viernes, 17 de abril de 2015
Olivier Blanchard: “La recuperación de España no puede considerarse aún una historia de éxito”
WASHINGTON.- Al despacho de Olivier Blanchard
 (Amiens, Francia, 1948) se llega, desde la sala de prensa, bajando al 
aparcamiento y atravesando un túnel subterráneo que une los dos 
edificios que forman la sede del Fondo Monetario Internacional
 (FMI). Otro corredor bajo tierra une al Fondo con el Banco Mundial y, 
si hubiese otro para la sede de la Reserva Federal, todo quedaría bien 
conectado por el subsuelo en Washington. Blanchard, profesor de Harvard y
 del MIT, es economista jefe del Fondo desde que estalló todo, en 2008. 
Se toma con filosofía las críticas al nivel de acierto de los 
pronósticos sobre España. “Lo hacemos lo mejor que podemos”, apunta, y 
advierte de que una crisis financiera y del euro complica el trabajo.
Pregunta. Han elevado medio punto la previsión de crecimiento de España. ¿Cómo valora esta evolución?
Respuesta. La economía está creciendo a buen ritmo, 
pero recuerde dónde está la tasa de paro. El desempleo debe bajar mucho,
 hasta que lo haga, esto no puede llamarse una historia de éxito. Hace 
justo un año no estaba seguro de que este crecimiento llegara: la 
competitividad externa y las exportaciones mejoraban, pero había un 
riesgo de deflación que llevaría a un incremento de las tasas de interés
 reales y debilitaría la demanda interna. Pero esta ha sido fuerte, 
incluyendo el consumo interno. Las exportaciones y el consumo se están 
comportando razonablemente bien. Son muy buenas noticias en comparación 
con hace un año y pueden continuar.
P. ¿Se puede decir que España ha salido de la crisis con un 23% de paro?
R. Depende de cómo defina crisis, ha salido de ella 
en términos de crecimiento, pero su desempleo es demasiado alto. España 
no se ha curado del todo. El paro no bajará solo por la demanda, sino 
por reformas en el mercado de trabajo que, hasta cierto punto, están 
llegando. El problema del trabajo es previo a la crisis. Mi primer 
informe sobre esto es de los años 80, cuando la tasa era del 20%, y 
decía que no había ningún motivo por el que España no pudiera tener un 
desempleo del 5%. Para mí la clave es la dualidad del mercado de 
trabajo, eliminar las grandes diferencias entre trabajadores temporales y
 fijos. España no debería condenarse a vivir con el 10% o el 15% o el 
23% de paro.
P. ¿Cree que lo salarios ya han bajado lo suficiente?
R. Sí lo creo. Hay dos formas de mejorar la 
competitividad, una es bajar los salarios, lo que es doloroso, y algo de
 ello probablemente era necesario en España al principio, pero la otra 
es mejorar la productividad y es en eso en los que el país debería 
pensar en los próximos 10 años.
P. En 1994 escribió un artículo titulado "2005, un nuevo milagro económico español"
 y hacía un ejercicio de imaginación sobre qué medidas debía tomar 
España para colocarse en 10 años entre los países más avanzados de 
Europa. Y en 2005 sí se produjo el milagro, finalmente, pero no era por 
las medidas que proponía, sino por una burbuja. ¿Podemos volver a sufrir
 un falso milagro?
R. Ahora estamos muy lejos de cualquier milagro: ese
 2,5% de crecimiento está bien pero viene de una caída de PIB muy grande
 y el paro es muy alto. La cuestión es si la gente está siendo demasiado
 optimista sobre el futuro… Quizá en Europa, en general, los mercados 
están yendo un poco por delante de la realidad y puede haber demasiado 
optimismo. Pero el optimismo es bueno en cierta medida, porque lleva a 
la gente a gastar más y a invertir y eso, en las actuales 
circunstancias, es bueno.
P. ¿Qué opinión le merece la subida de partidos pequeños como Podemos?
R. El crecimiento de Podemos y otros partidos 
refleja que Europa ha vivido una crisis muy profunda, muy dolorosa para 
la gente, la cuestión es si mirando al futuro hay otro modo de actuar 
que no sean estas políticas. Nuestra visión es que las actuales 
políticas, basadas en una consolidación fiscal lenta, la expansión 
cuantitativa del BCE y las reformas estructurales son la única vía de 
volver a la salud. Entendemos el dolor, pero lo que los gobiernos están 
haciendo ahora en general es lo correcto y no hay formas radicalmente 
muy distintas de proceder.
P. El Fondo ha alertado del menor potencial de crecimiento. ¿Crece el riesgo de un estancamiento secular?
R. El crecimiento potencial es más bajo, pero no 
exageremos, la palabra estancamiento es demasiado fuerte para describir 
lo que está pasando.
P. En la zona euro, ¿debería Alemania ser más flexible, invertir más?
R. Debería invertir más en infraestructuras por su propio bien y tiene margen para hacerlo.
P. La Comisión Europea y el Fondo admiten que la 
austeridad y el ritmo del ajuste fiscal fue excesivo en algunos países 
de la zona euro. ¿No se equivocaron también con Grecia?
R. El caso de Grecia fue distinto, un ajuste fiscal 
más lento hubiese requerido que Grecia se endeudara incluso más y que 
los acreedores aceptasen prestar más de lo que hicieron. Dado lo que los
 acreedores estaban dispuestos a prestar, no había otra elección de 
reducir el déficit de forma rápida y fuerte. Un ajuste más lento hubiese
 requerido un paquete de rescate más amplio y esa no era una opción.
P. ¿La expansión cuantitativa del BCE [la compra de deuda pública a gran escala] dará resultados con la economía real?
R. El plan está diseñado para impulsar la demanda y 
está funcionando muy bien. Si mira los tipos de interés a los que España
 está tomando prestando el dinero, son increíblemente bajos. Y esto se 
debe fundamentalmente al BCE. Hay efectos en la economía real: sube el 
precio de los activos, de las acciones, y la gente que los tiene es más 
rica, así que gasta más. Las empresas pueden emitir más acciones y usar 
ese dinero para invertir y las personas que quieren un préstamo también 
lo tienen más barato.
P. En EE UU ha habido un debate sobre si el QE [la 
expansión cuantitativa de la Reserva Federal, por sus siglas en inglés],
 ha acabado por agrandar la desigualdad entre ricos y pobres.
R. Si quieres reducir la desigualdad no usas la 
política monetaria… el objetivo es sostener la actividad y estabilizar 
la inflación y el modo de hacerlo en esta crisis es mantener tipos de 
interés muy bajos. ¿Y estos tipos crean desigualdad? Yo creo que no. 
¿Quién pide préstamos, los ricos o los pobres?
P. Ambos.
R. Pero más los pobres, tienden más a pedir préstamos que a ahorrar, así que los bajos tipos les están beneficiando.
P. ¿Pero en esta crisis no está siendo muy grande la brecha entre la recuperación financiera y la real?
R. Fue una crisis fundamentalmente financiera y la 
recuperación debe venir de la recuperación del sistema financiero. Y sí,
 hay que gente en el sector financiero que se está haciendo muy rica 
ahora, pero ya era así antes, ahora y lo será después, no es el efecto 
de los bajos tipos.
P. ¿Qué pasa si no funciona el QE del BCE? ¿Hay un plan b?
R. Funcionará. Ya lo hace.
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