PARÍS.- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha aceptado este jueves la dimisión del primer ministro, Michel Barnier, al que ha recibido en El Elíseo un día después de que la izquierda y la ultraderecha secundasen en la Asamblea Nacional una moción de censura que ha supuesto la caída del Gobierno.
Barnier y el resto de ministros, no obstante, deberán permanecer en funciones
«hasta la nominación de un nuevo Gobierno», según una escueta nota de
la Presidencia gala en la que no se adelanta el posible calendario, si
bien la prensa da por hecho que el relevo quedará resuelto en poco
tiempo.
Tras recibir a Barnier a primera hora del día, Macron ha iniciado una ronda de contactos que ha incluido citas con los presidentes de la Asamblea Nacional y del Senado. Además, ha comido con el centrista François Bayrou,
líder del Movimiento Democrático (Modem) y nombre recurrente en las
quinielas para suceder a Barnier, según la cadena BFM TV.
Otro de los teóricos candidatos es el actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, un dirigente cercano a Macron.
«No soy candidato a nada», ha zanjado sin embargo este jueves al ser
interrogado sobre este tema en la RTL.
Quien sí se ha postulado
públicamente es la ex candidata socialista Ségolene Royal,
que se ha confesado «disponible» e incluso ha escrito al presidente. En
este sentido, ha reclamado «un candidato de izquierda, experimentado y
capaz de unir», requisitos que considera cumplir, como ha expuesto en
sus redes sociales.
En este contexto los sindicatos de funcionarios y empleados públicos en Francia
organizaron este jueves una jornada de paro con impacto sobre todo en
la educación y en el tráfico aéreo, inicialmente contra los recortes
anunciados por el Gobierno, que acaba de ser tumbado el miércoles por
una moción de censura.
El Ministerio de la Función pública cifró en un
18,62 % el seguimiento de la huelga en la Administración del Estado y
ese porcentaje fue particularmente elevado en la educación, según ese departamento, con el 31,32 % entre los docentes, sobre todo los de primaria.
Una portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil
(DGAC) indicó a mediodía que se estaba cumpliendo sin incidentes
el programa establecido tras haber pedido a las compañías aéreas que
suprimieran vuelos en los aeropuertos de París, Toulouse y Marsella para
tener en cuenta la convocatoria sindical.
La portavoz también indicó
que la protesta podría tener algún impacto en los tiempos de sobrevuelo
del espacio aéreo francés para aviones que tuvieran como origen o
destino aeropuertos de otros países europeos.
Dimisión
El primer ministro francés, Michel Barnier, se ha dirigido este jueves por la mañana hacia el Palacio del Elíseo, donde entregó su renuncia al presidente Emmanuel Macron.
BFM TV y las cadenas de televisión francesas difundieron imágenes del
coche de Barnier dirigiéndose al Elíseo en una lluviosa mañana de jueves
en la capital francesa.
Horas antes, los legisladores de extrema derecha e izquierda votaron a favor de derrocar al gobierno de Barnier, hundiendo a Francia en su segunda gran crisis política en seis meses.
Barnier, el veterano político que fue negociador de la Unión Europea para el Brexit, será el primer ministro que menos tiempo haya ocupado el cargo en la historia moderna de Francia.
Ningún Gobierno francés había perdido una moción de confianza
desde el de Georges Pompidou en 1962. La extrema izquierda y la extrema
derecha castigaron a Barnier por hacer aprobar sin votación un
presupuesto impopular en un Parlamento indeciso.
El proyecto de presupuesto preveía un ahorro de 60.000 millones de
euros (63.070 millones de dólares) para reducir el déficit. La dimisión
de Barnier pondrá fin a semanas de tensiones en torno al presupuesto, que la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen consideró demasiado duro para los trabajadores.
También debilita aún más la posición del presidente Emmanuel Macron,
que precipitó la crisis actual con la desafortunada decisión de
convocar unas elecciones anticipadas antes de los Juegos Olímpicos de
París. Macron se enfrenta a crecientes peticiones de dimisión, pero
tiene mandato hasta 2027 y no puede ser expulsado de su cargo.
Aun así, la larga debacle política ha disminuido su figura. Francia
corre ahora el riesgo de acabar el año sin un Gobierno estable ni un
presupuesto para 2025, aunque la Constitución permite medidas especiales
que evitarían un cierre del Gobierno al estilo estadounidense.
La agitación política francesa debilitará aún más a una Unión Europea
que ya se tambalea tras la implosión del Gobierno de coalición alemán y
semanas antes de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, regrese a la Casa Blanca.
Trump tiene previsto visitar París el sábado para la inauguración de la
renovada catedral de Notre Dame, y Macron quiere nombrar un primer
ministro antes de esa fecha, según informó Reuters el miércoles.
Francia
se enfrenta ahora a un periodo de profunda incertidumbre política
que ya está inquietando a los inversores en bonos soberanos y bolsas
francesas. A principios de esta semana, los costes de endeudamiento de
Francia superaron brevemente a los de Grecia, generalmente considerados
mucho más arriesgados.
Cualquier nuevo primer ministro se enfrentaría a
los mismos retos que Barnier para conseguir que los proyectos de ley,
incluido el presupuesto de 2025, sean aprobados por un parlamento
dividido. No puede haber nuevas elecciones parlamentarias antes de
julio.