JERUSALÉN.- El Gobierno israelí dio luz verde la madrugada de este lunes a implementar una nueva campaña militar para «ocupar y retener los territorios» de la Franja de Gaza, golpeada por las bombas israelíes desde hace más de año y medio, y a reanudar la entrada de ayuda a través de empresas norteamericanas para privar a Hamás de su acceso.
«El plan incluirá, entre otras cosas, la ocupación de la Franja, la retención de los territorios y el movimiento de la población de Gaza hacia el sur», dijo una fuente oficial israelí, pese a que el Ejército ya ocupa actualmente parte del sur del enclave con la reciente apropiación de la ciudad de Rafah.
La nueva hoja de ruta, aprobada de forma unánime por el gabinete de seguridad, deja atrás «el método de incursiones» que las tropas aplicaban antes del alto el fuego para dar paso «a la ocupación y permanencia» en los territorios de la Franja. Además, incluye «ataques poderosos contra Hamás, acciones que ayudarán a lograr una victoria decisiva», agregó.
Algunos de los ministros más radicales del Ejecutivo israelí se mostraron muy satisfechos con este plan del que quisieron dar más pistas.
«Por fin vamos a ocupar la Franja de Gaza», dijo el ministro de Finanzas, el radical y colono Bezalel Smotrich, en una conferencia organizada por el periódico Besheva, uno de los que más ha abogado por la reocupación de la Franja desde el inicio de la ofensiva.
Asimismo, quiso dejar claro que las tropas israelíes permanecerán en la Franja con independencia de que se firme un nuevo acuerdo de alto el fuego con Hamás.
También el ministro de Cultura israelí, Miki Zohar, en una entrevista con el medio público israelí Kan, aseguró que el objetivo de esta nueva ofensiva es «la ocupación completa de la Franja», pese a que «ponga en peligro a quienes permanecen en cautiverio», en referencia a los 59 rehenes israelíes (24 de ellos vivos) que Hamás mantiene cautivos allí.
«Hamás se dará cuenta de que no le quedará más remedio que devolver a los rehenes y exiliarse de Gaza», agregó.
Este nuevo escenario aleja la posibilidad de que pueda llegar a corto plazo un nuevo acuerdo de tregua, ya que la principal exigencia de Hamás es la retirada total de las tropas del enclave palestino.
Otro de los asuntos que abordó el gabinete de seguridad fue la reanudación de la entrada de la ayuda humanitaria (comida, medicinas y combustible), vetada por Israel desde hace más de dos meses, con un nuevo esquema que busca «evitar que Hamás tome el control de los suministros».
El Gobierno de Israel pretende así que se establezcan solo «cuatro o cinco» centros de distribución en el sur de la Franja de Gaza y potencialmente un centro adicional bajo el área militar de Netzarim.
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