VIENA.- Diferentes partidos de extrema derecha han felicitado este domingo al Partido de la Libertad austriaco (FPÖ) por su victoria en las elecciones
legislativas, la primera ocasión en la que una formación
ultraderechista es la más votada en unas elecciones nacionales europeas
desde la Segunda Guerra Mundial.
La formación ultranacionalista y de extrema derecha FPÖ ganó este
domingo por primera vez unas elecciones parlamentarias en Austria, con
el 28,8 % de los votos, según el escrutinio casi completo, pero tendrá
difícil entrar en el Gobierno ante la negativa del resto de fuerzas a
pactar con ellos.
"Los votantes han hablado", aseguró el líder del
FPÖ, Herbert Kickl, quien destacó que ese resultado muestra que el país
quiere un cambio de rumbo.
El líder del FPÖ había centrado su
campaña en rechazar la llegada de más inmigrantes e incluso repatriar a
parte de los que ya están en el país, en denunciar las medidas que el
Gobierno aplicó durante la pandemia para evitar su expansión y en
criticar la inflación, que sigue estando entre las más elevadas de la
Unión Europea (EU).
Con
el 96,7 % de los votos escrutados, el FPÖ obtiene 57 de los 183 escaños
en el Parlamento, lo que hace inviable la investidura de Kickl como
canciller federal en un país donde apenas hay tradición de Gobiernos en
minoría.
El conservador Partido Popular austríaco (ÖVP) y actual
líder del Gobierno, Karl Nehammer, insistió hoy en que mantiene su
postura de no coaligarse con un FPÖ liderado por Kickl.
Nehammer dijo hoy que, a diferencia de Kickl, su formación quiere resolver los problemas de la gente y "no vivir de ellos".
El ÖVP ha perdido 11 puntos respecto a las elecciones de 2019 y se ha quedado en el 26,3 %.
También
se niegan a pactar con los ultras el socialdemócrata SPÖ (21,1 %), el
liberal Neos (9,2 %) y Los Verdes ecologistas (8,3 %).
Ante ese
rechazo, Kickl argumentó que el resto de partidos tratan a sus
seguidores como "votantes de segunda clase" y cuestionó los principios
democráticos de sus contrincantes.
A la espera de los resultados
definitivos, la opción de Gobierno que parece tomar fuerza es una "gran
coalición" entre conservadores y socialdemócratas, que suman ahora una
ajustada mayoría de 92 escaños, o un tripartito que incluya a los Neos,
que aportarían otro 18 legisladores.
De hecho, un tripartito, que
sería inédito en Austria, es la opción con más opciones, indicó el
analista político Peter Plaikner, quien argumenta que la "gran
coalición" tendría un margen excesivamente estrecho.
Plaikner ve
poco probable la opción de que el ÖVP reedite el acuerdo que cerró con
el FPÖ en 2017, cuando el partido conservador estaba dirigido por
Sebastian Kurz, quien ese año logró un histórico triunfo electoral con
un 37,5 %, atrayendo a muchos votantes del partido ultra.
"Nehammer
ha devuelto el partido a sus orígenes", señaló el analista, al recordar
que los sectores más tradicionales, católicos y rurales del partido,
sienten un rechazo radical por los ultras del FPÖ.
Con todo, Plaikner advirtió que bloquear la entrada del FPÖ en el
Gobierno le permitirá reforzar su mensaje de victimismo y argumentar que
los grandes partidos han violentado la voluntad popular.
Por
ello, dijo que el nuevo Gobierno tendrá que afrontar los problemas del
país, inmerso en una recesión desde hace dos años, y las preocupaciones
de los ciudadanos y aplicar medidas constructivas que mejoren la
situación.
El presidente del país, el progresista Alexander van
der Bellen, afirmó tras las elecciones de hoy que cualquier Gobierno
debe respetar los principios de la democracia liberal, como la
independencia de los medios, la separación de poderes, la pertenencia a
la UE o los derechos de las minorías.
Además, recordó que
cualquier ejecutivo necesita tener mayoría absoluta en el Parlamento y
que si una formación no la tiene, debe convencer y ganarse el apoyo de
otras.
Van der Bellen llegó a afirmar en el pasado que se negaría a
aceptar a Kickl como jefe del Ejecutivo, una potestad que le atribuye
la Constitución austríaca.
En un discurso el presidente indicó que
en las próximas semanas consultará con los partidos políticos para ver
qué proponen y que opciones de colaboración existen, antes de proceder a
encargar la formación del nuevo Gobierno.
Aunque las encuestas
preveían esta histórica victoria del FPÖ, el resultado, de confirmarse,
estará hasta tres puntos por encima de lo esperado.
El partido ha
logrado sumar casi 13 puntos desde 2019, cuando se hundió electoralmente
tras un escándalo de corrupción que dinamitó la coalición con los
conservadores.
El ÖVP, también lastrado por algunos escándalos de
corrupción, se fue recuperando en los sondeos al final de la campaña,
gracias a la rápida respuesta del Gobierno a las graves inundaciones que
afectaron al país.
Con todo, ha sufrido su mayor caída electoral, con más de once puntos porcentuales menos que los resultados de 2019.
Pese a apenas perder porcentaje de votos, el socialdemócrata SPÖ roza el peor resultado de su historia.
"Si
se obtienen resultados históricamente malos, no se puede haber hecho
todo bien", concluyó Kickl la situación de los dos partidos que han
dominado la política del país durante las últimas ocho décadas.
Uno de los que ha felicitado
al FPÖ ha sido el presidente del partido español Vox, Santiago Abascal.
«El movimiento patriota y por la libertad se abre camino en Europa a
pesar de necias campañas y estúpidas descalificaciones de los medios»,
ha apuntado.
Abascal ha recordado que la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO
por sus siglas en checo) de Andrej Babis «ha ganado las elecciones al
Senado en Chequia» mientras que «en Austria ha arrollado el Partido de
la Libertad con una derrota histórica de Populares y Socialistas».
«Enhorabuena a ambos», ha concluido Abascal en su mensaje en X.
Desde Francia, la líder de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, ha
afirmado que están «encantados» con la victoria del FPÖ en las
elecciones austriacas.
«Nuestro aliado en el Parlamento Europeo. Después
de las elecciones italianas, holandesas y francesas, esta corriente que
apoya la defensa de los intereses nacionales, la salvaguardia de las
identidades y la resurrección de las soberanías confirma el triunfo de
los pueblos en todas partes», ha recalcado.
Para Geert Wilders, líder de la formación holandesa Partido por la
Libertad (PVV), ha celebrado que «los tiempos están cambiando».
«¡Países
Bajos, Hungría, Bélgica, Italia, Alemania, Portugal, Suecia, Francia,
España, República Checa y hoy Austria! ¡Estamos ganando! ¡Los tiempos
están cambiando! Identidad, soberanía, libertad y no más
inmigración/asilo es lo que decenas de millones de europeos quieren!»,
ha remachado.
Desde Alemania, la colíder de Alternativa para Alemania (AfD) Alice
Weidel ha destacado que según la primera proyección, «¡el FPÖ es la
fuerza más poderosa!».
«¡Felicidades a Herbert Kickl y a los demás!», ha
indicado. Para el líder del partido flamenco Vlaams Belang, Tom van
Grieken, «es una tendencia que vemos en toda Europa: los partidos
patrióticos de derecha como el nuestro están mejorando en todas partes».