Detrás de este muro, se encuentra un apartamento donde vive una familia de confesión judía, la cual afirma ser objeto de un deliberado señalamiento.
La propietaria del lugar, temiendo represalias, ha preferido mantenerse en el anonimato pero ha dejado claro que esto no es producto del azar, sino que es intencionado. En sus propias palabras, menciona: "Esto me hace recordar cuando éramos bien recibidos por Hitler. Nos están marcando, nos están señalando como si dijeran: aquí viven judíos, pueden ir por ellos".
Ante esta situación, la habitante ha decidido presentar una denuncia en contra de los responsables. Hasta el momento, los autores de estos graffiti no han sido identificados y desde su aparición, la vida cotidiana de la familia judía ha cambiado por completo.
La Policía les ha recomendado tomar precauciones adicionales, como cerrar las persianas del apartamento, retirar las placas identificativas y estar atentos ante cualquier problema, prometiéndoles una pronta respuesta al llamar a un número telefónico asignado para emergencias.
Esto ha generado un profundo sentimiento de temor e inseguridad en la familia afectada. Lamentablemente, esta preocupación se extiende a toda la comunidad judía de la ciudad.
Según el vicepresidente de la misma, si estos hechos continúan ocurriendo, es posible que se implementen medidas de protección adicionales para salvaguardar a los fieles.
El impacto de esta situación se extiende más allá de la vida comunitaria, afectando también a asociaciones y otros ámbitos. Es importante destacar que esta situación se da en un contexto en el cual, recientemente, se han producido ataques del Hamas contra Israel y viceversa.
Desde el 7 de octubre, se han registrado 819 actos antisemitas en Francia, según datos del Ministerio del Interior. Estas cifras alarmantes evidencian la urgente necesidad de abordar el problema y garantizar la seguridad y la igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de su religión o creencias.
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