En el marco de la cita de ministros de Defensa europeos en la que pasan revista al plan acordado en primavera para entregar munición del calibre '155' a Ucrania, la junta directiva de la EDA ha presentado una serie de prioridades para impulsar la Defensa europea entre las que urge a contar con "fuerzas terrestres de espectro completo ágiles, móviles, interoperables tecnológicamente y resistentes" y asegura que la guerra en Ucrania ha puesto de relieve la necesidad de una defensa aérea y antimisiles integrada.
Entre otros objetivos, en la dimensión terrestre, la EDA señala la modernización y desarrollo de carros de combate, vehículos de combate de infantería y vehículos blindados de transporte de tropas. Igualmente apunta la necesidad de hacer frente a nuevas amenazas como pequeños sistemas aéreos no tripulados.
Respecto a la situación en Ucrania, la EDA subraya que ha puesto de manifiesto la necesidad "urgente" de mejorar la capacidad de movilidad militar de fuerzas en la UE y más allá, y que los Veintisiete pongan fin a la la falta de capacidades de vigilancia capaces de recopilar inteligencia de señales e imágenes, una labor clave que han desarrollado drones no tripulados en el contexto de la guerra.
Sobre sistemas antiaéreos, el informe insiste en que la UE dé un paso adelante en la capacidad de detección de lanzamiento, trayectoria y ubicación de misiles balísticos de crucero y sistemas hipersónicos mediante el desarrollo de una capacidad de alerta temprana espacial. Igualmente pone el foco en la interoperabilidad entre los sistemas terrestre y aéreo.
Para mejorar las infraestructuras críticas, tras ataques como el registrado en Nord Stream el pasado año, la EDA pide aumentar la interoperabilidad y mejorar las respuestas conjuntas entre las capacidades civiles y militares. Para ello pide evaluaciones periódicas de vulnerabilidad para identificar interdependencias y efectos en cascada.
Por último en aspectos de cultura de la Defensa, la agencia pone el acento en desarrollar liderazgos en la UE preparados para el futuro y que desarrollen y mejoren las competencias necesarias para dirigir en un en un entorno en constante cambio.
Estas prioridades son el resultado de una evaluación conjunta de los Estados miembros reunidos en la EDA sobre la capacidad a corto, medio y largo plazo y el análisis de tendencias que abarcan las carencias de capacidades existentes en el contexto de la política exterior y de seguridad de la UE.
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