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martes, 25 de julio de 2023

Las olas de calor amenazan el atractivo turístico de España, según "Moody's"


LONDRES.- El aumento esperado en la intensidad, número y duración de los fenómenos climáticos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo, incluyendo un menor atractivo como destino turístico de los países mediterráneos, como España, además de un aumento de la presión sobre los precios y las cuentas públicas o una mayor volatilidad de los precios de la energía, según Moody's Investors Service.

"Si bien los costes económicos y fiscales siguen siendo manejables a corto plazo, el aumento previsto en el número, la intensidad y la duración de los fenómenos climáticos extremos en los próximos años tendrá efectos crediticios negativos a más largo plazo", advierte la calificadora de riesgos.

En este sentido, si bien la agricultura juega un papel pequeño en las economías de Italia, Croacia, Grecia o España, por lo que es probable que la actual ola de calor actual tenga implicaciones económicas relativamente limitadas, Moody's advierte de que podría llegar a afectar a los precios de los alimentos y al turismo.

En este sentido, destaca que los países citados son importantes proveedores de aceitunas, uvas, cereales y frutas, y los déficits de producción presionarán los precios de los alimentos, recordando que, en 2022, las altas temperaturas redujeron la cosecha de cereales de la UE en un 10,2% en relación con los últimos cinco años.

Asimismo, "las olas de calor pueden reducir el atractivo del sur de Europa como destino turístico a largo plazo" o, al menos, reducir la demanda en verano, lo que tendría consecuencias económicas negativas dada la importancia del sector.

Por otro lado, Moody's apunta que las condiciones climáticas cálidas y secas también afectarán a los países del norte de Europa, donde las cadenas de suministro se ven afectadas por la bajada del caudal en las principales rutas de transporte fluvial, lo que ha impulsado al alza los costes de transporte a través del Rhin y causando una caída del tráfico.

Además, la agencia advierte de que la generación de electricidad, en particular la hidroeléctrica, también se ve afectada negativamente por el calor y la sequía, mientras que las condiciones climáticas severas aumentarán la volatilidad de los precios a medida que los países recurran a combustibles alternativos o importaciones.

En su análisis, la calificadora de riesgos considera probable que los gobiernos extiendan el apoyo a las regiones afectadas si persisten las condiciones climáticas extremas.

En este sentido, añade que el calor incrementa el riesgo de incendios forestales, lo que aumenta los costes para las arcas públicas, y recuerda que los daños causados por incendios forestales en 2022 costarán al menos 2.000 millones de euros, según estimaciones de la UE.

"Las medidas de adaptación para fortalecer la resiliencia a los eventos relacionados con el clima extremo requerirán un gasto público significativo, pero manejable", señala la agencia.

Según la Comisión Europea, para limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, las inversiones en adaptación rondarán los 40.000 millones al año o el 0,3% del PIB de la UE.

"En ausencia de tales medidas para amortiguar las implicaciones fiscales negativas de los eventos relacionados con el clima, la CE cree que el coste de los eventos climáticos extremos tendrá efectos fiscales consecuentes", señala.

Si las temperaturas medias globales aumentan alrededor de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, la CE estima que los coeficientes de deuda serían 4,5 puntos porcentuales más altos en España para 2032, 2,6 puntos porcentuales más altos en Grecia y 2,2 puntos porcentuales más altos en Italia, principalmente como resultado de los costes económicos y fiscales de los eventos climáticos extremos.

En un escenario en el que las temperaturas medias mundiales aumentasen 2°C, se estima que los coeficientes de endeudamiento aumentarían en promedio 0,4 puntos porcentuales adicionales.

De este modo, si bien el impacto fiscal parece relativamente pequeño, particularmente en comparación con otros desafíos de los emisores soberanos europeos, como el envejecimiento, Moody's advierte de que, sin embargo, los eventos climáticos más frecuentes e intensos se sumarán a una serie de prioridades de gasto en competencia, como la financiación de la transición verde y el aumento de los costes del envejecimiento, "lo que aumentará las presiones sobre las finanzas públicas".

La circulación de los océanos puede interrumpirse a partir de 2025


MADRID.- La Circulación Meridional de Vuelco del Atlántico Norte (AMOC, por sus siglas en inglés) es un sistema de corrientes que conecta todos los océanos del planeta. Juega un papel fundamental, enfriando las aguas cálidas que llegan procedentes de las zonas tropicales y transportándolas hacia el sur, donde inician de nuevo el ciclo. Esto permite, además, oxigenar el fondo marino, lo que posibilita que haya vida a mucha profundidad. Y además equilibra la temperatura tanto de las regiones más cálidas como de las más frías del globo para que no sean tan extremas, narra hoy El Independiente.

Ahora todo ese sistema de corrientes podría estar en riesgo. Así lo asegura un nuevo estudio de la Universidad de Copenhague y del Instituto Niels Bohr de Noruega, publicado hoy en la revista científica Nature Communications, que afirma que si continuamos emitiendo los mismos niveles de gases de efecto invernadero la AMOC colapsará con un 95% de probabilidad entre 2025 y 2095, y establece que el año más probable de que esto suceda es 2057. Unos cálculos que contradicen a los del IPCC, que en su último informe consideraba muy improbable que se produjera un cambio abrupto en la circulación oceánica global durante este siglo.

Las consecuencias de este fenómeno podrían ser muy graves. "El impacto se produciría sobre todo en la zona norte de Europa. Sería algo curioso, porque un fenómeno que tiene como origen el cambio climático podría producir un descenso importante de la temperatura, e incluso una pequeña glaciación", explica Manuel Vargas, científico del Instituto Español de Oceanografía, que pertenece al CSIC.

Esto se debe a que las corrientes de agua cálida que llegan al Atlántico Norte, que sirven para caldear la fría atmósfera del norte de Europa, se interrumpirían. Un fenómeno que el experto considera que también impactaría en España, aunque en menor medida. De igual manera, pasaría exactamente lo contrario en los trópicos, que no podrían enfriar sus aguas y se calentarían aún más. 
 
El Atlántico Norte reúne dos aspectos clave para funcionar como motor de este sistema global de corrientes. Por un lado, es el océano más salado del mundo, y por otro la temperatura del Ártico, especialmente en invierno, sirve para enfriar el agua cálida. Y estos son los factores clave para permitir que el agua se hunda hacia las profundidades y sea sustituida por otra. 

Lo explica Vargas: "El agua que llega al Atlántico Norte procedente del sur cede su calor a la atmósfera y se enfría. Y ese agua fría, como es más densa y, por así decirlo, pesa más, se hunde hasta el fondo del mar y viaja de nuevo hacia el sur. Esto provoca que quede un hueco en la superficie que es ocupado por agua nueva, que ha llegado desde el sur y está más caliente. Y así se está traspasando continuamente calor de una zona a otra del planeta".

Sin embargo, el calentamiento global está provocando que los polos se deshielen. Y el hielo del Ártico, cuando se deshace, se transforma en agua dulce. Hasta ahora esto no había afectado tanto a la AMOC porque la temperatura es el factor dominante, y aunque el agua se endulzara como estaba muy fría se hundía en las profundidades. 

Pero el aumento de la temperatura de los mares también está provocando que las aguas se enfríen menos. Así que desde hace un tiempo la comunidad científica comenzó a debatir si todo este mecanismo se interrumpiría. 

Los autores del nuevo estudio, sin embargo, no hacen suposiciones con respecto a los impulsores del cambio de la AMOC. Pero señalan que el logaritmo de las concentraciones atmosféricas de CO 2 ha  aumentado casi linealmente dentro del período de tiempo estudiado (150 años). Sin embargo, no descartan que existan "otros mecanismos en juego".

Por su parte, Vargas considera que, en caso de que se produzca ese colapso en la AMOC, probablemente llevaría "miles de años" que ese sistema de corrientes se restaurara, porque necesitaríamos que el planeta se enfriara y a día de hoy nos encaminamos justo a lo contrario. 

En el mar de la Antártida ocurre un proceso similar de enfriamiento de las aguas. Pero Vargas explica que donde se prevé más alteraciones, que podrían interrumpir incluso el sistema circulatorio de aguas, es en el Atlántico Norte. Esto es debido a que en la Antártida parece que no hay un calentamiento tan intenso. Sin embargo, es un tema controvertido, porque diversos estudios han llegado a conclusiones distintas. 

Uno de los escenarios que plantea el nuevo estudio es que el sistema colapse, pero sólo de forma parcial. Esto significaría que en realidad no llegaría a interrumpirse del todo, sino que se debilitaría. Lo que significaría que el agua fría, en lugar de hundirse hasta el fondo del mar, sólo podría hacerlo hasta una profundidad máxima, y en menos cantidad.

De confimarse este fenómeno, lo que si parece seguro es que Europa revertiría bruscamente su tendencia actual de subida de temperaturas. ¿Podría ser eso algo bueno? Vargas considera que no: "Este tipo de cosas nunca son positivas. Todo está conectado, y unos cambios desencadenan otros. Es jugar a ser Dios decir que sería bueno modificar esto para cambiar esto otro. Por ejemplo, las aguas del fondo del mar son muy pobres en oxígeno, y la AMOC ayuda a oxigenarlas. Y aún así, la vida está muy limitada en los ecosistemas profundos. Pero si alteramos algo es imprevisible las consecuencias que puede tener". 

Por lo que parece, la AMOC ya ha colapsado anteriormente. La evidencia de los registros geológicos, explica Vargas, nos indica que en el último periodo glaciar se produjo un fenómeno similar (conocido como el evento Dansgaard–Oeschger). Mientras subían las temperaturas, se registró un retroceso brusco de miles de años que interrumpió la circulación de las aguas. 

Sin embargo, las causas en este caso fueron naturales, y no debidas al calentamiento global producido por la acción humana. Pero desde entonces la circulación global oceánica ha operado en su modo actual.

Pero no todos los científicos dan validez al nuevo estudio. "No estoy de acuerdo con los resultados. Aunque la afirmación cualitativa de que la AMOC ha ido perdiendo estabilidad en el transcurso del último siglo es cierta y está respaldada por los datos, las incertidumbres son demasiado elevadas para estimar con fiabilidad el momento de la inflexión", afirmó Niklas Boers, catedrático de Modelización del Sistema Terrestre en la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), en declaraciones para SMC.

La ola de calor debajo del mar en el sur de Estados Unidos y sur de Europa que preocupa a los científicos


LONDRES.- Los habitantes del sur de Estados Unidos y el sur de Europa han tenido que soportar temperaturas sofocantes, numerosas advertencias por el calor, incendios forestales y un gran deterioro en la calidad del aire. Sin embargo, los récords no solo se han superado en tierra sino también en el agua.

Las temperaturas globales de la superficie del océano fueron más elevadas que cualquier otro junio en los registros, según un informe del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, con lecturas satelitales del Atlántico Norte particularmente altas. 

El mes pasado también se batió un record en la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), por la mayor diferencia entre las temperaturas esperadas y las reales.  

La temperatura de las aguas alrededor de Florida, en particular, han sido especialmente cálidas.

Investigadores también han estado monitoreando un gran ola de calor marina en curso en la costa oeste de EE.UU. y Canadá que se formó en mayo.

Mientras que la ola de calor ha disminuido desde entonces en el noreste del Atlántico, según la ONG científica Mercator Ocean International, otra en el Mediterráneo Occidental parece estar intensificándose, sobre todo alrededor del Estrecho de Gibraltar. 

Temperaturas marinas extremas también se han observado alrededor de Irlanda, Reino Unido y el Mar Báltico, así como en áreas cercanas a Nueva Zelanda y Australia. Más recientemente, científicos sospechan de una posible ola de calor al sur de Groenlandia, en el Mar de Labrador.

“Estamos teniendo estas enormes olas de calor marinas en diferentes partes del océano que evolucionan inesperadamente muy temprano en el año, muy fuertes y sobre grandes áreas”, señala Karina von Schuckmann, oceanógrafa de Mercator Ocean

Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Union Europea, dice que los científicos esperan grandes variaciones de temperatura en el Océano Pacífico, asociados con el patrón climático de El Niño, una fase del calentamiento del planeta que apenas comienza, aunque la NOAA está monitoreando una gran ola de calor en el Golfo de Alaska, que está en altamar desde 2022.

Pero lo que estamos viendo actualmente en el Atlántico Norte, verdaderamente “no tiene precedentes”, dice Buontempo.

Los científicos están aún tratando de desentrañar todas las causas.

Los cambios a corto plazo en los patrones de circulación océanica y atmosférica regionales pueden proporcionar las condiciones para períodos de calor intenso en el mar por semanas, meses e incluso años.

Pero el aumento a largo plazo en las temperaturas oceánicas impulsados por un aumento en la emisón de gases con efecto invernadero es un factor clave en las recientes olas de calor. 

Cerca del 90% del exceso de calor generado por el cambio climático antropogénico se ha almacenado en el océano, y en las últimas dos décadas se ha duplicado la tasa de acumulación de calor en el sistema climático de la Tierra.

Un reporte de 2021 del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) encontró que las olas de calor marinas se habían duplicado en frecuencia entre 1982 y 2016, y tornado más intensas y más largas desde la década de1980.

Otro factor que posiblemente contribuye es el volumen de aerosoles en la atmósfera, que tienen un leve efecto de enfriamiento. Pero este parece haber disminuido como resultado de los intentos por hacer más limpia la industria naviera.

Más recientemente, ha habido una inusual falta de polvo del Sahara, que normalmente produce enfriamiento. 

Las olas de calor marinas actuales pueden incluso empeorar. Mientras que expertos no creen que El Niño en sí mismo sea el factor que impulsa el evento en el Atlántico Norte, la OMM espera que contribuya al calentamiento de los océanos en general.

Los expertos están preocupados porque las olas de calor marinas pueden afectar la vida en los océanos, la pesca y los patrones climáticos. 

Récords de altas temperaturas en la costa occidental de Australia durante el verano de 2010/2011 resultaron en una mortalidad de peces “devastadora” y destruyeron bosques de algas marinas, y cambiaron fundamentalmente el ecosistema de la costa.

Varios años después, una ola de calor marina sin precedentes causada por el cambio climático y amplificada por un fuerte El Niño provocaron el peor blanqueamiento de corales que se haya visto en la Gran Barrera de Coral en 2016.

Las olas de calor marinas pueden desencadenar eventos de blanqueamiento de corales y ya han aumentado el estrés bajo que el que están los ecosistemas de arrecifes en todo el mundo.

Las altas temperaturas pueden hacer que los pólipos de coral expulsen a las zooxantelas que viven dentro de sus tejidos haciendo que se vuelvan blancas y más vulnerables a las enfermedades y otras amenazas.

En el mar Mediterráneo, temperaturas excepcionales entre 2015 y 2019 provocaron repetidos eventos de muerte masiva de especies claves como corales y algas. Un estudio reciente describió las olas de calor marinas de este tipo como “factores de estrés generalizado para los ecosistemas marinos globales”. 

Las olas de calor marinas también facilitan la proliferación de especies invasoras.

Las algas marinas japonesas, por ejemplo, proliferaron en Nueva Zelanda cuando una ola de calor marina en 2017-2018 en el Mar de Tasmania acabó con las algas marinas nativas de la zona. 

Dan Smale, ecólogo marino de la Asociación de Biología Marina de Reino Unido, y miembro del Grupo de Trabajo Internacional sobre Olas de Calor Marinas, dice que los “golpes cortos y rápidos” no le dan tiempo a las especies para redistribuirse, y aquellas que se encuentran al límite de lo que su cuerpo puede soportar están particularmente en riesgo.

Pero incluso alrededor de la costa británica, que no se considera un ambiente extremo y donde los científicos esperan que los ecosistemas cambien de forma gradual, una ola de calor marina podría acabar siendo letal si continúa todo el verano.

No obstante, todavía hay mucho que aprender sobre el impacto de las olas de calor marinas en comparación con las que ocurren en tierra, porque monitorearlas es más difícil y faltan récords de larga data, dice Smale.

“La información que nos dan los satélites desde comienzos de la década de 1980 es fantástica... el problema es cuando tratamos de ir más alla”, dice. 

Una caída significativa de la cantidad de fitoplancton ya se ha visto en el Atlántico Norte, algo que Mercator Ocean atribuye a las recientes olas de calor.  

La floración en la primavera es crucial porque brinda la mayor parte de la energía que se necesita para sostener la cadena alimenticia marina en la zona y es una contribución sustancial a la absorción global de CO2 de los océanos.

La economía de las pesquerías regionales también podría verse afectada.

Una ola de calor en noroeste del Atlántico en 2012 hizo que las especies que prefieren las aguas cálidas se moviesen hacia el norte y migraran antes de tiempo, cambiando cuándo y cuánta pesca pudo obtenerse.

El Atlántico Norte es también un impulsor clave del clima extremo.

Temperaturas elevadas en la superficie del océano pueden dar lugar a huracanes, aunque resta ver si el fenómeno de El Niño exacerbará o aplacará este efecto el próximo año.

Por otra parte, la calidez de las aguas del Atlántico Norte es el factor más importante detrás del ciclo alternante entre sequías y lluvias copiosas en África central.

En líneas generales, los expertos dicen que la persistencia de las recientes olas de calor marinas es una señal preocupante de cómo se está desarrollando el cambio climático junto con las olas de calor en tierra, el inusual derretimiento de la capa de nieve en el Himalaya y la pérdida de hielo marino.

Von Schuckmann dice que, incluso si los humanos dejaran de bombear CO2 en el aire mañana mismo, los océanos continuarían calentándose aún por varios años.

“Me preocupa como científica del clima que estemos más lejos de lo que pensábamos”.

viernes, 16 de junio de 2023

La redistribución humana del agua está haciendo que la Tierra se incline más de lo que debería


LONDRES.- A base de extraer agua del subsuelo para almacenarla en presas o canalizarla hacia otros lugares, los humanos hemos desplazado una masa tan grande de agua que la Tierra, sólo entre 1993 y 2010, se inclinó casi 80 cm hacia el este. Esa es la extraordinaria conclusión de un estudio llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores y recién publicado en 'Geophysical Research Letters'.

Los científicos basaron sus cálculos en estudios anteriores, como el publicado en la misma revista en 2010, en el que se estimaba que los humanos habían bombeado desde 1993 y hasta ese momento, unas 2.150 gigatoneladas de agua subterránea, el equivalente a un aumento global del nivel del mar de algo más de 6 mm.

Para comprobar los efectos del desplazamiento de esa enorme masa de agua, los investigadores decidieron estudiar los movimientos del polo de rotación de la Tierra, esto es, el punto alrededor del cual gira todo el planeta y a no confundir con el polo magnético, que también se mueve, pero a causa de otros motivos. Las variaciones en la posición del polo de rotación en relación con la corteza se conocen, en conjunto, como movimiento polar.

La cuestión es que la distribución del agua en el planeta afecta a cómo se distribuye la masa, y del mismo modo que una peonza girará de forma diferente si le agregamos algo de peso en un lado, la Tierra hará lo mismo a medida que el agua se mueve de un lugar a otro. 

«El polo de rotación de la Tierra -afirma Ki-Weon Seo, geofísico de la Universidad Nacional de Seúl y director de la investigación- en realidad cambia mucho. Nuestro estudio muestra que, entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas tiene, en realidad, el mayor impacto en la deriva del polo de rotación« .

La capacidad del agua para alterar la rotación de la Tierra se descubrió en 2016, pero hasta ahora no se había explorado la contribución específica del agua subterránea a estos cambios rotacionales. 

En el nuevo estudio, Seo y sus colegas modelaron los cambios observados en la deriva del polo de rotación de la Tierra y los movimientos del agua, considerando primero solo las capas de hielo y los glaciares, y agregando después al modelo diferentes escenarios de redistribución del agua subterránea.

Los datos dejan poco lugar a dudas. El modelo, en efecto, sólo coincidió con la deriva polar observada una vez que los investigadores incluyeron las 2.150 gigatoneladas de redistribución humana de agua subterránea. Sin ese dato, el modelo mostraba una desviación de 78,5 centímetros para el periodo considerado, es decir 4,3 centímetros de desviación por año entre 1993 y 2010.

«Estoy muy orgulloso de haber encontrado la causa hasta ahora inexplicable de la deriva del polo de rotación -afirma Seo. Por otro lado, como residente de la Tierra y padre, estoy preocupado y sorprendido de ver que el bombeo de agua subterránea es otra fuente de aumento del nivel del mar».

Impacto en la redistribución del agua

La ubicación del agua subterránea, por lo tanto, es importante porque es capaz de cambiar la deriva polar. El estudio muestra, por ejemplo, que redistribuir el agua desde las latitudes medias tiene un mayor impacto en el polo de rotación. 

Durante el período considerado (1993-2010), la mayor parte del agua fue redistribuida en el oeste de América del Norte y el noroeste de la India, ambos en latitudes medias.

Según Seo, los intentos de los países para reducir las tasas de agotamiento de las aguas subterráneas, especialmente en esas regiones sensibles, tienen la capacidad potencial de alterar el cambio en la deriva polar, especialmente si tales intentos de conservación se mantienen durante décadas.

De forma tranquilizadora, sin embargo, los investigadores indican que el polo de rotación se desplaza de forma natural hasta varios metros al año, por lo que los cambios debidos a la redistribución del agua no suponen un riesgo de que las estaciones cambien. Pero en escalas de tiempo geológico, esa aportación humana puede marcar la diferencia y acabar teniendo un impacto importante sobre el clima.

El siguiente paso, por lo tanto, es tratar de entender cómo evolucionó esta relación entre redistribución del agua y movimiento del polo de rotación en períodos anteriores a 2010. «La observación de los cambios en el polo de rotación de la Tierra -explica Seo- resulta muy útil para comprender las variaciones de almacenamiento de agua a escala continental. Los datos del movimiento polar están disponibles desde finales del siglo XIX. 

Entonces, potencialmente podemos usar esos datos para comprender las variaciones de almacenamiento de agua continental durante los últimos 100 años. ¿Hubo algún cambio en el régimen hidrológico como resultado del calentamiento del clima? El movimiento polar podría contener la respuesta«.

La plataforma de hielo de la Antártida creció 5.305 kilómetros cuadrados entre 2009 y 2019


 LONDRES.- Los estudios satelitales y científicos llevan mucho tiempo apuntando que las grandes masas de hielo se están reduciendo como consecuencia del cambio climático. El derretimiento de los polos es uno de los grandes temores de la humanidad, ya que podría hacer que se elevase el nivel del mar y generar, con ello, consecuencias devastadoras.

No obstante, un estudio publicado por la Unión Europea de Geociencias (EGU, por sus siglas en inglés) y firmado por tres investigadoras de las universidades de Leeds (Reino Unido) y Minnesota (EE.UU.) afirma que la plataforma de hielo antártica ha crecido en 5.304 kilómetros cuadrados en el período entre 2009 y 2019.

Sus autoras denuncian que en los últimos 50 años las observaciones satelitales han mostrado que las plataformas de hielo colapsan, adelgazan y retroceden; sin embargo, «hay pocas mediciones del cambio en toda la Antártida en el área de la plataforma de hielo».

Por ello, han decidido utilizar datos satelitales MODIS (espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada) para medir el cambio de la plataforma de hielo y el área en 34 plataformas de hielo en la Antártida de 2009 a 2019. Y el resultado es sorprendente y contrario a otros muchos informes que se han publicado hasta ahora.

Durante la última década, la reducción en el área de la península antártica (6.693 kilómetros cuadrados) y la Antártida occidental (5.563 km²) ha sido compensado por el crecimiento del área en la Antártida oriental (3.532 kilómetros cuadrados) y las grandes plataformas de hielo de Ross y Ronne-Filchner (14.028 km²).

El retroceso más grande se observó en la plataforma de hielo Larsen C, donde se perdieron 5.917 km² de hielo durante un evento de desprendimiento individual en 2017, y el aumento de área más grande se observó en la plataforma de hielo Ronne en la Antártida oriental, donde un avance gradual con respecto a la pasada década condujo a una ganancia de área de 5.889 km² de 2009 a 2019.
 
En general, el área de la plataforma de hielo antártica ha crecido en 5.305 km² desde 2009, con 18 plataformas de hielo retirándose y 16 plataformas más grandes creciendo en área.
 
Las investigadoras aseguran que estos datos demuestran «la importancia de utilizar observaciones de flujo de parto variable en el tiempo para medir el cambio», ya que su trabajo muestra que las plataformas de hielo antárticas ganaron 661 gigatoneladas de masa de hielo durante la última década, mientras que el enfoque de estado estacionario estimaría una pérdida sustancial de hielo durante el mismo período.

lunes, 19 de abril de 2021

Los humanos influyen en los patrones de clima del Atlántico Norte


JEDDAH.- Los humanos están influyendo en los patrones de viento y clima en el este de los Estados Unidos y Europa occidental al liberar CO2 y otros contaminantes en la atmósfera terrestre.

   En un nuevo estudio, publicado en la revista npj Climate and Atmospheric Science, el equipo de investigación dirigido por científicos de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami (UM) descubrió que los cambios en los últimos 50 años en un fenómeno meteorológico importante, conocido como Oscilación del Atlántico Norte, pueden ser rastreados hasta las actividades humanas que impactan el sistema climático.

   "Los científicos han entendido desde hace mucho tiempo que las acciones humanas están calentando el planeta", dijo el autor principal del estudio, Jeremy Klavans, alumno de Rosenstiel. "Sin embargo, esta señal inducida por humanos sobre los patrones climáticos es mucho más difícil de identificar".

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   "En este estudio, mostramos que los seres humanos están influyendo en los patrones meteorológicos y climáticos sobre el Atlántico y que podemos utilizar esta información para predecir cambios en el tiempo y el clima hasta una década antes", dijo Klavans.

   La Oscilación del Atlántico Norte, resultado de las fluctuaciones en la presión del aire a través del Atlántico, afecta el clima al influir en la intensidad y ubicación de la corriente en chorro.

   Esta oscilación tiene un fuerte efecto sobre el clima invernal en Europa, Groenlandia, el noreste de los Estados Unidos y el norte de África y la calidad de los rendimientos de los cultivos y la productividad de las pesquerías en el Atlántico norte.

   Los investigadores utilizaron múltiples conjuntos de modelos climáticos de gran tamaño, compilados por investigadores del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, para predecir la Oscilación del Atlántico Norte. El análisis consistió en 269 ejecuciones de modelos, lo que equivale a más de 14.000 años de modelos simulados.

martes, 13 de abril de 2021

El deshielo marino ártico propicia más nieve en el sur de Europa


HELSINKI.- Una reducción del 50% en la capa de hielo marino del Ártico ha aumentado la evaporación en aguas abiertas y en invierno para alimentar nevadas más extremas más al sur de Europa.

   Un nuevo estudio, dirigido por la doctora Hanna Bailey de la Universidad de Oulu, Finlandia, encontró más específicamente que el declive a largo plazo del hielo marino del Ártico desde finales de la década de 1970 tuvo una conexión directa con un evento meteorológico específico: la "Bestia del Este": la nevada de febrero de 2018 que detuvo gran parte del continente europeo, causando pérdidas por mil millones de libras esterlinas al día.

   Los investigadores descubrieron que el vapor atmosférico que viajaba hacia el sur desde el Ártico llevaba una huella geoquímica única, que revelaba que su origen era la superficie cálida y abierta del mar de Barents, parte del océano Ártico entre Noruega, Rusia y Svalbard. Descubrieron que durante la "Bestia del Este", las condiciones de aguas abiertas en el mar de Barents suministraron hasta el 88% de la nieve fresca correspondiente que cayó sobre Europa. Publican resultados en Nature Geoscience.

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   "Lo que estamos encontrando es que el hielo marino es efectivamente una tapa en el océano. Y con su reducción a largo plazo en el Ártico, estamos viendo cantidades crecientes de humedad que ingresan a la atmósfera durante el invierno, lo que impacta directamente en nuestro clima más al sur, provocando fuertes nevadas extremas. Puede parecer contrario a la intuición, pero la naturaleza es compleja y lo que sucede en el Ártico no se queda en el Ártico". dice Bailey en un comunicado.

   Al analizar las tendencias a largo plazo a partir de 1979, los investigadores descubrieron que por cada metro cuadrado de hielo marino invernal perdido en el mar de Barents, había un aumento correspondiente de 70 kilos en la evaporación, la humedad y la nieve que caían sobre Europa.

   Sus hallazgos indican que en los próximos 60 años, un mar de Barents sin hielo previsto probablemente se convertirá en una fuente importante de aumento de las precipitaciones invernales, ya sea lluvia o nieve, para Europa.

   "Este estudio ilustra que los cambios abruptos que se están presenciando en el Ártico ahora realmente están afectando a todo el planeta", dice el profesor Hubbard.

jueves, 8 de abril de 2021

EEUU podría enfrentar un sexto año seguido de tormentas atlánticas


HOUSTON.- Estados Unidos debería prepararse para un sexto año con un número de huracanes en el Atlántico superior al promedio, dijeron el jueves meteorólogos de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) en la primera perspectiva oficial para 2021.

Las perspectivas, muy seguidas, apuntan a un año activo, pero por debajo de la temporada récord de 2020. El año pasado hubo 30 tormentas que agotaron los 21 nombres iniciales elegidos y que requirieron sumar nueve letras griegas para identificarlas.

Los meteorólogos de Colorado estimaron el jueves que este año se formarán 17 tormentas con nombre y ocho huracanes, más que la media histórica de 12 tormentas y seis huracanes. Las tormentas producirán cuatro huracanes mayores con vientos de al menos 178,6 kilómetros por hora, según el pronóstico de la CSU.

"Estamos pronosticando una temporada de huracanes muy por encima del promedio", dijo el científico investigador de CSU, Philip Klotzbach.

La temporada comienza el 1 de junio y termina el 30 de noviembre.

Si el pronóstico de la CSU resulta correcto, continuaría una racha por encima de la media de tormentas y huracanes dañinos que ha durado desde 2016. Los científicos han sostenido que el calentamiento de las temperaturas del océano provoca eventos más grandes y más dañinos.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos publicará su perspectiva de huracanes en la segunda quincena de mayo, según el portavoz Dennis Feltgen. La NOAA comenzará a publicar dos veces al día las perspectivas de clima tropical el 15 de mayo, dos semanas antes que en el pasado.

lunes, 5 de abril de 2021

Evidencia confirmada del umbral crítico de un glaciar antártico


BRUSELAS.- Por primera vez se ha confirmado que el glaciar gigante Pine Island en la Antártida occidental podría cruzar puntos de inflexión y retroceder de forma rápida e irreversible elevando el nivel del mar.

   El glaciar Pine Island es una región de hielo de flujo rápido que drena un área de la Antártida occidental de aproximadamente dos tercios del tamaño del Reino Unido. El glaciar es un motivo de especial preocupación, ya que está perdiendo más hielo que cualquier otro glaciar de la Antártida.

   Actualmente, el glaciar Pine Island junto con su vecino glaciar Thwaites son responsables de aproximadamente el 10% del aumento continuo del nivel del mar global.

   Los científicos han argumentado durante algún tiempo que esta región de la Antártida podría llegar a un punto de inflexión y sufrir un retroceso irreversible de la que no podría recuperarse. Un retroceso de este tipo, una vez iniciada, podría provocar el colapso de toda la capa de hielo de la Antártida occidental, que contiene suficiente hielo para elevar el nivel global del mar en más de tres metros.

   Si bien la posibilidad general de tal punto de inflexión dentro de las capas de hielo se ha planteado anteriormente, mostrar que el glaciar Pine Island tiene el potencial de entrar en un retroceso inestable es una cuestión muy diferente.

   Ahora, investigadores de la Universidad de Northumbria han demostrado, por primera vez, que este es efectivamente el caso. Sus hallazgos se publican en la revista The Cryosphere.

   Utilizando un modelo de flujo de hielo de última generación desarrollado por el grupo de investigación en glaciología de Northumbria, el equipo ha desarrollado métodos que permiten identificar los puntos de inflexión dentro de las capas de hielo.

   Para Pine Island, su estudio muestra que el glaciar tiene al menos tres puntos de inflexión distintos. El tercer y último evento, provocado por el aumento de la temperatura del océano en 1,2 ° C, conduce a un retroceso irreversible de todo el glaciar.

   Los investigadores dicen que el calentamiento a largo plazo y las tendencias de los bajíos en las aguas profundas Circumpolar, en combinación con los patrones cambiantes del viento en el mar de Amundsen, podrían exponer la plataforma de hielo del glaciar Pine Island a aguas más cálidas durante períodos de tiempo más largos, haciendo que los cambios de temperatura de esta magnitud sean cada vez más probables.

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   El autor principal del estudio, el doctor Sebastian Rosier, es investigador asociado del vicerrector en el Departamento de Geografía y Ciencias Ambientales de Northumbria. Se especializa en los procesos de modelado que controlan el flujo de hielo en la Antártida con el objetivo de comprender cómo contribuirá el continente al aumento futuro del nivel del mar.

   Rosier es miembro del grupo de investigación de glaciología de la Universidad, dirigido por el profesor Hilmar Gudmundsson, que actualmente está trabajando en un importante estudio de 4 millones de libras esterlinas para investigar si el cambio climático llevará a la capa de hielo de la Antártida hacia un punto de inflexión.

   En un comunicado, explicó: "El potencial de esta región para cruzar un punto de inflexión se ha planteado en el pasado, pero nuestro estudio es el primero en confirmar que el glaciar Pine Island efectivamente cruza estos umbrales críticos.

   "Muchas simulaciones por computadora diferentes en todo el mundo están intentando cuantificar cómo un clima cambiante podría afectar la capa de hielo de la Antártida occidental, pero identificar si un período de retroceso en estos modelos es un punto de inflexión es un desafío.

   "Sin embargo, es una pregunta crucial y la metodología que usamos en este nuevo estudio hace que sea mucho más fácil identificar los posibles puntos de inflexión futuros".

   Hilmar Gudmundsson, profesor de glaciología y entornos extremos, trabajó con Rosier en el estudio. Añadió: "La posibilidad de que el glaciar Pine Island entre en un retroceso inestable se ha planteado antes, pero esta es la primera vez que esta posibilidad se establece y cuantifica rigurosamente.

   "Este es un gran paso adelante en nuestra comprensión de la dinámica de esta área y estoy encantado de que ahora hayamos podido finalmente brindar respuestas firmes a esta importante pregunta.

   "Pero los hallazgos de este estudio también me preocupan. Si el glaciar entrara en un retroceso inestable e irreversible, el impacto sobre el nivel del mar podría medirse en metros y, como muestra este estudio, una vez que comience el retroceso podría ser imposible detenerlo".

viernes, 26 de febrero de 2021

Un informe de la ONU muestra la grave falta de avances contra el cambio climático


BERLÍN.- Un informe publicado este viernes por la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático (UNFCCC) expone la grave falta de avances de la comunidad internacional en la lucha contra el cambio climático.

Según el documento, sólo el 40 % de los firmantes del Acuerdo de París ha presentado sus planes (llamados Contribuciones Nacionalmente Determinadas, NDC), pese a que todos se comprometieron a enviarlo antes de finales del año pasado.

Este informe valora la información de 48 NDC que representan los planes de 75 países (el de la UE contiene los de sus 27 miembros).

Entre los países que no han cumplido con su obligación se encuentran los mayores contaminantes, como China, India y Estados Unidos (con el eximente este último de que acaba de reincorporarse al Acuerdo de París).

Con estas grandes ausencias, los NDC que recoge el informe sólo suponen el 30 por ciento del total de las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero (según valores de 2017).

Los datos de los planes presentados suponen una reducción de emisiones para 2030 de apenas el 1 % (frente a las del año 2010), cuando el Grupo Internacional de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) recomendaba para ese año un recorte del 45 %.

Este objetivo busca mantener aún las opciones de alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo y no rebasar un incremento de las temperaturas de 1,5 grados centígrados (2 en el peor de los casos), límite a partir del cual los científicos prevén daños catastróficos.

"Los actuales niveles de ambición están muy lejos de ponernos en camino para lograr los objetivos del Acuerdo de París" de limitar la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados sobre las preindustriales, aseguró la secretaria ejecutiva de UNFCCC, Patricia Espinosa, en un encuentro virtual con periodistas.

Reconoció que el informe no aporta una "imagen completa" de los esfuerzos y agregó que se presentará una actualización antes de la Cumbre del Clima de este año (COP26), "esperamos que incluyendo a los mayores contaminantes".

Para Espinosa es crucial que los países se comprometan "ahora" a reducir sus emisiones de forma sustantiva. "Se nos acabó el tiempo", advirtió y consideró que "estamos muy retrasados": "Necesitamos algo mucho más radical encima de la mesa".

"No tenemos alternativa. La humanidad está poniendo en peligro su propia permanencia en este mundo. Nos acercamos colectivamente a un campo de minas con los ojos tapados. Y el próximo paso puede ser un desastre", advirtió.

Este informe puede ser un "toque de atención", dijo Espinosa. "Llamo a todas las partes, incluso a los que han presentado NDC, a estudiar si pueden incrementar sus niveles de ambición y sus objetivos", aseguró.

Falta ambición y tiempo en la lucha contra el cambio climático, lamenta la ONU


BERLÍN.- A la comunidad internacional le falta ambición para atajar el calentamiento global y se está quedando sin tiempo para reducir emisiones de forma significativa y evitar los efectos más catastróficos del cambio climático, según Naciones Unidas.

Esta es la principal conclusión del informe publicado este viernes por la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático (UNFCCC), en el que se analiza el impacto de los planes de reducción de emisiones -las llamadas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC)- que ha recibido.

"Los actuales niveles de ambición están muy lejos de ponernos en camino para lograr los objetivos del Acuerdo de París" de limitar la subida de las temperaturas a 1,5 grados centígrados sobre las preindustriales, aseguró la secretaria ejecutiva de UNFCCC, Patricia Espinosa, en un encuentro virtual con periodistas.

Para el secretario general de la ONU, António Guterres, este informe es una "alerta roja" que muestra que los gobiernos "no están en absoluto cerca" de poder cumplir con sus compromisos, por lo que llamó a la acción inmediata.

En primer lugar, sólo el 40 % de los firmantes ha presentado su NDC, pese a que todos se comprometieron a enviarlos antes de finales del año pasado. Este informe valora la información de 48 NDC que representan los planes de 75 países (el de la UE contiene los de sus 27 miembros).

En segundo, entre los países que no han cumplido con su obligación se encuentran los mayores contaminantes, como China, India y Estados Unidos (con el eximente este último de que acaba de reincorporarse al Acuerdo de París).

A este respecto, Espinosa afirmó que la UNFCCC está "en contacto" con la nueva administración en Washington y que le ha pedido un NDC "muy ambicioso". Estados Unidos trabaja intensamente en su informe, agregó.

Con estas grandes ausencias, los NDC que recoge el informe sólo suponen el 30 por ciento del total de las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero (según valores de 2017).

Por último, los planes presentados suponen una reducción de emisiones para 2030 de apenas el 1 % (frente a 2010), cuando el Grupo Internacional de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) recomienda para ese año un recorte del 45 %.

Este objetivo busca mantener aún las opciones de alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo y no rebasar un incremento de las temperaturas de 1,5 grados centígrados (2 en el peor de los casos), límite a partir del cual los científicos prevén daños catastróficos.

Espinosa reconoció que el informe no aporta una "imagen completa" de los esfuerzos y agregó que la UNFCCC presentará una actualización antes de la Cumbre del Clima de este año (COP26), "esperamos que incluyendo a los mayores contaminantes".

No obstante, los esfuerzos se quedan a su juicio cortos, opinión que comparte con Guterres y varias de las principales ONG medioambientalistas, que criticaron la falta de ambición de los gobiernos.

Para Espinosa es crucial que los países se comprometan "ahora" a reducir sus emisiones de forma sustantiva. "Se nos acabó el tiempo", advirtió y consideró que "estamos muy retrasados": "Necesitamos algo mucho más radical encima de la mesa".

"No tenemos alternativa. La humanidad está poniendo en peligro su propia permanencia en este mundo. Nos acercamos colectivamente a un campo de minas con los ojos tapados. Y el próximo paso puede ser un desastre", advirtió.

Señaló que es difícil tomar decisiones transformadoras y que la cuestión es "muy política". Además, reconoció que muchos países atraviesan graves dificultades a causa de la pandemia, aunque esta crisis puede ser también ser un catalizador para el cambio.

"2021 ofrece una oportunidad sin precedentes. La reconstrucción por la crisis del coronavirus supone un momento inédito que no se puede desaprovechar", afirmó y pidió que los planes de recuperación "sean verdes y reflejen los NDC".

En su opinión, si los 12 billones de dólares (9,9 billones de euros) que van a movilizar "los países ricos" para la recuperación de esta crisis "se invierten de la forma correcta", entonces la comunidad internacional tiene la "opción de cambiar la trayectoria" y encaminarse hacia los objetivos de París.

De hecho, consideró que uno de los resultados de la COP26 debe ser "alinear la recuperación de la crisis del coronavirus con el Acuerdo de París".

Este informe puede ser un "toque de atención", dijo Espinosa. "Llamo a todas las partes, incluso a los que han presentado NDC, a estudiar si pueden incrementar sus niveles de ambición y sus objetivos", aseguró.

"Lo que necesito es tu máxima ambición", aseguró Espinosa que está repitiendo a todos los firmantes del Acuerdo de París.

jueves, 25 de febrero de 2021

Zona cero para un desborde masivo de agua dulce ártica en el Atlántico


WASHINGTON.- La enorme cantidad de agua dulce que se está acumulando en el Océano Ártico por el calentamiento global puede fluir en masa al mar de Labrador alterando las corrientes océanicas locales y globales.

   El mar de Beaufort, que es el depósito de agua dulce más grande del océano Ártico, ha aumentado su contenido de agua dulce en un 40% durante las últimas dos décadas. Cómo y dónde fluirá esta agua hacia el Océano Atlántico es importante para las condiciones oceánicas locales y globales.

   Un estudio de la Universidad de Washington, el Laboratorio Nacional de Los Alamos y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) muestra que esta agua dulce viaja a través del archipiélago canadiense para llegar al Mar de Labrador, en la costa este canadiense, en lugar de a través de los pasadizos marinos más amplios que conectan con los mares en el norte de Europa. El estudio se publica en Nature Communications.

   "El archipiélago canadiense es un conducto importante entre el Ártico y el Atlántico norte", dijo en un comunicado el autor principal Jiaxu Zhang, investigador postdoctoral de la Universidad de Washington en el Instituto Cooperativo de Estudios del Clima, los Océanos y los Ecosistemas. "En el futuro, si los vientos se debilitan y el agua dulce se libera, existe la posibilidad de que esta gran cantidad de agua tenga una gran influencia en la región del Mar de Labrador".

   El hallazgo tiene implicaciones para el entorno marino del Mar de Labrador, ya que el agua del Ártico tiende a ser más fresca pero también rica en nutrientes. Esta vía también afecta a las corrientes oceánicas más grandes, a saber, una circulación de cinta transportadora en el Océano Atlántico en la que el agua más fría y pesada se hunde en el Atlántico Norte y regresa a la superficie como la Corriente del Golfo. El agua más dulce y liviana que ingresa al mar de Labrador podría ralentizar esa circulación volcada.

   "Sabemos que el Océano Ártico tiene una de las mayores señales de cambio climático", dijo el coautor Wei Cheng del Instituto Cooperativo de Estudios del Clima, el Océano y la Atmósfera de la Universidad de Washington. "En este momento, esta agua dulce todavía está atrapada en el Ártico. Pero una vez que sale, puede tener un impacto muy grande".

   El agua más dulce llega al Océano Ártico a través de la lluvia, la nieve, los ríos, las entradas del Océano Pacífico relativamente más dulce, así como el reciente derretimiento del hielo marino del Océano Ártico. El agua más dulce y liviana flota en la parte superior, y los vientos en el sentido de las agujas del reloj en el mar de Beaufort empujan esa agua más liviana para crear una cúpula.

   Cuando esos vientos se relajen, la cúpula se aplanará y el agua dulce se liberará en el Atlántico norte.

   "La gente ya ha pasado mucho tiempo estudiando por qué el agua dulce del mar de Beaufort se ha elevado tanto en las últimas décadas", dijo Zhang, quien comenzó el trabajo en el Laboratorio Nacional de Los Alamos. "Pero rara vez les importa a dónde va el agua dulce y creemos que es un problema mucho más importante".

   Usando una técnica desarrollada por Zhang para rastrear la salinidad del océano, los investigadores simularon la circulación del océano y siguieron la propagación del agua dulce del mar de Beaufort en un evento pasado que ocurrió entre 1983 y 1995.

   Su experimento mostró que la mayor parte del agua dulce llegaba al mar de Labrador a través del archipiélago canadiense, un complejo conjunto de estrechos pasajes entre Canadá y Groenlandia. Esta región está poco estudiada y se pensó que era menos importante para el flujo de agua dulce que el estrecho de Fram, mucho más ancho, que conecta con los mares del norte de Europa.

   En el modelo, la descarga de agua dulce de 1983-1995 viajó principalmente a lo largo de la ruta de América del Norte y redujo significativamente las salinidades en el Mar de Labrador, un refresco de 0,2 partes por mil en su borde occidental menos profundo, frente a la costa de Terranova y Labrador, y de 0,4 partes por mil dentro de la corriente de Labrador.

   El volumen de agua dulce ahora en el mar de Beaufort es aproximadamente el doble del tamaño del caso estudiado, con más de 23.300 kilómetros cúbicos, o más de 5.500 millas cúbicas. Este volumen de agua dulce vertido en el Atlántico norte podría tener efectos importantes. Se desconoce el impacto exacto. El estudio se centró en eventos pasados y la investigación actual analiza dónde podría terminar la acumulación de agua dulce actual y qué cambios podría desencadenar.

   "Una liberación de agua dulce de este tamaño en el Atlántico norte subpolar podría afectar un patrón de circulación crítico, llamado Circulación de Reversión Meridional del Atlántico, que tiene una influencia significativa en el clima del Hemisferio Norte", dijo el coautor Wilbert Weijer del Laboratorio Nacional de Los Alamos.

martes, 23 de febrero de 2021

Más de 150 países acuerdan combatir la "triple crisis" ambiental de la Tierra


NAIROBI.- Más de 150 países han acordado apoyar una estrategia global para combatir en los próximos años la "triple crisis" ambiental que sufre la Tierra, informó hoy la presidencia de la V Asamblea de la ONU para el Medioambiente (UNEA-5).

Se trata de la estrategia a medio plazo del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), que busca atajar de aquí a 2025 la llamada "triple c": la crisis climática, la crisis de la polución y la crisis de la pérdida de biodiversidad.

Más de 150 Estados participantes respaldaron ese plan en la quinta sesión de la UNEA, principal organismo de toma de decisiones ambientales del mundo, que tiene por lema "Fortalecer la acción por la naturaleza para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible".

La cumbre, que empezó este lunes y se clausuró este martes, se celebró por vía telemática debido a la pandemia de la covid-19, si bien en 2022 tendrá lugar una segunda parte presencial en Nairobi, sede del PNUMA, para abordar, cara a cara, temas en profundidad.

"Adoptamos la estrategia a medio plazo del PNUMA (...) para responder a las crisis medioambientales que afrontamos", afirmó el ministro noruego de Clima y Medioambiente, Sveinung Rotevatn, presidente de UNEA-5, en una rueda de prensa virtual.

"Trabajaremos juntos para identificar acciones que nos ayuden a atajar el cambio climático, proteger la biodiversidad y reducir la contaminación. El amplio mandato del PNUMA nos permite de manera única buscar soluciones integrales a través de diferentes programas medioambientales", subrayó Rotevatn.

"Debemos potenciar nuestras acciones para transformar verdaderamente nuestra relación con el planeta", insistió el presidente de UNEA-5.

En la misma rueda de prensa, la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, se mostró "muy agradecida a los Estados miembros (de UNEA) por aprobar la estrategia a medio plazo, que puede sonar bastante tecnocrático" pero que, en la práctica, implicará "una acción medioambiental" hasta 2025.

"Necesitamos empezar a tornar las palabras en acciones después de UNEA-5. Y eso -aseveró Andersen- significa apoyar una recuperación verde de la pandemia".

"Eso -continuó- significa contribuciones nacionales más grandes al Acuerdo de París (de 2015, para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, que causan el calentamiento de la Tierra). Eso significa un nuevo marco de gestión de productos químicos y un nuevo avance contra la polución del plástico".

Acerca de la posibilidad de que el segundo tramo de UNEA-5, el presencial de 2022, pueda aprobar un mandato para negociar un tratado mundial contra la contaminación plástica, el ministro noruego se mostró cauto.

"Ya veremos. Yo, ciertamente apoyaría eso, pero en UNEA tomamos las decisiones juntos", señaló Rotevatn.

"Lo veremos", aseguró, por su parte, la directora del PNUMA, al concluir que "lo que está claro es que el 'status quo' no es una opción".

En ese terreno, Andersen destacó el caso de África, "un continente que ha hecho mucho al respecto", pues "34 de las 54 naciones (africanas) ya han instituido algún tipo de prohibición del plástico".

La Asamblea de la ONU antecede a otras citas medioambientales importantes que se desarrollarán este año, como la cumbre de la ONU sobre el clima COP26, que el Reino Unido presidirá en noviembre en Glasgow (Escocia).

"Con suerte, una UNEA-5 exitosa inspirará a los países para avanzar (con el recorte) de sus emisiones (de gases contaminantes) e invertir en soluciones verdes", manifestó Rotevatn sobre la COP26.

La reunión virtual de UNEA-5 supone también el pistoletazo de salida de los actos de conmemoración del quincuagésimo aniversario de la creación del PNUMA, que se cumple en 2022.

"A través del PNUMA abordamos colectivamente los desafíos ambientales que enfrenta nuestro mundo", afirmó el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en un discurso pronunciado ante UNEA-5 al declarar oficialmente iniciadas las celebraciones del aniversario.

"El mandato del PNUMA es fundamental si queremos lograr nuestras aspiraciones para el medio ambiente y el desarrollo sostenible", agregó Kenyatta, quien se congratuló de que Nairobi, como sede del Programa de la ONU, "sea la capital medioambiental" del planeta.

La Asamblea de la ONU para el Medioambiente es el máximo órgano decisorio sobre temas de este sector en el mundo, y se reúne cada dos años a fin de marcar las prioridades para las políticas medioambientales globales.

La UNEA, integrada por los 193 países miembros de la ONU, se estableció en 2012 durante la celebración de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, más conocida como Río+20.

domingo, 14 de febrero de 2021

Inminentes desprendimientos masivos en un frente de hielo antártico


BRUSELAS.- A principios de 2019, todos los ojos estaban fijos en la plataforma de hielo Brunt en la Antártida, donde un iceberg masivo, del tamaño del Gran Londres, parecía a punto de romperse.

   Casi dos años después, el témpano se aferra desesperadamente, aunque los datos actuales indican que el desprendimiento es inminente. Una nueva grieta, detectada en las imágenes capturadas por las misiones Copernicus Sentinel, sugiere ahora la posibilidad de que aparezcan varios icebergs.

   Durante años, los glaciólogos han estado rastreando una serie de grietas en la plataforma de hielo Brunt, que limita con la costa de Coats Land en el sector del mar de Weddell en la Antártida.

   El alargamiento de dos grietas principales en la plataforma de hielo, separadas solo por unos pocos kilómetros, ha sido monitoreado de cerca por imágenes de satélite.

   El Abismo 1, la gran grieta que corre hacia el norte desde la parte más al sur de Brunt, se ha establecido durante más de 25 años, mientras que la grieta de Halloween se vio por primera vez el 31 de octubre de 2016.

   Una grieta más reciente, sin nombre, se notó por primera vez en las observaciones de la misión Copernicus Sentinel-1 a fines de 2019, que recientemente se extendió por más de 20 kilómetros de longitud.

   Los datos de imágenes tomadas desde la órbita el 5 y el 7 de enero indican que la región de la plataforma de hielo flotante, al norte de la nueva grieta, es la más inestable, con un movimiento aproximado de casi 5 metros por día. La parte central tiene una velocidad promedio que varía de 2 a 2,5 metros por día, mientras que el área inferior sugiere una zona más estable de la plataforma de hielo.

"Aunque parecía estar a punto de desprenderse en 2019, la región más al suroeste de la plataforma de hielo Brunt resistió tenazmente a la separación", señaló en un comunicado Mark Drinkwater de la ESA. 

"Desde entonces, los datos de Sentinel-1 indican que la punta de la plataforma de hielo gira en el sentido de las agujas del reloj alrededor de la región de McDonald Ice Rumples, en cuyo punto la plataforma de hielo se basa en una topografía submarina poco profunda".

   "Mientras tanto, el fuerte gradiente en la velocidad del hielo hacia la corriente de hielo Stancomb-Wills que se mueve más rápido y la plataforma de hielo en el norte, ha activado una nueva grieta que ahora amenaza con la liberación de un segundo gran iceberg".

   El monitoreo de rutina desde los satélites ofrece vistas sin precedentes de los eventos que ocurren en regiones remotas y muestra cómo las plataformas de hielo están respondiendo a los cambios en la dinámica del hielo, las temperaturas del aire y del océano. 

Dado que la Antártida se encuentra en los oscuros meses de invierno, las imágenes de radar son indispensables porque, además de que la región es remota, el radar continúa entregando imágenes independientemente del clima oscuro.

   La historia muestra que el último gran evento que tuvo lugar en Brunt Ice Shelf tuvo lugar en 1971, cuando una porción de hielo se desprendió al norte del área conocida como McDonald Ice Rumples en lo que parece ser una réplica del Halloween Crack de hoy.

Con la plataforma de hielo considerada insegura debido a las grietas invasoras en 2017, el British Antarctic Survey cerró su estación de investigación Halley VI y se reubicó al sur de Halloween Crack en una ubicación más segura. 

En funcionamiento desde 2012, Halley VI se compone de ocho pods interconectados construidos sobre esquís. Esto permite que las cápsulas se muevan fácilmente en caso de hielo inestable y grietas en la plataforma de hielo.

La velocidad de deshielo se equipara a la de la última deglaciación


 TROMSO.-  Un trozo de hielo como Hawai, de 10.000 kilómetros cuadrados, desapareció en un abrir y cerrar de ojos hace 11.000 años de una capa que cubría el mar frente a la costa de Svalbard, en el Ártico.

   Según un nuevo estudio, este hecho dramático fue precedido por un derretimiento bastante rápido de 2,5 kilómetros de hielo al año. Esto es paralelo a las tasas de fusión actuales en la Antártida y Groenlandia y preocupa a los científicos detrás del estudio.

   Las mediciones del retroceso del hielo en Storfjorden Trough (área del mar Ártico donde se realizó el estudio) muestran que las condiciones prevalecientes hasta el evento de hace 11.000 años coinciden con lo que vemos en la Antártida y Groenlandia hoy. 

"Es asombroso. Hay nuevos estudios publicados casi semanalmente, que muestran que el retroceso de la actual las capas de hielo son de dos a cuatro kilómetros por año y eso se está acelerando", dice en un comunicado el profesor de CAGE (Centre for Arctic Gas Hydrate, Environment and Climate) y primer autor Tine Lander Rasmussen.

 La última desglaciación, hace 20.000 a 10.000 años, fue un período de calentamiento global coexistente con capas de hielo que se encogían rápidamente. Pero afirmar la correlación real entre los dos no es tan simple como parece. El período en cuestión fue climáticamente inestable, y los grandes derretimientos fueron interrumpidos por la recongelación y la formación de hielo nuevo. Por lo tanto, ha sido difícil establecer la velocidad del retroceso del hielo, en relación con los cambios climáticos.

   "Hemos estudiado el desarrollo de la capa de hielo hace 20.000 - 10.000 años utilizando núcleos de sedimentos marinos. Los 12 núcleos se han recolectado en el área durante los últimos 18 años y se han analizado meticulosamente en busca de diferentes tipos de microfósiles de organismos unicelulares llamados foraminíferos". dice Rasmussen.

   La bioquímica de los fósiles de foraminíferos ayuda a reconstruir la enorme cantidad de información sobre el estado del medio ambiente en tiempos prehistóricos. Los sedimentos se cortaron en rodajas que representan períodos de tiempo de 30 a 70 años. Más de 70 muestras fueron fechadas y analizadas.

   "Lo que vimos es que la capa de hielo comienza a retirarse hace unos 20.000 años, pero permanece en una cresta en el fiordo. Luego, hace unos 15.000 años, la atmósfera y las temperaturas del océano se calientan, lo que afecta la circulación oceánica. Una gran parte de la capa de hielo desaparece al mismo tiempo. Al comienzo del período cálido del Holoceno, hace 11.000 años, las cosas realmente se aceleraron. No podemos ver más evidencia de una capa de hielo que cubra el fondo del océano después de ese tiempo", dijo.

   Los períodos de retroceso extremadamente rápido de la capa de hielo se correlacionan constantemente con períodos de calentamiento global de los océanos y la temperatura. Esto se refleja en la retirada de la capa de hielo de otros ocho sistemas de fiordos del norte de Noruega.

   "Esto refuerza nuestra hipótesis de que un aumento en la temperatura del océano y el calentamiento global es la causa directa de la cadena de eventos que condujeron a la desintegración dramáticamente rápida de la capa de hielo", dice Rasmussen.

   Esto da algunas perspectivas alarmantes sobre el panorama actual. El gran derretimiento del máximo glacial hasta el Holoceno tardó 10.000 años en prepararse. El cambio climático actual es mucho más rápido.

   "El retroceso final de la capa de hielo de Storfjorden Trough --añade-- ocurrió tan rápidamente en las partes exteriores como lo hizo más arriba en la depresión. Esto significa que tan pronto como el agua oceánica más cálida tuvo acceso a la capa de hielo, subió bastante rápido hacia adentro desde el borde de la plataforma de hielo. Al interior de la propia capa. Vemos que esto está sucediendo en la Antártida hoy. Las rupturas de Larsen A (1995), B (2003) y C (2017) son ejemplos de este proceso ".