LISBOA.- Por primera vez en más de medio siglo un partido de ultraderecha se convierte en la segunda fuerza política del país por lo que, tras la celebración de las cuartas elecciones legislativas del 18 de mayo, será líder de la oposición después de superar en escaños a los socialistas.
Esta noche, once días después la victoria conservadora y con el recuento del voto exterior ya completado, la ultraderechista Chega ha sumado dos diputados más hasta lograr los 60 escaños, superando así al Partido Socialista (PS), que se queda con 58 y el tercer puesto.
La conservadora Alianza Democrática (AD), liderado por Luís Montenegro, ha revalido su condición de fuerza más votada al quedarse al final con 91 diputados en la Asamblea de la República, tras añadir otros dos en el recuento del voto exterior.
Horas antes de confirmarse el resultado definitivo del voto exterior en Portugal, el líder de la ultraderecha, André Ventura, se mostraba bien seguro de que Chega iba a consolidarse como la segunda fuerza política del país. A su llegada al hotel de Lisboa, donde los ultras seguían el recuento, Ventura ha señalado que esperaba ser "el líder de la confusión ni de la destrucción”, intentando dibujarse como una formación que promete ejercer con rigor el papel de líderes de la oposición. "Ser el líder de la oposición en Portugal es ejercer una labor de fiscalización, de vigilancia, de confrontación, de lucha contra la corrupción... pero al mismo tiempo es saber decir que respetamos el tempo de los portugueses”, señaló antes de dejar una sentencia que marcaría el resto de la noche electoral: "Seremos el faro de la estabilidad, de la autoridad del orden".
Una vez confirmado que Chega y Alianza Democrática se repartían los cuatro diputados que asigna el voto exterior, con dos para cada partido, y que la formación de ultraderecha superaba en escaños al Partido Socialista, André Ventura compareció ante sus fieles para celebrar lo que calificó como un momento decisivo para Portugal.
"Es un día histórico. No vamos a quedarnos callados mientras el país se deteriora. Construiremos una alternativa", apuntó en un discurso en el que evitó cualquier referencia al consenso o a la negociación, pero en el que sí subrayó que su proyecto no busca ocupar el espacio de otras fuerzas, sino sustituirlas: "No será una alternativa por nombres, ni por cuotas, ni por pactos. Será una alternativa por principios, por valores, por convicción”.
También reiteró que Chega no replicará la trayectoria institucional de PS y PSD, los partidos que han gobernado el país durante el último medio siglo: “No se puede esperar que Chega haga lo mismo que hicieron PS y PSD en estos 50 años. Nosotros no hemos venido a eso. Hemos venido a cambiar Portugal”.
En su intervención, Ventura volvió a exaltar la dimensión combativa de su partido, uno de cuyos rasgos fundacionales ha sido la confrontación directa con colectivos vulnerables y con el marco democrático tradicional.
“Este partido no va a renegar de su ADN. Nunca. Portugal está harto. Hartísimo. Y lo que ha votado es que no quiere más de lo mismo”, declaró. Remató su discurso con un mensaje que, lejos de apelar al diálogo o la convivencia institucional, reafirma el desafío político que Chega lanza al sistema: “Tenemos dos caminos: o nos volvemos como el PS y el PSD, o mantenemos nuestro ADN. Y os garantizo que no vamos a traicionar nuestras convicciones. La hora del cambio está llegando. No es un lema. Es un hecho”.
El sorpaso de Chega al PS se ha consumado gracias al voto de los cerca de 350.000 portugueses residentes en el extranjero, cuyos sufragios han sido determinantes. De los cuatro escaños adjudicados en estas circunscripciones, dos han ido a parar al partido de Ventura y los otros dos a la Alianza Democrática. El Partido Socialista, por primera vez desde la instauración de la democracia en 1974, se queda sin representación en el exterior.
En países como Suiza, Francia o Luxemburgo, Chega ha liderado el recuento con porcentajes muy por encima del resto. En Suiza ha alcanzado el 45,7 % de los votos; en Francia, el 28,8 %, y en Luxemburgo, más del 31 %. Bélgica y Reino Unido también han registrado una fuerte implantación del voto ultra.
En cambio, en España, la tendencia ha sido distinta: la AD ha ganado con un 22,1 %, seguida del PS (17,5 %) y Chega con el 13,1 %. La participación general en el voto exterior ha sido baja, alrededor del 21 % del censo.
Desde la noche electoral del 18 de mayo, Chega y el PS estaban empatados con 58 escaños cada uno. El resultado de esta noche rompe ese equilibrio. El presidente del PS, Carlos César, asumió la derrota antes de que se oficializara: “Chega superará a nuestra fuerza y quedará segunda en las elecciones”, escribió en su cuenta de Facebook, reconociendo un vuelco que había tomado forma ya en las primeras cifras del escrutinio.
La conservadora Alianza Democrática, liderada por Luís Montenegro, se consolida como primera fuerza, aunque sin mayoría absoluta. La entrada de Chega como líder de la oposición, con un discurso abiertamente hostil a las bases del sistema democrático, abre una etapa de inestabilidad parlamentaria y polarización política inédita en la democracia portuguesa.
La carrera de André Ventura está profundamente ligada a su capacidad para ocupar espacio mediático. De hecho, antes de irrumpir en la política institucional, construyó una imagen pública como tertuliano deportivo, abogado y autor de best sellers. Su paso por el seminario y su presencia en platós de televisión moldearon un perfil retórico, provocador y calculadamente disruptivo.
Su primera incursión política fue en 2017, como candidato del Partido Social Demócrata (PSD) en Loures, donde lanzó su primera campaña con un discurso centrado en atacar a la comunidad gitana. Ese mensaje se convirtió en la piedra angular de Chega, el partido que fundaría poco después y que ha crecido a su imagen y semejanza.
Desde entonces, ha consolidado un estilo personalista, apoyado en el uso intensivo de las redes sociales y en un relato de victimismo institucional que reproduce patrones comunes a otros líderes de extrema derecha en Europa.
El periodista Vítor Matos, autor de Na cabeça de Ventura, lo describe como un “oportunista” que ha sabido conectar con sectores sociales que se sienten ignorados por los partidos tradicionales. Según Matos, Ventura ha transitado por tres etapas en su carrera: el éxito académico y profesional, la fama mediática y, finalmente, el poder político. Y lo ha hecho sin renunciar a un lenguaje populista que erosiona las bases del consenso democrático portugués.
En las elecciones de 2022, Chega logró 50 diputados. Once días después de los comicios de 2024, Ventura ha logrado ampliar ese respaldo hasta los 60 escaños. Hoy se presenta como líder de la oposición, en el momento en que la democracia portuguesa cumple medio siglo. Y lo hace reivindicando un proyecto que, más que disputar el poder político, pretende deslegitimar a quienes lo ejercen desde la lógica del pacto y el pluralismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario