BASILEA.- El Banco de Pagos Internacionales (BPI) advierte del riesgo de un mayor proteccionismo después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales en EEUU.
El jefe del departamento monetario y económico del BPI, 
Claudio Borio, dijo al presentar el informe de diciembre que "las 
señales más preocupantes están relacionadas con el riesgo de un mayor 
proteccionismo".
"Estas señales se han multiplicado los últimos años y las 
perspectivas se han oscurecido considerablemente con los acontecimientos
 políticos más recientes", añadió Borio en alusión a las elecciones 
presidenciales en EEUU el 8 de noviembre.
De este modo el BPI se une a otras instituciones 
financieras, como el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario 
Internacional (FMI), que han advertido del peligro de que aumente el 
proteccionismo con las políticas económicas de Trump.
"No habrá ganadores, sólo perdedores. Un crecimiento global 
más bajo y una inflación más alta posiblemente no beneficiarían a 
nadie", según Borio.
El presidente del BCE, Mario Draghi, dijo el pasado jueves 
que es difícil prever las consecuencias económicas de la victoria de 
Trump, pero que tendrán un impacto a medio y largo plazo.
Una vez más, dijo Borio, como ocurrió tras el voto del 
"brexit", "la calma fue alterada por un acontecimiento político que 
pareció dar lugar a un desplazamiento de paradigma en los mercados".
La victoria de Trump en las presidenciales pilló a los mercados "completamente con mal pie", según el economista italiano.
Borio parafraseó a Oscar Wilde para explicar que algo 
similar ocurrió con el voto del Reino Unido a favor de salir de la Unión
 Europea (UE): "equivocarse una vez puede considerarse mala fortuna; 
equivocarse dos veces parece desatención".
Un sólo acontecimiento político pareció disipar las 
expectativas del mercado en un futuro de tipos de interés muy bajos, 
bajo crecimiento y presiones desinflacionistas.
"Estos eventos podrían representar finalmente el esperado 
comienzo de un bienvenido proceso de normalización de las condiciones 
extraordinarias posteriores a la crisis", según Borio, que también 
observa que existe mucha cautela y las rentabilidades de los bonos son 
todavía muy bajas.
Si suben los tipos de interés y se aprecia el dólar, se 
beneficiarán los bancos de las economías avanzadas, que todavía no han 
superado la crisis completamente, mientras que las economías emergentes 
con un fuerte endeudamiento en dólares estarán presionadas.
Borio recordó qué ocurrió tras la victoria electoral de 
Trump: en pocas horas los futuros del índice estadounidense S&P 
cayeron un 6 %, la rentabilidad de los bonos del Tesoro bajó casi 20 
puntos básicos, el tipo de cambio del dólar se depreció un 2 % y el 
precio del oro se disparó un 5 %.
Pero después, los mercados hicieron un movimiento de U, 
volvieron a subir, después del discurso conciliador del presidente 
electo.
Los mercados anticiparon un déficit presupuestario mayor, 
recortes de impuestos y gasto en infraestructuras, así como una menor 
regulación, lo que produjo el desplazamiento de las inversiones.
A finales de noviembre los mercados de renta variable 
estadounidenses habían subido a nuevos récords, la rentabilidad de los 
bonos del Tesoro había aumentado 50 puntos básicos, el valor del dólar 
respecto a las principales divisas de comercio se había apreciado un 4 
%, hasta un máximo desde hace catorce años, y el precio del oro había 
caído un 8 %.
La rentabilidad de la deuda soberana en otros países también subió y los diferenciales se ampliaron dentro de la zona del euro.
Las economías emergentes fueron golpeadas de forma 
especialmente severa y sus divisas se depreciaron más que cuando la 
Reserva Federal (Fed) comenzó a comunicar la retirada gradual de los 
estímulos monetarios a mediados de 2013.
México es el país que más sufrió ya que es el más expuesto 
al riesgo de que EEUU aplique un proteccionismo comercial y contenga la 
inmigración.
Esta vez, en el trimestre analizado, "los bancos centrales se quedaron en un segundo plano", dijo Borio.
"Es como si por una vez, los participantes del mercado 
hubieran tomado la iniciativa para anticipar e interpretar 
acontecimientos futuros, sin depender de cada palabra y de cada 
actuación de los bancos centrales. Esto es sano en sí mismo", según 
Borio.
El BPI es el banco de los bancos centrales y está dirigido 
por el español Jaime Caruana, quien será sustituido el próximo año por 
el mexicano Agustín Carstens.

 
 
 
 

 
