BRUSELAS.- Los bancos y cajas españoles han utilizado  desde el inicio de la crisis financiera ayudas públicas -ya sea en forma  de inyecciones de capital o de avales para emitir deuda- que ascienden a  146.000 millones de euros, cifra equivalente al 8,4% del PIB, según un  informe publicado por la Comisión. Esta cantidad no incluye todavía las  ayudas concedidas en 2011.
   Las cantidades de ayuda utilizadas por las entidades han ido  aumentando progresivamente a medida que avanzaba la crisis, desde sólo  2.330 millones en 2008 a 56.740 millones en 2009 y 87.150 millones en  2010, según los datos de Bruselas. En total, el volumen de ayudas  autorizadas para la banca española hasta ahora asciende a 336.960  millones, aunque sólo se han utilizado de manera efectiva la mitad.
   En todo caso, el volumen de ayuda pública a la banca española  todavía está por debajo de la media de la UE, que se sitúa en el 13% del  PIB. El conjunto de las entidades europeas ha utilizado ayudas públicas  por valor de 1,6 billones de euros, de las cuales 1,1 billones  corresponden a avales y 409.000 millones a medidas de recapitalización y  tratamiento de activos tóxicos.
   Tres Estados miembros absorbieron casi el 60% de la ayuda total utilizada: Irlanda (25%), Reino Unido (18%) y Alemania (15%).
   En cuanto a las ayudas a la economía real para hacer frente a la  crisis, entre diciembre de 2008 y el 1 de octubre de 2011, los Estados  miembros ofrecieron 82.900 millones de euros. El importe total utilizado  en 2009 fue de 21.000 millones de euros, mientras que en 2010 solo  ascendió a 11.700 millones de euros. Ello indica que en cierta medida se  disponía de financiación de mercado, según la Comisión.
    En España, de los 2.500 millones de euros autorizados para  facilitar el acceso de las empresas a financiación, sólo se han  utilizado 350 millones en 2010.
¿Un capital del 13%?
 El director de Estabilidad Financiera del  Banco de España, Jesús Saurina, ha estimado este jueves que algunas  entidades podrían llegar a requerir un ratio de capital del 13% según  determinan las nuevas exigencias europeas. 
   En este sentido, ha destacado que los requisitos serán  "proporcionales" al "grado de sistemicidad" de la entidad, lo cual  podría elevar sustancialmente el nivel exigido en algunos casos, según  ha explicado durante su intervención en la III Jornada de Actualidad  Financiera de la Unión Europea organizada por CECA y Funcas, en Madrid.
   Aunque el aumento del nivel requerido que supone Basilea III es  muy importante en términos generales y puede calificarse de "shock" para  el modelo de banca minorista, Saurina ha recalcado que este incremento  tendrá un efecto sobre el PIB "muy positivo" a medio y largo plazo. En  cualquier caso, ha destacado que el Consejo de Basilea III ha diseñado  un calendario de aplicación del 2013 a 2019 "para no dañar la  recuperación".
    Asimismo, ha celebrado que Basilea III "recoja" en cierta media la  idea del Banco de España de las provisiones dinámicas, aunque ha  admitido que "no han sido una bala de plata" en el caso de algunas  entidades españolas. Eso sí, ha destacado que gracias a ellas se ha  dispuesto de 30.000 millones de euros.
Más necesidad de reestructuración
 El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha  advertido de que las necesidades de reestructuración del sistema  financiero "se han incrementado", y que "sería un grave error" cerrar  las puertas a nuevas herramientas para contar con entidades sólidas, por  lo que no descartó la creación de un 'banco malo' que aglutine los  activos de peor calidad de los bancos.
"Hay que estar abierto a todas las soluciones que mejoren la situación, herramientas hay muchas. No hay que caer en la complacencia sino seguir haciendo cosas, lo que incluye la herramienta del banco malo", que puede materializarse en cantidad de fórmulas, sostuvo Fernández Ordóñez.
En la medida en que en las últimas semanas las previsiones económicas para 2012 se han visto drásticamente corregidas a la baja y en que los problemas de financiación en los mercados mayoristas han empeorado para toda la banca europea, "la presión sobre las entidades de crédito se ha intensificado", ha explicado.
"Por tanto, las necesidades de ajuste y reestructuración financiera no solo se mantienen sino que se han incrementado", sostuvo Fernández Ordóñez en el acto de presentación del estudio de la Fundación de Estudios Financieros sobre prevención y gestión de crisis bancarias.
El proceso de reestructuración financiera no puede darse por completado y no solo hay que continuar por la senda emprendida sino que se "debe estar abiertos a la posibilidad de acometer las acciones adicionales necesarias", ha defendido el gobernador del Banco de España.
Fernández Ordóñez ha advertido de que durante las fases de crisis, el mayor peligro es la fatiga, cansarse de emprender reformas porque éstas no tienen efectos visibles en el corto plazo.
Asimismo, el gobernador ha incidido en que los procesos de liquidación de entidades pueden acarrear enormes costes para los contribuyentes "y en la medida en que esos costes pudieran afectar al riesgo soberano, el remedio podría resultar peor que la enfermedad".
"Hay que estar abierto a todas las soluciones que mejoren la situación, herramientas hay muchas. No hay que caer en la complacencia sino seguir haciendo cosas, lo que incluye la herramienta del banco malo", que puede materializarse en cantidad de fórmulas, sostuvo Fernández Ordóñez.
En la medida en que en las últimas semanas las previsiones económicas para 2012 se han visto drásticamente corregidas a la baja y en que los problemas de financiación en los mercados mayoristas han empeorado para toda la banca europea, "la presión sobre las entidades de crédito se ha intensificado", ha explicado.
"Por tanto, las necesidades de ajuste y reestructuración financiera no solo se mantienen sino que se han incrementado", sostuvo Fernández Ordóñez en el acto de presentación del estudio de la Fundación de Estudios Financieros sobre prevención y gestión de crisis bancarias.
El proceso de reestructuración financiera no puede darse por completado y no solo hay que continuar por la senda emprendida sino que se "debe estar abiertos a la posibilidad de acometer las acciones adicionales necesarias", ha defendido el gobernador del Banco de España.
Fernández Ordóñez ha advertido de que durante las fases de crisis, el mayor peligro es la fatiga, cansarse de emprender reformas porque éstas no tienen efectos visibles en el corto plazo.
Asimismo, el gobernador ha incidido en que los procesos de liquidación de entidades pueden acarrear enormes costes para los contribuyentes "y en la medida en que esos costes pudieran afectar al riesgo soberano, el remedio podría resultar peor que la enfermedad".

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