SANTIAGO.- La economía chilena cayó
un 3,4% en octubre en relación a igual periodo del año anterior, su peor
registro en 10 años, debido a la inusitada crisis social que explotó ese
mes provocando una dramática baja en el comercio y los servicios,
informó este lunes el Banco Central (BC).
La caída del Índice
Mensual de Actividad Económica (Imacec, que proyecta el PIB), supera
ampliamente las proyecciones oficiales y del mercado, donde se había
anticipado un descenso en torno al 1%.
El indicador mensual es también el más bajo desde 2009,
cuando la economía local cayó 3,5% en la estela de la crisis financiera
global.
La serie desestacionalizada disminuyó 5,4% respecto del mes precedente y 3,5% en doce meses.
"Significa
un estancamiento de la economía que tiene un rostro social muy
importante" (...) porque el 'porrazo' (caída) que nos hemos pegado ha
sido muy fuerte", dijo el ministro de Economía, Lucas Palacios, al
comentar la cifra de Imacec, adelantando que el gobierno anunciará una
"artillería económica" para hacer frente a la crisis.
La drástica
paralización del comercio, los servicios y la industria manufacturera
tras el estallido social del 18 de octubre son las principales causas de
esta caída, de acuerdo al BC.
La crisis social comenzó con
protestas estudiantiles contra el aumento en las tarifas de ferrocarril
metropolitano y escaló hasta convertirse en la revuelta social más grave
desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con un
saldo hasta ahora de 23 muertos.
Las manifestaciones se volvieron
diarias y han derivado en violentos enfrentamientos con la policía,
saqueos e incendios, obligando a cerrar negocios, en especial los
céntricos, mientras que los grandes centros comerciales funcionan con
horarios restringidos.
La organización de grandes eventos debió
ser cancelada a causa de la crisis social, como ocurrió con el encuentro
de líderes del foro económico APEC, la Conferencia del Clima de la ONU
COP25, que se trasladó a Madrid, y la final única de la Copa
Libertadores, que finalmente se jugó en Lima.
"El cuadro es una tormenta perfecta" que arrecia sobre la economía, dijo el economista Francisco Castañeda.
La crisis provocó "una
desaceleración muy brusca del crecimiento y el cuarto trimestre tendrá
números negativos. La tasa de desempleo mostrará un alza y la banca ya
empezó a restringir créditos", complicando el panorama de cara al
próximo año, agregó el analista de la Universidad de Santiago (USACH).
Las
actividades más afectadas fueron "educación, transporte, servicios
empresariales y restaurantes y hoteles", de acuerdo al BC.
Un reporte del Scotiabank afirma que la economía local "habría perdido dos años de crecimiento en tan solo dos semanas".
Durante
octubre, el llamado "Imacec minero" creció 2%, en una actividad que ha
crecido a un menor ritmo de lo esperado debido a los efectos de la
guerra tarifaria que llevan adelante Estados Unidos y China y que ha
derrumbado el valor internacional del cobre, del que Chile es el
principal productor mundial con casi un tercio de la oferta global.
Antes
del estallido de la crisis social, las autoridades esperaban que el
final del año tuviera un mucho mejor desempeño que en el arranque de
2019. En el tercer trimestre, el Producto Interior Bruto (PIB) chileno
se expandió 3,3% y las autoridades esperaban cerrar el año con un
crecimiento cercano al 2,5%.
Pero la crisis arrastró las proyecciones anuales, hoy situadas en torno al 2%.
Con
la economía en baja y los mercados inquietos, el Banco Central anunció
el jueves una intervención del mercado cambiario por hasta 20.000
millones de dólares, desde diciembre hasta fines de mayo, con el fin de
sostener el peso que en la pasada semana volvió a caer a su mínimo
histórico (828,36 unidades por dólar).
Este lunes, en el primer día de la intervención, el peso se recuperó 0,5%, para cerrar a 805,24 unidades por dólar.
A
mediados de noviembre, la entidad monetaria hizo un primer intento por
aplacar a los mercados inyectando 4.000 millones de dólares a través de
licitaciones a 30 y 90 días. Pero la especulación ganó la primer batalla
obligando al BC a subir la apuesta.
Las protestas hunden la economía chilena y sus expectativas de crecimiento
La
afectación de la crisis social a la economía chilena superó todas las
expectativas y le asestó su mayor golpe en 10 años .
El dato de la caída del PIB
es el peor desde julio de 2009, cuando la economía chilena cayó un 3,5 %
por la crisis de las hipotecas subprime.
Esta
vez han bastando menos de 15 días -el estallido social comenzó el 18 de
octubre- para que la economía se desplomara muy por debajo de los
pronósticos del Gobierno, que esperaban un crecimiento de entre el 0 y
el 0,5 % para ese mes.
Ante
estos resultados, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, rebajó este
lunes hasta el 1,4 % la previsión de crecimiento económico para 2019,
lo que supone hasta 0,8 puntos menos con respecto al último ajuste, y
estimó para 2020 una expansión de entre el 1 y el 1,5 %, frente al 2,3 %
estimado.
La
crisis social, que ya se ha cobrado la vida de al menos 23 personas,
mantiene a miles de personas en manifestaciones en reclamo de una mayor
redistribución de la riqueza, pero ha dado lugar también a graves
episodios de violencia, como saqueos, incendios y destrucción de
mobiliario, que han afectado al desempeño del comercio y la industria.
Los
servicios también se han visto afectados, sobre todo en educación,
transporte, servicios empresariales y restaurantes y hoteles.
El
daño en infraestructuras alcanza los 4.500 millones de dólares, el
Gobierno calcula que se van a perder cerca 300.000 empleos y el Banco
Central tuvo que intervenir poniendo 20.000 millones de dólares en venta
para evitar que el peso, que llegó a cotizar a 828,36 unidades por
dólar, siguiera desplomándose, logrando sostenerlo, al menos en el día
de hoy, en 803 unidades.
Esta
dinámica que llevó al hundimiento de la economía en octubre ha seguido
dándose, aunque con un menor grado de virulencia, en las más de seis
semanas que dura ya esta crisis, por lo que algunos expertos advierten
de que en noviembre el resultado económico puede ser "catastrófico".
Así
lo expresó Francisco Castañeda, economista y doctor en geografía
económica de la Universidad de Santiago, quien agregó que el país está
funcionando a la mitad o menos que en una situación normal y que prevé
que el resultado final del cuarto trimestre del año sea negativo.
"La
economía desacelera, hay un dólar más alto (15 % más alto), la
inflación se empina en el rango del 2,2 % a 2,6 %, la banca está
restringiendo el crédito y está subiendo las tasas de interés producto
de una mayor aversión al riesgo de las empresas (...). Es una tormenta
perfecta", expresó Castañeda.
Además,
indicó que debido a la desaceleración la recaudación en impuestos
disminuirá entre 2.000 y 4.000 millones de dólares, por lo que Chile va a
tener un fisco más débil, aunque afortunadamente, según Castañeda, con
capacidad de aumentar su nivel de deuda.
"La
deuda en Chile es baja. No es dramático que la deuda suba del 27 % del
PIB al 35 % o 40 % para financiar gastos sociales", comentó.
El
experto auguró que el desempleo podría pasar del actual 7 % al 9 % en
el próximo trimestre móvil, lo dejará una economía muy débil de cara al
año que viene.
De
hecho, el subsecretario de Trabajo de Chile, Fernando Arab, informó
este lunes que en noviembre hubo 62.000 despidos por causas de
necesidades de la empresa, "casi el doble que igual período del año
anterior" y "superior al promedio de un mes normal (entre 30.000 y
40.000).
"Violencia debe parar!!", enfatizó Arab en su cuenta de Twitter.
Ante
este panorama, el Gobierno presentó un plan de reactivación económica
que considera medidas por 5.500 millones de dólares que se distribuyen
en un mayor gasto público en 2020 (3.025 millones de dólares), medidas
de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas (1.950 millones de
dólares) y otras iniciativas por 525 millones de dólares, explicó
Briones en rueda de prensa.
"Todas
estas medidas son mayoritariamente transitorias y concentradas en
apoyar la creación de empleos, de forma directa o indirecta vía
inversión pública, así como el apoyo a las empresas de menor tamaño. Se
estima que esta agenda generará 100.000 nuevos empleos el próximo año",
dijo el ministro.
La
caída de la economía chilena sin contar el Imacec minero fue aun peor y
alcanzó el 4 %, mientras que el dato aislado del sector minero arrojó
un crecimiento del 2 %.
En
términos desestacionalizados, y con respecto al mes anterior, el Imacec
minero creció un 0,9 % y el Imacec no minero disminuyó un 6,1 %.
"El
índice no minero cae fuertemente y el minero sube. Eso refleja que el
problema está en la economía doméstica producto de estos eventos (de
crisis social)", explicó Castañeda.