Lula ha vuelto a incidir en su idea de actuar recíprocamente ante
cualquier imposición arancelaria que llegue de Estados Unidos, sin
descartar la respuesta de presentar una queja ante la OMC, si bien ha
subrayado en la necesidad de entenderse con un socio con más de 200 años
de relaciones diplomáticas y comerciales.
"Tenemos una
relación de mucha igualdad. Ellos importan por valor de 40.000 millones
de dólares, nosotros de ellos 45.000 millones, es el único país del
mundo que tiene superávit en relación a Brasil. Queremos paz, no
guerra", ha remarcado al mencionar la intención de Estados Unidos de
aplicar aranceles al acero brasileño.
Lula ha insistido en que
Brasil no desea tener un contencioso internacional con ningún país, pero
actuará con respecto Estados Unidos en los mismos términos.
"Si Trump
tiene ese comportamiento hacia nosotros (...) habrá reciprocidad", ha
remarcado en una entrevista este viernes para Radio Clube do Pará.
Asimismo, ha confirmado que todavía no ha conversado con el
presidente Trump, aunque ha restado importancia al asunto afirmando que
la relación entre ambos países es una cuestión de "Estados", no de
personas en concreto.
"Él se encarga de Estados Unidos, yo me encargo de
Brasil", ha zanjado.
Si bien ha criticado que "la democracia
parece no valer tanto" bajo el Estados Unidos de Trump, después de
haberse erigido en su defensor tras la II Guerra Mundial, amenazando
ahora con aranceles, expulsar a millones de personas, 'América para los
americanos', o con tomar Canadá, Groenlandia, o el Canal de Panamá.
Por ello, Lula ha defendido la "tranquilidad" como motor de progreso
universal y que Donald Trump "no puede hacer lo que quiere porque si sus
acciones afectan a otros países, van a reaccionar".
En un acto
posterior en Belén, Lula ha puesto en duda que Trump acuda a la próxima
Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que acoge esta
ciudad brasileña en noviembre de este año y ha reprochado la ausencia de
compromiso tanto del Gobierno de Estados Unidos como de otros países
ricos.
"Creo que ni va a venir", ha dicho, después de recordar
que ya firmó nada más regresar a la Casa Blanca la salida de Estados
Unidos del Acuerdo de París, así como el incumplimiento del protocolo de
Kyoto en el que venía incurriendo
"No quieren comprometerse.
Quienes sí quieren somos nosotros, que creemos en la ciencia, en que el
mundo está en una situación difícil", ha subrayado Lula, quien también
ha afeado a Francia y Alemania su inacción para combatir el cambio
climático.
"No seremos ricos, pero somos más responsables del planeta",
ha dicho.
Por otro
lado, Lula ha asegurado que no descarte presentarse a la reelección en
2026, si bien ha matizado que aún es "pronto" para tomar una decisión,
que dependerá, ha explicado, no sólo de su estado de salud, sino también
de la decisión que tomen los partidos que le apoyan.
"Es
pronto para hablar de las elecciones de 2026. Si seré candidato o no
depende del debate de muchos partidos políticos, de la sociedad
brasileña", ha dicho Lula en la misma entrevista para la citada emisora
de radio.
"Tengo 79 años, soy consciente de eso, no puedo
mentir a nadie, mucho menos a mí. Si estoy al cien por cien de salud,
con la energía que tengo (...) si creo que sea acertado creer que puede
ser candidato, puedo serlo, pero no es mi prioridad ahora", ha dicho el
presidente brasileño.
A diferencia de otros años, las próximas
presidenciales en Brasil no tienen aún candidatos claros de cierta
enjundia política.
A la ambigüedad de Lula sobre su posible
participación en 2026 se suma la inhabilitación del expresidente Jair
Bolsonaro debido a sus problemas con la Justicia, que podrían aumentar
la semana que viene ante una previsible denuncia por intento de golpe de
Estado en 2022.