BERLÍN.- Los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), capitaneados por Friedrich Merz, han ganado con comodidad en las elecciones generales celebradas este domingo en Alemania con un 28,5% de los votos junto a sus hermanos bávaros de la CSU, según las proyecciones publicadas por la cadena pública ARD.
Una de las grandes vencedoras de la noche es la ultraderecha, que
cosecha un resultado histórico en unos comicios en los que los alemanes
han castigado a los partidos que han formado parte de la impopular
coalición gubernamental que sostenía a Olaf Scholz.
La CDU no tendrá la
mayoría y necesitará socios para gobernar, pero, a la espera de que
finalice el escrutinio, aún hay incertidumbre sobre quiénes serán sus
compañeros de viaje, aunque ya ha descartado una alianza con la
ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
La ultra Alternativa para Alemania
se dispara: consigue su mejor resultado hasta la fecha en unas
elecciones nacionales, duplica sus números respecto a 2021 y se
convierte en el segundo partido con mayor porcentaje de voto, el 20,7%,
de acuerdo con estas proyecciones.
A lomos de un discurso xenófobo y
ultraconservador, el turbulento ascenso de la formación ultra,
parcialmente calificada como extremista por los servicios secretos,
sacude el tablero político alemán y amenaza con envalentonar a otros
partidos de derecha radical en el continente europeo. Con el crecimiento
del grupo parlamentario, el partido podrá ampliar su aparato y tener
más financiación a su disposición que nunca.
AfD también sella un resultado récord para un partido de
ultraderecha en unas elecciones federales alemanas desde la derrota del
nazismo.
Los socialdemócratas sufren una debacle y caen al tercer puesto
con el 16,5%, un mínimo histórico para el SPD que su candidato, el
canciller Olaf Scholz, ha tachado de dato “amargo”. Para esta formación
histórica son los peores resultados desde finales del siglo XIX.
Tras el SPD están sus socios de gobierno, Los Verdes, que se
quedan en el 11,7% de voto. Die Linke logra un 8,7% tras un fulgurante
resurgimiento durante la campaña electoral, según las primeras
proyecciones. De acuerdo con los primeros resultados, la formación de
izquierdas ha dado la sorpresa en Berlín, donde se prepara para declarar
su victoria.
Las proyecciones de la cadena ZDF son similares
a las publicadas por ARD, pero, a diferencia de esta última, estiman
que la autodenominada 'izquierda conservadora' de Alianza Sahra
Wagenknecht (BSW) llega al umbral del 5% necesario para entrar en el
Parlamento.
Los liberales del FDP quedan pulverizados y se quedan lejos de
esta barrera –que puede sortearse si sacan tres escaños directos–. El
líder del FDP, Christian Lindner, que fue ministro de Hacienda de Scholz
hasta el derrumbe de la coalición semáforo, ha anunciado en X su
retirada de la política tras la derrota del partido liberal.
La composición del Parlamento está limitada a 630 miembros tras una reforma de la ley electoral.
Sin mayoría, Merz necesitará pactar con otros partidos para poder
gobernar, casi con toda probabilidad, con los socialdemócratas. Pero
todo va a depender de los resultados de los partidos más pequeños, que
pueden abrir la puerta a un tripartito.
Merz ha reiterado que quiere formar un gobierno antes de Semana
Santa, y no ha excluido un tripartito. “Formaré un gobierno que
represente a toda la población y me esforzaré por formar un gobierno que
resuelva los problemas de este país. Cómo se puede formar este gobierno
no lo sabemos. No es un secreto que desearíamos un socio y no dos, pero
los ciudadanos han decidido y tenemos que aceptarlo”, ha dicho.
El candidato de Los Verdes, Robert Habeck, ha asegurado estar
dispuesto a seguir “asumiendo responsabilidad” de Gobierno en caso de
que las cifras lo hagan posible y que el ganador de las elecciones
plantee esa posibilidad. En este sentido, ha dicho que Los Verdes
están preparados para una llamada coalición Kenia –por los colores de la
bandera y de los partidos (negro, rojo, verde)– con la CDU/CSU y el
SPD.
La CDU gana cinco puntos porcentuales en comparación con las
últimas elecciones federales. Según los primeros análisis, la mayor
parte parece provenir del SPD, seguidores del FDP, además de antiguos
abstencionistas.
Si se observa el electorado joven, más de la mitad parece dar la
espalda a los partidos de centro. Alrededor del 45% de los jóvenes
votantes han elegido partidos situados en los extremos del espectro
político: el 25% optó por Die Linke, mientras que el 20% se decantó por
la ultraderechista AfD, según los resultados proyectados.
La participación en las elecciones generales de Alemania
ascendió a entre el 83% y 84%, según los pronósticos de las cadenas de
televisión públicas ARD y ZDF, lo que supone la cifra más alta desde la
reunificación del país en 1990.
Los alemanes han acudido a las urnas tras una campaña atravesada
por la inmigración y la economía como temas centrales. El estado de
ánimo era pesimista. Según una encuesta de ARD, en la semana anterior a
las elecciones, el 83% de los entrevistados veía con preocupación la
situación del país, mientras que solo el 12% sentía confianza.
Convertido en una suerte de canciller a la espera, el líder de
la CDU ha descartado cualquier alianza con la ultraderecha, sobre la que
rige un “cordón sanitario” del resto de formaciones políticas. “Tenemos
visiones divergentes en política exterior, de seguridad, con respecto a
la OTAN. Nos pueden tender la mano todo lo que quieran, pero no
caeremos en una política errónea”, ha dicho Merz a Weidel este domingo.
Pero este consenso en la política alemana tiene grietas: en
campaña, el líder conservador rompió el tabú sobre la colaboración de la
ultraderecha al tolerar los votos de AfD en una moción parlamentaria no
vinculante que llamaba a endurecer la política migratoria.
Merz tomó las riendas del partido tras el estrepitoso fracaso en
las elecciones de 2021. Histórico rival de su predecesora, Angela
Merkel, ha apostado por un retorno a una línea conservadora tradicional,
tras años de desplazamiento al centro bajo la excanciller. Sin
experiencia de gobierno y liberal en lo económico, es abogado y se hizo
millonario con su carrera en el mundo empresarial, durante la que llegó a
trabajar para Blackrock, uno de los mayores fondos de inversión del
mundo.
Como canciller, Merz tendrá que lidiar con una economía que
arrastra dos años en recesión y en un momento geopolítico convulso, con
la presidencia de Donald Trump sacudiendo la relación transatlántica. El
propio líder de la CDU admitido que Alemania se enfrenta a “cambios
tectónicos en los centros de poder político y económico del mundo”.
Alemania adelantó las elecciones tras el colapso de la alianza
tripartita formada por socialdemócratas, verdes y liberales que sostenía
a Olaf Scholz al frente del Gobierno.
En noviembre del año pasado, el
canciller despidió a Christian Lindner,
tras una amarga disputa presupuestaria que duró meses. Scholz convocó
deliberadamente una moción de confianza en el Parlamento para perderla, lo que finalmente sucedió y allanó el camino para adelantar las elecciones generales.