BERLÍN.- Un estudio preliminar realizado por el Ministerio
del Interior alemán publicado este domingo considera factible "en
principio" aunque difícil de aplicar en la práctica la gestión fuera de
las fronteras alemanas del proceso de concesión del asilo.
En
concreto, el estudio maneja tres opciones de gestión en terceros
países: el modelo ruandés, el modelo albanés y el modelo exterior. El
primero es el que intentó poner en marcha Reino Unido con la deportación
de solicitantes de asilo a un tercer país donde esperarían a que se
resolviera su solicitud.
Además,
alerta el informe, la experiencia en Reino Unido demuestra que "este
intento también puede suponer un coste inmenso y ser un fracaso", por lo
que apela a una evaluación realista.
En el caso del modelo albanés, las autoridades
italianas envían a los inmigrantes llegados por mar a Albania, donde son
alojados en campamentos bajo jurisdicción italiana hasta que se
resuelve su solicitud, una iniciativa que ha sido bloqueada por los
tribunales.
Por
último, el modelo exterior contempla que la solicitud sea examinada en
un país de tránsito antes de la llegada de la persona a suelo europeo.
"Todos
los modelos parecen legalmente viables en principio, en algunos casos
con importantes cambios legislativos", pero en la práctica hay
dificultades considerables, según el informe elaborado para el
Ministerio del Interior antes de la toma de posesión del nuevo gobierno
de coalición entre la Unión Democristiana (CDU), la Unión Social
Cristiana (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) alemanes.
En
particular considera "irreal" la gestión de un número importante de
solicitantes de asilo en un tercer país. En cualquier caso "la
cooperación con terceros países puede ser otro pilar para limitar la
inmigración irregular", en palabras de la ministra del Interior en
funciones, Nancy Faeser.
La
decisión final la podría tomar el nuevo Gobierno alemán, que tomará
posesión el próximo miércoles, y que ya ha anunciado la instauración
inmediata de controles adicionales en las fronteras.
El
Ministerio estará a cargo de Alexander Dobrindt: "las primeras
decisiones se tomarán después de la toma de posesión de este miércoles e
incluyen incrementar los controles fronterizos y los rechazos", ha
asegurado en una entrevista publicada este domingo por el diario 'Bild'.
Sin
embargo, no habrá cierre de fronteras como tal. "Los números de la
inmigración ilegal tienen que bajar. Para lograrlo con humanidad es
necesario oren, control, claridad y coherencia. Estamos preparando
decisiones a nivel nacional y europeo para ello", ha adelantado.
Desde
el Sindicato de Policía Alemán (GdP) han criticado la propuesta porque
aunque abogan por reducir la inmigración ilegal, el despliegue
extraordinario de agentes en la frontera no es sostenible a medio plazo
con la plantilla actual, según el responsable de Policía Federal y
Aduanas del GdP, Andreas Rosskopf.
Además ha
cuestionado la idea de expulsar a solicitantes de asilo por las
fronteras terrestres sin el consentimiento de los países vecinos, como
Polonia o Austria.
"No debe haber un juego de ping-pong con los países
vecinos desde el miércoles", ha advertido.
"Si vamos a devolver a los
solicitantes de asilo, tendrá que ser de una forma legalmente segura y
no veo una respuesta al respecto", ha añadido.
Solo
en 2024 solicitaron asilo en Alemania 229.751 personas, 100.000 menos
que en el año anterior. Por países, Siria es el que más aporta, seguido
de Afganistán y Turquía.