La situación en Ucrania, donde los aliados tendrán que comprometerse a
largo plazo con la seguridad del país, y la urgencia generada por la
vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca hace que la discusión entre
aliados para pactar un nuevo compromiso coja temperatura, toda vez el
nuevo objetivo de gasto se espera para la cumbre de líderes de la OTAN
en La Haya de finales de junio.
De fondo está la necesidad de la alianza
de renovar el objetivo del 2% pactado en 2014, que a día de hoy cumplen
23 de los 32 aliados, con España a la cola con el 1,28%.
Mientras Rutte valora el esfuerzo para elevar el presupuesto de
Defensa tras la invasión rusa de Ucrania, insiste en que el listón
marcado hasta ahora es insuficiente ante las necesidades militares y las
carencias "demasiado grandes" de los Ejércitos europeos.
A la
urgencia política que le imprime Trump con su demanda de gastar el 5% en
Defensa se suma el ejercicio de evaluación interno de la OTAN para
renovar los objetivos de capacidades militares que deben cumplir los
aliados.
Este mismo miércoles Rutte ha incidido en que el
nuevo compromiso se alcance "más pronto que tarde" y se fije un
"calendario creíble" para que no suceda como en 2014 cuando los aliados
se comprometieron a gastar el 2% pero luego no se aceleró la inversión
hasta pasados unos años.
"Eso es sencillamente inaceptable. Y no porque
solo el presidente Trump nos lo pida, sino porque tenemos que
defendernos", ha señalado.
De telón de fondo están los nuevos niveles mínimos de recursos
militares que fijará la OTAN. Un alto cargo aliado avanza que estos
objetivos están un tercio por encima de los anteriores, de 2021, lo que
se traduce en mayor exigencia militar a la vista de que están vinculados
a unos planes de Defensa concretos para responder ante amenazas de
seguridad.
"La defensa colectiva conlleva un coste en recursos
y se refleja en el nivel de ambición al que nos enfrentamos ahora. Así
que estamos probablemente un 30% por encima de lo que estábamos en el
último ciclo", explica este alto cargo, que indica que muchos de los
miembros de la OTAN no cumplen con los objetivos previos, por lo que
deberán realizar un esfuerzo "significativo" en inversión militar para
"ponerse al día y cumplir las nuevas demandas".
Todas las voces
en los cuarteles generales de la OTAN advierten de que el listón del 2%
está caduco y no se ajusta a las necesidades presentes y futuras de la
seguridad euroatlántica.
"En la mayoría de los casos, el 2% apenas
bastaba para alcanzar los antiguos objetivos de capacidad, por lo que ya
hemos superado con creces ese punto y esperamos que los países, si
quieren cumplir sus compromisos, gasten mucho más de lo que gastan en la
actualidad", subraya la fuente aliada.
En contraste con Estados Unidos, Polonia o los bálticos, los aliados
más entusiastas con el gasto militar, España se sitúa a la cola en la
OTAN y junto a Italia, Canadá, Bélgica o Luxemburgo queda lejos de la
cifra de gasto mínima pactada entre aliados.
Pese a ser
farolillo rojo, el Gobierno insiste en sus planes para alcanzar el
umbral del 2% en gasto militar en 2029, descarta acelerar la senda de
inversión y se muestra escéptico con el listón del 3%.
El Ejecutivo
señala a otros países grandes como Italia o Francia, que tampoco
alcanzarán ese objetivo, y apunta que Alemania llega justo al listón del
2%, por lo que centra la atención en que se logre un lenguaje de
compromiso que sea aceptable para los países a la cola en gasto militar.
Entre los elementos de negociación para conformar el nuevo horizonte
de gasto está cómo se contabiliza el gasto en Defensa, sobre el que no
hay criterios unificados en la OTAN, así como el destino de las
inversiones para garantizar que es en capacidades y no gastos corrientes
o una adecuada consideración de los recursos dedicados a la lucha
antiterrorista o la aportación a misiones y operaciones, campo en el que
destaca España con presencia en media docena de escenarios.
Como sintetiza otra fuente dentro de la OTAN, el 3% es una cifra "muy
probable", pero será difícil alcanzar un consenso entre los 32 miembros
de la organización, al tiempo que apunta al plazo para cumplir con el
nuevo compromiso o la métrica para alcanzar el objetivo como variables
que manejarán los países para cerrar un acuerdo a finales de junio.
Aparte de la cuestión del gasto, la cita viene marcada por el anuncio
de Trump de que iniciará negociaciones "de inmediato" con el presidente
ruso, Vladimir Putin, para acabar con el conflicto.
Esta noticia se ha
conocido después de que el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete
Hegseth, haya avanzado en Bruselas ante los aliados de la OTAN que la
Administración Trump no cree "realista" algunas de las demandas de
Ucrania, como su adhesión a la OTAN o volver a las fronteras de 2014
para una salida negociada a una guerra que está a punto de cumplir tres
años.
"Estados Unidos no cree que la entrada de Ucrania en la
OTAN sea realista para un acuerdo negociado", ha señalado Hegseth en su
intervención ante la reunión del grupo de contacto sobre Ucrania en su
primer intercambio con sus homólogos de la OTAN y el ministro de Defensa
ucraniano, Rustem Umerov.
Hasta ahora la línea en la
organización militar pasaba por reforzar militarmente a Ucrania para
mejorar su posición ante unas eventuales negociaciones, de las que se
pedía que dieran una paz "justa y duradera" para disuadir futuros
ataques de Putin.
"Sea lo que sea lo que salga de esas
conversaciones y cuándo ocurrirá, tenemos que estar seguros
colectivamente y garantizar colectivamente que lo que salga de ellas sea
duradero, para que no se repita lo que ocurrió con el acuerdo de Minsk
en 2014", ha advertido Rutte, quien en todo caso ha evitado referirse a
la integración euroatlántica de Kiev alegando que este aspecto forma
parte de las futuras conversaciones en el seno de la alianza y
probablemente con el presidente ruso.