CARACAS.- El opositor Juan Guaidó, 
arropado por unos 40 países que lo reconocen como presidente interino de
 Venezuela, redobló su presión por el ingreso de ayuda humanitaria, 
desafiando al mandatario Nicolás Maduro, que la considera el inicio de 
una intervención militar de Estados Unidos.
Encabezado por Guaidó,
 el Parlamento de mayoría opositora aprobó este martes la estrategia de 
atención a la "emergencia humanitaria". 
"Las primeras acciones son los 
centros de acopios en Colombia y en Brasil", dijo el líder opositor.
Pero el presidente socialista ya sentenció: "Aquí en Venezuela no va a entrar nadie, ni un soldado invasor".
"Quieren
 decirle al mundo entero que la ayuda humanitaria es el solapamiento 
para que metamos en una caja a un marine doblado para que después tome 
el poder por las armas", ironizó el diputado Miguel Pizarro, coordinador
 del plan.
Pizarro explicó que se creará una red de instituciones 
-como la Iglesia- y de médicos para la distribución, pero la Cruz Roja 
aclaró que para participar debe de haber un acuerdo con las autoridades.
La
 ayuda humanitaria es el nuevo reto de Guaidó, quien fue reconocido el 
lunes como presidente encargado por una veintena de países europeos, 
luego de expirar un ultimátum dado a Maduro para que convocara 
"elecciones libres".
Estados 
Unidos, que no descarta una acción armada en Venezuela, ofreció una 
ayuda inicial de 20 millones de dólares, Canadá 40 millones y la Unión 
Europea aprobó este martes 7,5 millones, una "limosna" para Maduro.
Guaidó,
 de 35 años, convocó a una movilización el 12 de febrero y a otra en 
fecha por definir para exigir a los militares, principal sostén de 
Maduro, que dejen entrar los cargamentos.
"Hay entre 250.000 y 
300.000 venezolanos en riesgo de morir. El primer aporte es para esa 
población mas vulnerable", aseguró Guaidó, quien admitió que la ayuda 
inicial sólo alcanzará para un mes y cinco hospitales.
El opositor
 denunció que a los militares les ordenarán no dejar entrar la ayuda o 
robarla para distribuirla en programas del gobierno. "No crucen esa 
línea roja", les advirtió Pizarro.
Venezuela vive este conflicto 
político en medio de la peor crisis económica de su historia moderna, 
que provocó el éxodo de unos 2,3 millones de personas desde 2015, según 
la ONU.
Los venezolanos sufren 
los rigores de una escasez de medicamentos que ronda el 85%, y miles de 
enfermos con afecciones crónicas tienen dificultades para acceder a sus 
tratamientos, según onegés críticas del gobierno.
"Debemos hacer a
 un lado la afinidad política y recibir esa ayuda que tanta falta nos 
hace, que tantas vidas puede salvar y alimentar", dijo Carla 
López, una diabética de 34 años.
Una conferencia internacional sobre ayuda humanitaria a 
Venezuela se celebrará el 14 de febrero en la sede de la Organización de
 los Estados Americanos (OEA), según el equipo de Guaidó.
Maduro
 acusa a Washington -con el que rompió nexos diplomáticos- de usar a 
Guaidó como "títere" para derrocarlo y apropiarse del petróleo 
venezolano, y a los países europeos de apoyar esos "planes golpistas".
Entre sus aliados cuenta a
 Rusia, China, Irán y Turquía, cuyo presidente, Recep Tayyip Erdogan, 
criticó a la Unión Europea (UE) por "hablar de elecciones" y por otro 
lado tratan de "derrocar un gobierno". 
Con el reconocimiento 
europeo, que se suma al de Estados Unidos, Canadá y varios países 
latinoamericanos, Guaidó pedirá a la UE la protección de cuentas y 
activos venezolanos, como hizo Estados Unidos, que embargará la compra 
de petróleo venezolano a partir del 28 de abril.
Buscando una solución a la crisis, un grupo de contacto de
 ocho países de la UE y cuatro latinoamericanos (Bolivia, Costa Rica, 
Ecuador y Uruguay), se reunirá el jueves en Montevideo. México también 
participará en la reunión.
Maduro espera que de allí salga una 
mesa de conversaciones, pero Guaidó descartó que la oposición participe 
pues no caerá "en un falso diálogo".
El mandatario también ha 
pedido la intervención del papa Francisco, quien este martes dijo que 
una mediación del Vaticano requiere el acuerdo de las dos partes.
Aunque
 abogó por una salida pacífica al conflicto, el Grupo de Lima (Canadá y 
10 países latinoamericanos), denunció el lunes que Maduro usa el diálogo
 como "maniobra dilatoria para perpetuarse en el poder".
Para
 intentar detener la ofensiva en su contra, Maduro impulsa adelantar de 
2020 a este año las elecciones legislativas, apostando a que la 
oposición pierda el único poder que controla.
"No tiene ninguna 
posibilidad de anular un sentimiento de cambio nacional", dijo sobre esa
 posibilidad Guaidó, quien se reunió este martes con la cúpula 
empresarial.
Pero la oficialista Asamblea Constituyente creó el 
martes una comisión para evaluar la propuesta. 
"A la hora de tomar la 
decisión no nos va a temblar el pulso y no nos va a importar 
absolutamente nada", dijo el presidente del órgano, Diosdado Cabello. 
Guaidó
 se autoproclamó presidente interino el 23 de enero luego de que el 
Parlamento declarara a Maduro "usurpador" por haber sido reelegido en 
unas elecciones cuestionadas dentro y fuera de Venezuela.