MADRID.- La consultora alemana Roland Berger avanza en  su proyecto para crear la agencia de rating europea y ha iniciado los  trabajos para formar un consorcio de una treintena de instituciones  financieras (bancos, entidades financieras, gestoras de fondos y  consorcios de compensación), para recaudar 300 millones de euros que  permitan que pueda empezar a funcionar en el segundo trimestre del 2012. 
   El socio responsable  del proyecto, Markus Krall, ha explicado en Madrid que la futura agencia sigue un  modelo de "non profit" que no busca beneficios, sino que se basará en la  normativa establecida por Basilea II con la máxima transparencia  posible respecto a su funcionamiento para "restaurar" la confianza de  los mercados con un proyecto "independiente".
   Hasta el momento, han empezado a reunirse con potenciales  inversores en Alemania, y prevén hacerlo en Austria, Grecia, Suiza,  Italia y España, donde ha detectado a cuatro posibles candidatos, con  los que aún no se ha cerrado el acuerdo. 
   No excluye a instituciones de otros países europeos e incluso de  Estados Unidos, si bien ha remarcado que no facilitará sus nombres hasta  que los acuerdos no estén cerrados y los inversores lo autoricen. 
   En este sentido, ha deslizado que "cerca" de la mitad de los  interesados ya han dado un compromiso previo y que en marzo de 2012 se  espera cerrar todos los flecos.  
   La idea es que cada uno de ellos aporte unos diez millones de  euros y puedan recuperar su inversión en un plazo de cinco años, a  través de la absorción de excedentes. No obstante, para que esto  funcione es necesario modificar el  marco regulatorio para permitir  crear un nuevo sistema de pago basado en el inversor, en lugar de en los  emisores de la deuda sobre la que se emite la calificación, como ocurre  actualmente. 
   Sin embargo, esto será un proceso "lento" que puede tardar entre  12 y 24 meses, en los que la nueva agencia funcionaría de la manera  "tradicional", empezando por trabajar en ratings de deuda soberana y,  posteriormente, banca, dejando para 2013 la calificación de otros  productos financieros. En cualquier caso, Krall ha garantizado que no  habrá "ningún trato de favor" 
   Krall ha recalado que se trata de una iniciativa estrictamente  privada que no parte de ninguna institución política comunitaria, si  bien ha recalcado que existe una comunicación "cómoda" con la Autoridad  Bursátil Europea (ESMA por sus siglas en inglés), pese a que aún no han  solicitado el registro como agencia de rating, lo que harán cuando  cierren la financiación.   
    Según Krall, este modelo busca "minimizar" los posibles  "conflictos de intereses", ya que busca una base "muy amplia" de  inversores, y ha remarcado que su compromiso de independencia distingue  su proyecto de S&P, Moody's o Fitch, agencias que, en primer lugar,  nunca han recogido tal compromiso.
   Además, ha destacado que contará con un "comité de sabios"  procedentes del ámbito universitario para diseñar la metodología, que  será pública --al contrario de sus homólogas estadounidenses-- y  accesible "para cualqueira que tenga una conexión a Internet". 
   Krall ha admitido que existen otros proyectos de crear agencias de  calificación en varios países europeos, pero ninguno de ellos, a  excepción del creado por un grupo de 'family office' suizas, tiene la  amplitud de escala "global" del de la consultora alemana. Sin embargo,  ha asegurado que todos ellos con "bienvenidos" porque contribuyen a  romper el monopolio de las agencias americanas. 
   Para la consultora, existe una serie de desajustes en la  estructura actual de la industria de calificación, como son un 'rating'  subjetivo, problemas de metodología y proceso, desajustes cíclicos,  desajustes regulatorios y subjetividad local de las calificadoras, de  los que ha tratado de "aprender" para su proyecto. 
   En este sentido, ha destacado que el valor que pretende añadir la  nueva agencia es el de la "anticipación", máxime cuando las  instituciones estadounidenses han fallado a la hora de avisar sobre  problemas como los de la deuda periférica. No obstante, ha remarcado que  lo que no se puede exigir es que las calificaciones no reflejen el  deterioro actual de la situación económica.

No hay comentarios:
Publicar un comentario