PARÍS.- La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este martes la polémica
reforma migratoria, que ofrece concesiones a la derecha para controlar
la llegada de inmigrantes al país europeo, tras el batacazo que sufrió
la pasada semana el Gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron.
La Asamblea ha dado 'luz verde' al texto con los votos favorables de
349 diputados, mientras que 186 han votado en contra. El ministro del
Interior, Gérald Darmanin, ha celebrado que la iniciativa haya sido
aprobada sin el apoyo del ultraderechista Agrupación Nacional.
La Asamblea había rechazado previamente --por 284 votos en contra y 155
votos a favor-- una moción presentada por el partido de izquierdas La
Francia Insumisa para tumbar la reforma migratoria, un texto que ha
levantado ampollas en el sector más progresista de Renacimiento, partido
del presidente Macron.
La primera ministra, Élisabeth Borne,
ha denunciado durante el debate las "maniobras groseras" de Agrupación
Nacional, partido de la ultraderechista Marine le Pen. "Plantan la
bandera sobre nuestro texto a pesar de que no lo votaron en el Senado",
ha argüido, según han recogido los diarios franceses.
El apoyo
del partido ultraderechista de Le Pen al borrador ha provocado que
incluso Macron llegase a pronunciarse, asegurando que tumbaría él mismo
la iniciativa en caso de que solo contase con los votos favorables de
dicha formación.
El borrador de ley ha sido aprobado con
anterioridad en el Senado con 214 votos a favor y 114 en contra después
de que una comisión parlamentaria mixta, formada por siete diputados y
siete senadores, haya pactado un texto de consenso.
En medio de
las diferencias que ha planteado la iniciativa, varios ministros, entre
ellos los de Salud, Educación Superior y Vivienda, Aurélien Rousseau,
Sylvie Retailleau y Patrice Vergriete, respectivamente, han amenazado
con dimitir pocas horas antes de que empezase la votación en la Asamblea
Nacional.
Uno de los principales focos de tensión han sido las
ayudas sociales, ya que inicialmente la derecha reclamaba un claro
endurecimiento de las actuales políticas. Este tipo de prestaciones, por
ejemplo las destinadas a familias o a temas de vivienda, estarán
condicionadas a que los extranjeros lleven al menos cinco años en
Francia, en lugar de seis meses como hasta ahora. En caso de tener
trabajo, se rebajan los plazos, a entre tres y 30 meses, en función del
subsidio.
Además, el borrador incluye medidas de regularización
de los inmigrantes que puedan trabajar en sectores con escasez de mano
de obra --sujetas a la discrecionalidad de los prefectos--, el
endurecimiento de los requisitos para la reunificación familiar, la
recuperación del delito de estancia ilegal, la prohibición de ingreso de
menores en centros de reclusión administrativa o la retirada de la
nacionalidad para quienes cometan delitos contra las fuerzas de
seguridad.
El debate se produce después de que la pasada semana
el Gobierno fracasase en su intento de aprobar la medida, lo que llevó
al ministro del Interior, Gérald Darmanin, a presentar su dimisión, si
bien Macron rechazó su salida del Ejecutivo.
Pierde la izquierda
La Asamblea ha rechazado este mismo martes una moción
presentada por el partido de izquierdas La Francia Insumisa que
pretendía tumbar la reforma migratoria impulsada por el Gobierno del
presidente francés, Emmanuel Macron.
La moción de rechazo ha
sido descartada por 284 votos en contra y 155 votos a favor, por lo que
se espera que el debate en la Cámara continúe hasta bien entrada la
noche debido a las diferencias dentro del bloque conservador,
fundamentalmente en el partido Los Republicanos, liderado por Éric
Ciotti.
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asegurado
poco antes que tumbará el proyecto de ley si el texto solo cuenta con
los votos de Agrupación Nacional, partido de la ultraderechista Marine
le Pen, según ha recogido la cadena BFM TV.
El borrador de ley
ha sido aprobado previamente en el Senado con 214 votos a favor y 114 en
contra después de que una comisión parlamentaria mixta, formada por
siete diputados y siete senadores, haya pactado un texto de consenso que
incluso algunos diputados de Renacimiento, el partido de Macron, han
rechazado.
Los ministros de Salud, Educación Superior y
Vivienda, Aurélien Rousseau, Sylvie Retailleau y Patrice Vergriete,
respectivamente, habían amenazado con dimitir pocas horas antes de que
empezase la votación en la Asamblea Nacional.
Uno de los
principales focos de tensión han sido las ayudas sociales, ya que
inicialmente la derecha reclamaba un claro endurecimiento de las
actuales políticas. Este tipo de prestaciones, por ejemplo las
destinadas a familias o a temas de vivienda, estarán condicionadas a que
los extranjeros lleven al menos cinco años en Francia, en lugar de seis
meses como hasta ahora. En caso de tener trabajo, se rebajan los
plazos, a entre tres y 30 meses, en función del subsidio.
Además, el borrador incluye medidas de regularización de los inmigrantes
que puedan trabajar en sectores con escasez de mano de obra --sujetas a
la discrecionalidad de los prefectos--, el endurecimiento de los
requisitos para la reunificación familiar, la recuperación del delito de
estancia ilegal, la prohibición de ingreso de menores en centros de
reclusión administrativa o la retirada de la nacionalidad para quienes
cometan delitos contra las fuerzas de seguridad.
El debate se
produce después de que la pasada semana el Gobierno fracasase en su
intento de aprobar la medida, lo que llevó al ministro del Interior,
Gérald Darmanin, a presentar su dimisión, si bien Macron rechazó su
salida del Ejecutivo.