de 
octubre".
Los analistas de Morgan Stanley también creen que un debate 
"intenso" sobre estímulos adicionales dentro del Consejo de Gobierno se 
pospondrá hasta la reunión de diciembre, coincidiendo con la publicación
 de las nuevas previsiones de crecimiento.
El estratega de mercados de IG remarca que lo sucedido este verano
 con los mercados y la economía China, y el consecuente impacto en los 
mercados y en la economía internacional, "ha cambiado drásticamente el 
guión".
 "Ahora, el escenario central pasa por que el próximo paso del 
BCE no sea debatir sobre la reducción o retirada del QE, sino sobre la 
ampliación de este", afirma.
En este sentido, subraya que las previsiones actuales sobre 
inflación de la institución la sitúan en un 1,1% para finales del 2016, 
casi un 50% por debajo de lo que proyectaban cuando se lanzó el programa
 de compra de deuda.
A este respecto, López-Gálvez agrega en el último dato de IPC en 
la zona euro (-0,1% en septiembre) hace pensar que el BCE tendrá que 
tomar más medidas si quiere llegar a su objetivo del 2%. Además, incide 
en que la inflación subyacente también está por debajo del objetivo, por
 lo que las materias primas no son la única causa del estancamiento de 
precios.
Por su parte, Urones remarca los datos reflejan que las medidas 
adoptadas hasta ahora "no son suficientes para relanzar la maltrecha 
economía europea", ya que, al margen del notable crecimiento de países 
periféricos como Irlanda o España, las economías clave de la región, 
Alemania y Francia, "no atraviesan su mejor momento".
Asimismo, el analista de XTB resalta que desde la última reunión 
celebrada el 3 de septiembre, el euro, lejos de depreciarse, se ha 
revalorizado un 2,3% frente al dólar, por lo que la economía pide de 
nuevo a Draghi "subir una marcha más en su política monetaria 
expansiva".
Por su parte, el analista de Selfbank añade que la divisa común 
europea, que iba camino de tocar la paridad con el dólar, está rebotando
 debido a que la subida de tipos en Estados Unidos no llega a 
producirse. "Ante estas dudas de la Reserva Federal (Fed), unos mayores 
estímulos en Europa provocarían esa depreciación del euro que tantas 
alegrías dio a la renta variable europea a principios de año", resalta.

