Los líderes europeos se unían
todos a una este jueves en Bruselas en pro de la protección de Ucrania, pero también de la suya propia ante algo que consideran más que factible: el ataque de Rusia a otros países.
En una cumbre extraordinaria convocada por el presidente del Consejo
Europeo, António Costa, los Veintisiete se comprometieron a "acelerar la movilización de los instrumentos y financiación necesaria
para reforzar la seguridad de la UE y la protección de sus ciudadanos",
siempre en colaboración con la OTAN.
Este nuevo texto de conclusiones,
bautizado como ReArm Europe y que tiene como único fin del rearme de los
países, fue avalado por todas las capitales, un respaldo unánime que,
por el contrario, no fue alcanzado en el capítulo sobre el apoyo militar
a Ucrania, del que se desmarcó Hungría, liderada por Viktor Orbán.
"Este es un momento existencial para Europa", proclamaba este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
"Europa se enfrenta a un peligro existencial y presente, y por lo tanto
debe poder protegerse, defenderse; igual que tenemos que poner a
Ucrania en una posición de fuerza", agregaba ante el beneplácito de los
Veintisiete, que han sido liderados durante los últimos días por Reino
Unido y Francia para llegar a un pacto.
Pero ¿cuáles son los puntos principales de lo avalado en Bruselas?
Dentro del plan pactado y previamente ideado por Von der Leyen se ha dado luz verde a una de las medidas estrella: los préstamos de 150.000 millones en diez años.
Con este nuevo elemento financiero se proporciona a los Estados
miembros créditos respaldados por el presupuesto comunitario de hasta
150.000 millones de euros, aunque pone el peso sobre el presupuesto
nacional con iniciativas como activar de manera coordinada la cláusula de escape,
es un mecanismo con el que se permite a un país saltarse las reglas
fiscales en un determinado contexto, para que la inversión en defensa no
compute en el déficit.
Esta medida ya se utilizó durante la pandemia de la covid-19 como base del plan de recuperación y para hacer frente a la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania.
En este sentido, los préstamos abren la puerta a dar asistencia financiera a los países
que lo necesiten en caso de "severas dificultades para proveerse de
algunos productos" o en caso de serias dificultades causadas por
desastres naturales "o circunstancias excepcionales" fuera de su
control.
El plan pactado este jueves, además, asciende a 800.000 millones de
euros en cuatro años de gastos de Defensa, una cifra histórica, de los
que 650.000 procederán de incrementar un 1,5% el déficit
máximo autorizado a los Estados.
El resto vendrá de financiación
comunitaria y compras y licitaciones conjuntas para apoyar a Ucrania y
reducir la dependencia con EEUU tras el giro dado por su presidente con
respecto al conflicto.
Por otro lado, el texto también apuesta por poder desviar fondos de Cohesión
para compras de Defensa. Este se creó con el objetivo de reforzar la
cohesión económica, social y territorial de la Unión Europea con vistas a
fomentar el desarrollo sostenible para el periodo 2021-2027.
En
concreto, financia proyectos medioambientales y de redes transeuropeas
en los Estados miembros cuya renta nacional bruta per cápita es inferior al 90% de la media de la Unión.
Los Veintisiete también quieren sumar inversión a través de proyectos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Su presidenta, Nadia Calviño subrayaba este miércoles que la entidad está "preparada para hacer más" en el ámbito de la seguridad y la defensa,
al tiempo que destacaba que "cada euro invertido por el BEI es un euro
invertido en la seguridad europea".
La exministra española explicó que
pedirá integrar en el programa operativo general del banco la iniciativa
de seguridad y defensa que ahora cuenta con una asignación específica
de 8.000 millones de euros, de forma que este ámbito pase a formar parte
de las prioridades estratégicas.
Más allá de las medidas, los dirigentes de la UE han identificado por primera vez una lista de "ámbitos prioritarios" para reforzar sus capacidades,
de tal forma que esta lista sirva de guía para las inversiones
inmediatas en defensa, en coherencia con la OTAN y teniendo en cuenta
las "lecciones aprendidas en Ucrania".
En lo alto de la lista europea se encuentra la defensa antiaérea, los
sistemas de artillería, incluyendo capacidades de ataque de precisión profunda, misiles y municiones y sistemas de drones y antidrones.
La UE incluye también entre sus prioridades invertir en enablers estratégicos,
en movilidad militar, en elevar la protección de infraestructuras
críticas, las amenazas ciber y la Inteligencia Artificial, así como la
guerra electrónica.
Además, el texto hace hincapié en que las fronteras de la UE terrestres, marítimas y aéreas,
sobre todo en el flanco oriental, deben ser protegidas, aunque a
petición de España e Italia, también incluye una mención a las amenazas
provenientes del flanco sur.