Tras la cumbre de urgencia convocada por Macron ante los pasos
diplomáticos iniciados por el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, con el presidente ruso, Vladimir Putin, que amenazan con un
acuerdo de paz a espaldas de los europeos y ucranianos, el canciller de
Alemania, Olaf Scholz, ha insistido en que Ucrania no puede acatar "una
paz impuesta" ni "aceptar lo que se le presente sin importar las
condiciones".
Por ello, ha asegurado que Kiev puede seguir
contando con el apoyo europeo y "confiar" en los países del bloque. En
todo caso, ha enfriado la opción de enviar tropas al terreno para
controlar un eventual alto el fuego, como sí defienden Reino Unido o
Francia, al señalar que es un debate prematuro.
En cambio,
Scholz sí ha confirmado un compromiso común para elevar "al menos" al 2
por ciento del PIB el gasto en Defensa y que éste quede al margen de los
límites de control presupuestarios.
Por su parte, el primer
ministro británico, Keir Starmer, ha resaltado que es fundamental que
haya implicación de Estados Unidos para disuadir a Moscú de futuros
ataques. "Lo importante es que nos aseguremos de que Ucrania esté en la
posición más fuerte posible", ha señalado tras salir de la reunión.
"Tenemos que reconocer la nueva era en la que nos encontramos, no
aferrarnos irremediablemente a las comodidades del pasado", ha indicado,
agregando que "sólo una paz duradera en Ucrania que salvaguarde su
soberanía disuadirá a Putin" de nuevas agresiones.
El 'premier'
británico, que ha informado que irá a Washington la próxima semana, ha
insistido en que la clave es "mantener la paz a través de la fuerza".
"Los europeos tendrán que dar un paso adelante, tanto en términos de
gasto como de capacidades que proporcionamos a Ucrania", ha resaltado.
En la misma línea, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, ha
subrayado que la cita ha servido para cerrar filas respecto a la
urgencia de reforzar la cooperación con Estados Unidos para las
conversaciones de paz y el fin de la guerra en Ucrania, admitiendo que
Europa debe tener un papel mayor para garantizar la seguridad en el
continente.
En lugar de confrontar con Washington, los
europeos deben afrontar que las relaciones trasatlánticas "se encuentran
en una nueva fase", ha argumentado Tusk. "Todos lo vemos. Nadie debería
sorprenderse", ha asegurado, apuntando que los socios europeos deben
asumir que "Europa tenga una capacidad de autodefensa mucho mayor".
Igualmente, ha enfatizado la necesidad de elevar el gasto en Defensa,
algo que según ha dicho suscitó "unanimidad" en la mesa. "No hay por
qué irritarse cuando un aliado americano dice, gastad más, sed más
fuertes, sed más resistentes, porque estas palabras están absolutamente
justificadas con los hechos", ha apuntado, si bien ha mantenido la
negativa a desplegar fuerzas de paz en Ucrania, al igual que Alemania y
contrario a Reino Unido o Francia.
En todo caso, sobre los
mecanismos de seguridad para asegurar que Rusia no repite una nueva
invasión en el futuro, Tusk ha vuelto a insistir en el papel de
Washington admitiendo que sin el apoyo de Estados Unidos "es difícil
imaginar una garantía de seguridad efectiva".
De igual forma,
la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, ha reiterado que el
mensaje más importante de la cita es que Europa debe reforzar su
defensa, si bien como el resto de líderes europeos ha resaltado que es
"pronto" para hablar de tropas.
"Un alto el fuego puede parecer
mejor de lo que es. Corremos el riesgo de que esto no traiga la paz,
sino que Rusia utilice el alto el fuego para movilizarse, empezar de
nuevo y atacar a otro país", ha advertido, según han recogido los medios
daneses.
Por su lado, el presidente del Gobierno de España,
Pedro Sánchez, ha dejado claro que hay tres líneas rojas que se deben
cumplir en las inminentes negociaciones de paz como es contar con
Ucrania y la UE, que las conversaciones refuercen el orden multilateral y
el Derecho Internacional y que tengan como resultado "una Unión Europea
más fuerte".
Sánchez ha defendido que hay que lograr "una paz
justa y duradera" en Ucrania y no un "nuevo cierre en falso", como ya
ocurrió con la anexión de Crimea por parte de Moscú, y que "nos podamos
encontrar dentro de unos años con una crisis aún mayor".
En
cuanto a las futuras garantías de seguridad o incluso el despliegue de
tropas en Ucrania una vez haya un acuerdo de paz, Sánchez ha advertido
de que "todavía estamos en guerra" y, por tanto, no se dan aún las
"condiciones" para abordar esta posibilidad, pero ha recalcado que en
las eventuales garantías de seguridad "tiene que haber responsabilidad y
solidaridad de todos los aliados".
"De todos los aliados", ha
remarcado.
Por su lado, la presidenta de la Comisión Europea,
Ursula von der Leyen, ha asegurado en un mensaje en redes sociales que
la cita de líderes europeos ha servido para "reafirmar que Ucrania
merece la paz a través de la fuerza". Ha defendido una paz que "respete
la independencia, soberanía e integridad territorial", "con sólidas
garantías de seguridad", recalcando que Europa tiene que asumir
"íntegramente" su parte de la ayuda militar a Ucrania y elevar la
Defensa en el continente.
Más tarde, fuentes europeas han
asegurado que los líderes han coincidido en al menos cuatro puntos,
entre ellos elevar los presupuestos de defensa tanto a nivel individual
como dentro del bloque comunitario, así como ofrecer garantías de
seguridad en función del nivel de apoyo estadounidense.
Las
fuentes también han resaltado que están a favor de la narrativa de Trump
sobre la "paz a través de la fuerza", mientras que también han
convenido que es peligroso un alto el fuego sin llegar previamente a un
acuerdo de paz, en alusión al pacto de Minsk, que no logró poner fin al
conflicto en la región del Donbás.
A la reunión de París,
auspiciada por Macron, han acudido los jefes de Gobierno de España,
Alemania, Reino Unido, Italia, Polonia, Países Bajos y Dinamarca.
También han asistido los responsables de la Comisión y el Consejo
europeos, Ursula von der Leyen y António Costa, respectivamente, y el
secretario general de la OTAN, Mark Rutte.