TEHERÁN.- La campaña de bombardeos lanzada por Israel desde
el viernes contra Irán, que ha llevado a Teherán a responder a la
agresión con el disparo de cientos de misiles y drones contra territorio
israelí, ha causado hasta el momento la muerte de varios altos cargos
militares iraníes, si bien las autoridades del país aseguran que la
cadena de mando no se ha visto afectada y han defendido la estabilidad
en el frente interno pese a estos varapalos.
Los
primeros ataques, lanzados por sorpresa por el Ejército de Israel en
medio de las conversaciones entre Irán y Estados Unidos para un nuevo
acuerdo nuclear, se saldaron con la muerte de importantes dirigentes del
Ejército y la Guardia Revolucionaria, incluidos sus líderes, Mohamed
Baqeri y Hosein Salami respectivamente, si bien desde entonces se ha
confirmado la muerte de otros dirigentes en estos bombardeos.
El
país centroasiático cuenta con una estructura de poder encabezada por
el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, que cuenta con importantes
competencias a la hora de dibujar las políticas del país, con otros
organismos de asesoría y supervisión encabezado por clérigos, a los que
se suma un Ejecutivo encabezado por el presidente y un legislativo
representado por un Parlamento unicameral.
El vértice de la pirámide de poder está ocupado por
el líder supremo, un puesto ostentado desde 1989 por Jamenei, quien
reemplazó entonces al fundador de la República Islámica de 1979, el
ayatolá Ruholá Jomeini, convirtiéndose en la segunda y hasta ahora
última persona en ocupar este cargo.
Jamenei,
nacido en 1939 en la ciudad de Mashhad --una de las más importantes a
nivel religioso para los chiíes--, estudió en Qom y estuvo encarcelado
durante el régimen del sah de Irán, una época en la que mantuvo
estrechos lazos con Jomeini, de quien fue presidente entre 1981 y 1989.
Antes
de asumir el cargo de presidente fue viceministro de Defensa,
representante de Jomeini en el Consejo Supremo de Defensa y comandante
de la Guardia Revolucionaria. Durante su etapa como candidato a la
Presidencia fue objetivo de un atentado con bomba que le causó heridas
en el brazo y las cuerdas vocales.
Durante los
últimos años, ha mantenido un discurso de línea dura sobre asuntos
internacionales, especialmente en torno a la proyección de Teherán en la
región, así como a nivel interno en lo relativo a la imposición de
políticas conservadoras entre la sociedad, lo que ha generado críticas
en los últimos años por la represión contra disidentes y la
obligatoriedad del velo.
Jamenei ha sido un
firme defensor del programa nuclear de Irán, si bien aprobó una 'fatua' o
edicto religioso prohibiendo el desarrollo de armas nucleares. El líder
supremo mantuvo una postura escéptica durante las negociaciones que
derivaron en el acuerdo de 2015 y, tras la salida de Estados Unidos del
acuerdo de 2018, ha sostenido que ve improbable un nuevo pacto por la
postura de Washington.
El
cargo de presidente, el segundo de mayor importancia en Irán, está
ocupado desde julio de 2024 por Masud Pezeshkian, un reformista que se
impuso en las elecciones anticipadas celebradas por la muerte meses
antes del entonces mandatario, el ultraconservador Ebrahim Raisi, en un
accidente de helicóptero.
Si bien el presidente tiene un importante
papel en la toma de decisiones, su autoridad se encuentra limitada por
varios artículos de la Constitución, que subordinan el Ejecutivo al
líder supremo.
Pezeshkian, nacido en 1954 en
Mahabad, encabezó una campaña electoral con diversas promesas sobre
reformas en el plano político y social, incluida una relajación de las
normas sobre la aplicación del velo, tras sus críticas a la dura
represión de las fuerzas de seguridad a las masivas protestas de 2022
tras la muerte bajo custodia de Mahsa Amini, detenida por la 'Policía de
la moral' por presuntamente llevar mal puesto el hiyab.
El
político, cuya madre pertenece a la minoría kurda, ha abogado por una
mayor integración y una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos,
al tiempo que ha insistido en el derecho del país a mantener su programa
nuclear, siempre alejado de la fabricación de armas nucleares,
defendiendo en su caso el proceso de negociaciones con Washington para
lograr un nuevo pacto que lime las asperezas y derive en la retirada de
sanciones contra Teherán.
Al
frente de los esfuerzos diplomáticos de Irán se encuentra Abbas
Araqchi, nombrado al frente de la cartera de Exteriores por Pezeshkian
tras su llegada a la Presidencia. El político, nacido en 1962 en
Teherán, fue embajador en Finlandia y Japón antes de ser nombrado
viceministro de Exteriores entre 2017 y 2021.
Araqchi,
quien ha mantenido también un tono de apertura diplomática respecto a
un acuerdo con Estados Unidos sobre el programa nuclear iraní, fue uno
de los elementos clave que derivaron en el histórico acuerdo de 2015,
respaldado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas y del que Washington se salió unilateralmente tres años después
bajo el primer mandato de Donald Trump.
El
político, considerado un moderado por los países occidentales y como
una persona pragmática en materia de relaciones con Estados Unidos, ha
defendido la vía diplomática para solucionar el contencioso, al tiempo
que ha condenado en reiteradas ocasiones a Israel por sus acciones en la
región y ha advertido de que Teherán mantendrá su apoyo al conocido
como 'eje de resistencia'.
La
muerte de Salami ha llevado a Jamenei a poner al frente de la Guardia
Revolucionaria a Mohamed Pakpur, nacido en 1961 en Arak y veterano de la
guerra con Irak entre 1980 y 1988, en la que resultó herido en combate.
Tras ello, asumió varios cargos de responsabilidad, incluido el de
comandante de las Fuerzas Terrestres de la Guardia Revolucionaria a
partir de 2009.
Pakpur,
sobre el que pesan sanciones de la Unión Europea (UE) desde abril de
2021, lidera de esta forma un organismo cuyo objetivo declarado es el de
"proteger la Revolución Islámica". Creada en 1979 por Jomeini, opera
como una rama militar paralela al Ejército y ha vivido durante los
últimos años un aumento de su influencia y poder, también a través de la
Fuerza Quds.
La Fuerza Quds, una de las cinco
ramas de la Guardia Revolucionaria, está a cargo de operaciones de
Inteligencia militar y de las operaciones iraníes en el extranjero. En
la actualidad está liderada por Esmail Qaani, cuya muerte en los últimos
bombardeos israelíes no ha sido confirmada oficialmente, a pesar de las
especulaciones sobre su fallecimiento.
Por
su parte, las Fuerzas Armadas están encabezadas desde hace pocos días
por Abdolrahim Musavi, quien ha reemplazado a Baqeri, también muerto en
el primer día de ataques israelíes. Musavi, nacido en 1960 en Qom, era
comandante el jefe del Ejército desde 2017 y es una de las principales
figuras militares del país.
El Ejército iraní es
responsable de salvaguardar la independencia e integridad territorial
del país, según la Constitución de Irán, que lo coloca bajo mando
directo del líder supremo, con lo que el país centroasiático es uno de
los pocos en los que no figura bajo control del Ejecutivo.
Por
otra parte, otra de las figuras destacadas es Mohamad Qalibaf,
presidente desde mayo de 2020 de la Asamblea Consultiva Islámica
--Parlamento--, integrada por 290 personas y encargada de la
ratificación de tratados internacionales y la aprobación de proyectos de
ley y los Presupuestos.
Qalibaf, nacido en 1961
en Tornabé y de tendencia conservadora, fue uno de los candidatos a las
elecciones de 2024, siendo una de las caras más conocidas en el país
por su condición de veterano durante la guerra con Irak. Además, fue
alcalde de Teherán y cuenta con importantes lazos con la Guardia
Revolucionaria.