HAMBURGO.- Thyssenkrupp Steel Europe ha anunciado este lunes las claves de su
estrategia industrial de cara al futuro para abordar los desafíos
relacionados con el exceso de capacidad y la presión sobre la
competitividad de las importaciones baratas, sobre todo de Asia,
incluyendo un ajuste del 40% de su plantilla en los próximos años
mediante la eliminación de unos 5.000 empleos hasta 2030 y la
transferencia de otros 6.000 a proveedores externos.
Según ha
dado a conocer la siderúrgica germana, la aplicación del documento de
cuestiones clave presentado "irá acompañada de una reducción
significativa de puestos de trabajo" y de otras medidas de reducción de
los costes relacionados con el personal.
De este modo,
Thyssenkrupp Steel Europe calcula que la adaptación prevista de la red
de producción de todo el grupo y una racionalización significativa de la
administración darán lugar a la pérdida de unos 5.000 puestos de
trabajo hasta 2030, mientras que la compañía espera transferir otros
6.000 puestos de trabajo a proveedores de servicios externos.
En el marco de su plan, con un objetivo declarado de evitar despidos
por razones operativas, los costes de personal se reducirán en un 10%de
media en los próximos años, ajustándolos así a un nivel de costes
competitivo.
"Nos adaptaremos a las nuevas condiciones del mercado mediante
ajustes de capacidad y reducciones de costes específicos", ha subrayado
el consejero delegado de Thyssenkrupp Steel Europe, Dennis Grimm, para
quien es necesaria una "optimización y racionalización integral" de la
red de producción y de los procesos.
"Somos conscientes de que
este camino exigirá mucho a muchas personas, sobre todo porque tendremos
que suprimir un gran número de puestos de trabajo en los próximos años
para ser más competitivos", ha señalado el máximo ejecutivo de la
siderúrgica, cuya plantilla ronda los 27.000 efectivos.
El ajuste de plantilla ha sido anunciado en el contexto de la
presentación por el comité ejecutivo de Thyssenkrupp Steel Europe al
comité de estrategia del consejo de supervisión de un documento de
cuestiones clave que aborda los planes de la estrategia industrial
global de la compañía para el futuro.
En este sentido, la
alemana ha indicado que este documento busca dar respuesta a la
consolidación de los cambios fundamentales y estructurales en el mercado
europeo del acero y en los mercados clave de clientes y de destino,
señalando que el exceso de capacidad y el consiguiente aumento de las
importaciones baratas, sobre todo de Asia, "están ejerciendo una presión
considerable sobre la competitividad".
Además, la empresa
considera necesarias "medidas urgentes" para mejorar la productividad y
la eficiencia operativa de Thyssenkrupp Steel y alcanzar un nivel de
costes competitivo.
De este modo, la empresa espera desarrollar
en las próximas semanas este documento de cuestiones clave en el marco
de un diálogo con los órganos de supervisión y los representantes de los
trabajadores.
En este sentido, uno de
los aspectos clave contemplados prevé reducir la capacidad de producción
de la empresa desde los 11,5 millones de toneladas actuales a un nivel
de producción objetivo de entre 8,7 y 9 millones de toneladas en función
de las condiciones del mercado, adaptando así la capacidad a las
expectativas futuras del mercado.
En este escenario, la empresa
ha indicado que la segregación de Hüttenwerke Krupp Mannesmann (HKM)
sigue siendo un elemento clave en la necesaria reducción de la capacidad
y, si bien el objetivo principal es vender las acciones de HKM, si no
fuera posible, Thyssenkrupp Steel mantendrá conversaciones con los demás
accionistas sobre escenarios de cierre mutuamente aceptables para el
negocio, mientras que ha indicado que se cerrará la planta de
procesamiento en Kreuztal-Eichen (Alemania).
En paralelo con
las medidas de ajuste, Thyssenkrupp ha expresado su disposición para
seguir impulsando el proceso de independencia del negocio siderúrgico,
del que ya ha vendido el 20% de las acciones al grupo checo EP con el
objetivo de aumentar la participación al 50%.
"Con el reajuste
estructural estratégico y a largo plazo, haremos que Thyssenkrupp Steel
esté preparada para el futuro a largo plazo", ha afirmado Marie Jaroni,
directora de Transformación de Thyssenkrupp Steel, añadiendo que la
empresa todavía tiene que mejorar en términos de eficiencia operativa y
rentabilidad "en áreas competitivas clave".
"Necesitamos cerrar
estas brechas si queremos mirar hacia un futuro positivo. Esto es aún
más importante, porque queremos impulsar sistemáticamente la
transformación verde", ha añadido la ejecutiva, subrayando que la
implementación del concepto presentado este lunes será decisiva para la
competitividad de la empresa y, por lo tanto, para el futuro de la
compañía.
La semana pasada, Thyssenkrupp anunció
que había registrado pérdidas de 1.400 millones de euros al cierre de
su año fiscal, lo que supone reducir en un 30% los 'números rojos' de
alrededor de 2.000 millones de euros del ejercicio precedente, tras
asumir un impacto adverso de 1.200 millones por el deterioro del valor
de sus activos, principalmente el negocio siderúrgico en Europa ('Steel
Europe').
En concreto, la compañía precisó que la mayoría de
este impacto adverso, alrededor de 1.000 millones de euros, fue
contabilizado en el ejercicio por Steel Europe, así como por Material
Services y Automotive Technology.
Además, Thyssenkrupp señaló
el impacto de otros gastos por importe de unos 270 millones de euros por
las medidas de reestructuración necesarias en Automotive Technology,
Decarbon Technologies y Material Services, especialmente.
De su
lado, en el conjunto del ejercicio la alemana contabilizó pedidos por
importe de 32.800 millones de euros, un 11,6% por debajo de la cifra del
año anterior, mientras que la facturación disminuyó un 6,7%, hasta
35.000 millones.
En este sentido, señaló una demanda
significativamente más débil de industrias clientes clave, como la
automotriz, la ingeniería y la construcción, lo que tuvo un impacto
negativo en los principales indicadores financieros del grupo y se hizo
evidente por la disminución de la entrada de pedidos.
De este
modo, ante los actuales desafíos macroeconómicos, Thyssenkrupp asumió
que en el ejercicio fiscal en curso logrará aumentar sus ventas entre un
0% y un 3%, mientras que espera un Ebit ajustado de entre 600 y 1.000
millones de euros, frente a los 567 millones del último ejercicio.
Asimismo, Thyssenkrupp espera que el flujo de caja libre antes de
fusiones y adquisiciones se sitúe entre -400 y -200 millones de euros,
incluyendo alrededor de 250 millones de euros en salidas de efectivo por
reestructuraciones y mayores inversiones en comparación con el año
anterior.
En cuanto al resultado neto, la empresa espera la
vuelta a los 'números negros' con una mejora hasta una horquilla de
entre 100 y 500 millones de euros.