BRUSELAS.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha  insistido este jueves en que su intervención para combatir la crisis de  deuda comprando bonos de los países con problemas sólo puede ser  temporal y limitada y no puede servir para subvencionar a Estados con  problemas.
   Draghi ha reclamado a los Gobiernos una "actuación  contundente" para recuperar la credibilidad ante los mercados, que a su  juicio debería traducirse en un "pacto fiscal" que recoja las reglas  esenciales de déficit de la eurozona y los compromisos de ajuste  asumidos por cada país.
   En una intervención ante el pleno de la Eurocámara, el  presidente del BCE ha dicho que su programa de compra de bonos "no es  para crear liquidez, no es para subvencionar a Gobiernos, es para  reparar los canales de transmisión de la política monetaria".
   "Es una medida no estándar y va a ser temporal y limitado. No  es eterno ni infinito", ha resaltado. "El BCE sólo puede actuar dentro  de los límites del Tratado. Sería un error que el BCE actúe fuera del  Tratado, porque sería ilegal y, especialmente en algunas partes de  Europa, socavaría la credibilidad del BCE, que ahora es la firma más  fuerte de la eurozona", ha insistido.
   Ante las peticiones de los eurodiputados que le reclamaban que  el BCE actúe como prestamista de último recurso para los Estados,  Draghi ha señalado que el Banco sólo puede ejercer de "prestamista de  último recurso para bancos solventes".
 "No se le debería pedir que haga  cosas que no contempla el Tratado", ha dicho.
   "Los Gobiernos deben individual y colectivamente restaurar su  credibilidad frente a los mercados financieros", ha resaltado Draghi.
   El presidente del BCE ha admitido que se han realizado  "progresos notables", como la aprobación del nuevo sistema de sanciones  para los países con déficits excesivos, pero "sus efectos positivos  sobre la credibilidad de las políticas fiscales de los Gobiernos todavía  no son visibles".
   "Y los cambios de Gobierno que se han producido en algunos de  los países más expuestos (en referencia a Grecia, Italia y España)  todavía no han tenido mucho efecto en la fragilidad de los mercados  financieros", ha alertado.
   A su juicio, para atajar la crisis se necesita a corto plazo  una "señal creíble" que permita restaurar la credibilidad de la  eurozona. Ello podría lograrse, según Draghi, con un "nuevo pacto  fiscal, una reafirmación de la esencia de las reglas fiscales y de los  compromisos fiscales que los Gobiernos de la eurozona han hecho".
   "Los próximos días serán muy importantes para decirnos si  haremos progresos en esta vía", ha dicho Draghi en referencia a la  cumbre del 9 de diciembre.
   "Un nuevo pacto fiscal sería la señal más importante de los  Gobiernos de la eurozona de que se embarcan en una profundización global  de su integración económica. Presentaría una trayectoria clara sobre la  evolución futura de la eurozona y modelaría las expectativas", ha  sostenido el presidente del BCE.
   En cuanto a la forma legal de este pacto, Draghi ha señalado  que "no hay que descartar cambios del Tratado de largo alcance", pero ha  agregado que "también se pueden concebir procesos más rápidos".
   "Sea cual sea el enfoque, las empresas, los mercados y los  ciudadanos de Europa esperan que los políticos actúen de forma  contundente para resolver la crisis", ha insistido.
   Draghi ha eludido adelantar las decisiones que adoptará el  Consejo de Gobierno del BCE en su reunión del jueves 8 de octubre, pero  ha dejado claro que es consciente de los problemas de financiación de  los bancos. En los últimos días se ha especulado con la posibilidad de  que el BCE ofrezca nuevas líneas de liquidez a dos o incluso a tres años  para las entidades. 
   "Somos conscientes de las constantes dificultades para los  bancos debido al estrés en los bonos soberanos, las restricciones en los  mercados de financiación y la escasez de colateral elegible en algunos  segmentos financieros. También somos conscientes de los problemas de  desajustes en plazos de vencimiento en los balances, los desafíos de  aumentar el nivel de capital y los riesgos cíclicos debidos a la  desaceleración", ha dicho.
   En materia de tipos de interés, Draghi ha dejado claro también  que no hay riesgos inflacionistas. "Los riesgos a la baja para las  previsiones económicas han aumentado. La debilidad de la actividad está  moderando las presiones sobre precios, costes y salarios", ha apuntado..

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