"En este contexto, declaramos un alto el fuego efectivo a partir de
hoy con el fin de facilitar el camino para la implementación del llamado
del líder Apo a la Paz y a una Sociedad Democrática", ha señalado el
grupo en un comunicado recogido por la agencia de noticias pro-PKK ANF,
que menciona constantemente a Ocalan por su apodo.
En este
contexto, el Comité Ejecutivo del PKK, clasificado como grupo terrorista
por Ankara, ha afirmado que "inicia un nuevo proceso histórico" y que
el llamamiento de Ocalan "ilumina el camino para todas las fuerzas de la
libertad y la democracia".
"Estamos de acuerdo con el
contenido de la convocatoria tal como está, manifestamos que la
cumpliremos y la implementaremos", ha sostenido el PKK, después de que
su líder pidiera al grupo deponer las armas y su disolución.
El
PKK hace especial hincapié en una circunstancia particular: todo este
futuro proceso deberá estar dirigido por Ocalan.
"Solo su lidereazgo
puede conseguir que cuestiones como el desarme sean aplicadas en la
práctica", asevera la organización, quien describe a su veterano líder,
que el mes que viene cumplirá 76 años, como el único que "puede gobernar
la Era de la Paz y la Sociedad Democrática".
El mensaje realizado por Ocalan ha sido calificado por la
organización de "importancia histórica", y su implementación práctica
"exitosa" tiene una relevancia similar.
"Está claro que con este llamado
se ha iniciado un nuevo proceso histórico en el Kurdistán y Oriente
Medio", ha aseverado el grupo.
"En base a esto, la
responsabilidad recae sobre todos nosotros; todos deben asumir su
responsabilidad y cumplir con sus deberes y responsabilidades", han
manifestado, al matizar que, para que tenga éxito, "la política
democrática y el fundamento jurídico también deben ser adecuados".
Por todas estas razones, el PKK ha recalcado que "para lograr la
implementación exitosa del llamamiento a la Paz y la democratización de
Turquía y el Medio Oriente, el líder Ocalan debe poder vivir y trabajar
libremente, estableciendo relaciones sin restricciones".
"Se espera que
las autoridades pertinentes faciliten estas condiciones", han insistido.
El PKK ha argumentado que el alto el fuego "definitivamente no es un
final, sino más bien un nuevo comienzo".
En consecuencia, han expresado
que "ahora" deben "hacer de manera muy clara y contundente lo que
debimos haber hecho en los últimos 35 años en general y en los últimos
20 años en particular, pero que no pudimos hacer lo suficiente en ese
momento".
"Es necesario comprender correcta y adecuadamente el
llamado del líder, sus razones, las características y tareas del nuevo
proceso que ha iniciado, y cumplir con éxito sus requerimientos", han
matizado. Por lo tanto, han alegado que desarrollarán la organización de
forma "democrática".
"Por lo tanto, entendamos correctamente
las características de este nuevo proceso y cumplamos con sus funciones
con éxito", han concluido.
El Gobierno turco y el PKK, un grupo fundado en 1978 que se alzó en
armas seis años después, ya iniciaron en 2013 un proceso de
conversaciones de paz, si bien se derrumbaron en 2015 y se vieron
seguidas por un estallido de enfrentamientos en las zonas de mayoría
kurda en el sureste y el este del país.
A día de hoy, el Gobierno turco
estima que el conflicto ha dejado más de 40.000 muertos, en particular
durante 15 años de apogeo entre 1984 y 1999.
Si bien el PKK
formuló tras su fundación un llamamiento a la creación de un Estado
independiente, en la actualidad aboga por una mayor autonomía en las
zonas de mayoría kurda, situadas principalmente en el este y el sureste
del país, parte de lo que se considera el Kurdistán histórico, que se
extiende también a partes de Siria, Irak e Irán.
La campaña
turca contra el PKK ha cobrado especial relevancia en el territorio
sirio desde la caída a finales del año pasado del régimen del
expresidente Bashar al Assad.
Desde entonces, se han recrudecido los
enfrentamientos entre las milicias kurdas-árabes de las Fuerzas
Democráticas Sirias (FDS) y grupos armados financiados por Turquía, que
señalan a esta organización por sus vínculos con la organización que
acaba de declarar el cese de hostilidades.
Un par de meses
antes de la caída de Al Assad, el líder del ultraconservador Partido de
Acción Nacionalista de Turquía, Devlet Bahçeli, realizó una sorprendente
declaración al conceder a Ocalan la posiblidad de dirigirse al
Parlamento turco si anunciaba la disolución del PKK.
"Si se levanta el
aislamiento del líder terrorista, que venga y hable. Que grite que el
terrorismo ha terminado por completo y que la organización se ha
disuelto".
Poco después, miembros de la formación política
prokurda del Partido por la Igualidad y la Democracia Popular (DEM),
comenzaron una serie de visitas a la isla-prisión de Imrali, donde
Ocalan llevaba encarcelado desde 1999 tras ser detenido en Kenia, donde
vivía exiliado.
El 28 de diciembre, Ocalan mantuvo con los diputados la
primera reunión de carácter político para planear el anuncio que
finalmente declaró esta semana.