MADRID.-
La Guardia Civil ha abierto una investigación para tratar de esclarecer
la muerte de un hombre hallado muerto en Villajoyosa (Alicante) la
semana pasada y que medios de Ucrania dicen que se trata de un piloto
ruso de 28 años que desertó de la guerra. En Villajoyosa hay una
importante comunidad rusa y ucraniana, hasta el punto que el desertor
ruso invitó a su ex novia a visitarle. España ya ha convocado al embajador ruso en Madrid, Yuri Klimenko.
Se
sospecha que detrás del crimen están los servicios de inteligencia de
Rusia. Kuzminov había sido condenado a muerte de forma pública por la
contra inteligencia militar. Al parecer quiso dejar el Ejército incluso
antes del comienzo de la guerra en Ucrania, pero "no le dejaron". Fuentes de la Guardia Civil
han señalado que el martes de la semana
pasada fue hallado muerto con varios impactos de bala una persona en la citada población costera alicantina.
La víctima llevaba documentación falsa ucraniana a nombre de una persona de 33 años pero la identidad del asesinado ha sido confirmada a través de sus huellas dactilares.
El suceso ocurrió en la urbanización de La Cala, la víctima recibió media
docena de impactos de bala y, según testigos presenciales, el vehículo
blanco en el que huyeron los asesinos pasó por encima del cuerpo.
La Guardia Civil apunta que en el
transcurso de la investigación que se está llevando a cabo ha tenido
conocimiento de que la identidad que figuraba de esta persona "podría
ser falsa y tratarse de otro individuo", motivo por el que ha abierto
diligencias complementarias para esclarecer este extremo.
Otras fuentes del Instituto Armado habían informado la semana pasada del
hallazgo del cadáver de un hombre de 28 años localizado en la rampa de
un garaje comunitario, tras recibir un aviso el servicio de
emergencias 112 a las 17.40 horas del martes, 13 de febrero.
Fuentes municipales añadieron que, junto al cuerpo sin
vida de este hombre, se encontraron varios casquillos de bala,
localizados en el interior del garaje de una zona residencial de
apartamentos turísticos en el norte de la localidad. Había sido
tiroteado por dos personas que ya estaban en el aparcamiento y que
huyeron en un coche blanco, según un testigo.
La investigación se centra en cómo pudieron llegar los asesinos a Kuzminov, que en España vivía con una identidad falsa
y de una forma lo más discreta posible. Era muy consciente de que si le
localizaban los servicios de inteligencia de su país era hombre muerto,
y de hecho vivía atemorizado por esa posibilidad. La hipótesis más
plausible hasta el momento es que los autores del crimen llegaran a él a
través de una persona de su confianza. En este sentido, es
significativo que el piloto invitara a su novia a visitarlo, lo que sin
duda era una brecha para su seguridad.
De lo que no cabe duda es de que el asesinato es
obra de profesionales. Estudiaron a fondo a su objetivo hasta decidir
cual era el mejor momento y el lugar más adecuado para abordarlo y
cuando lo decidieron se aseguraron de no fallar.
Kuzmínov, de 28 años, huyó a Ucrania con su helicóptero Mi-8
el 9 de agosto de 2023 en una operación conjunta con el servicio de
inteligencia ucraniano. Los otros dos miembros de la tripulación, que no
conocían sus planes ni su destino, fueron abatidos tras negarse a
rendirse.
Una vez en
Ucrania, Kuzmínov dijo que no quería verse involucrado en crímenes de
guerra y animó a otros pilotos rusos que siguieran su ejemplo. Aseguró
también que la Inteligencia militar ucraniana le había prometido
seguridad, nuevos documentos y una compensación de medio millón de
dólares.
El piloto secuestró de forma voluntaria el helicóptero de combate
blindado ruso y lo entregó a Ucrania, en la región de Kharviv, en una operación en la que las fuerzas ucranianas
también adquirieron “documentación valiosa y equipo técnico secreto”, según Kyiv Post.
Kuzminov
no estaba de acuerdo con la invasión rusa de Ucrania y no quería ser
partícipe de ello. Llegó a declarar que lo que ocurre en Ucrania “es
simplemente un genocidio”
y expresó su lamento por la situación del país, tal y como declaró en
un vídeo publicado por el GUR ucraniano. “No quiero ser cómplice de los
crímenes
rusos... Ucrania ganará, es solo cuestión de tiempo”, aseguró entonces.
El Comité de Instrucción militar ruso abrió una causa por "traición" contra
Kuzmínov, y los familiares de sus dos compañeros asesinados pidieron
que pagara con su vida. "Si Maxim realmente hizo lo que hizo, espero que
lo encuentren y lo maten", declaró a la televisión rusa la esposa de
uno de ellos. Ambos fueron condecorados póstumamente.
Un miembro de la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa
ucraniano, Andrei Yusov, ha confirmado tanto a la agencia UNIAN como al
diario 'Kiev Post' que el piloto ruso Maksim Kuzminov había sido hallado
muerto en España, si bien no quiso entrar en detalles sobre las
circunstancias exactas de la muerte.
Según detallan ambos
medios, Kuzminov desertó de forma voluntaria a Ucrania en el marco de
una operación organizada por los servicios de Inteligencia ucranianos
y llevando consigo un helicóptero Mi-8, así como información de
Inteligencia. El piloto aterrizó el aparato en la región de Jarkov,
donde le esperaban los servicios de Inteligencia ucranianos.
Entonces, el propio Kuzminov explicó que había desertado porque estaba en contra de la invasión rusa de Ucrania.
Otra fuente del GUR (Inteligencia Militar Ucraniana) ha
asegurado que cerca del domicilio (se refería a El Campello) se encontró un coche calcinado que
podría haber sido utilizado por los asesinos.
Kuzminov
había decidido ir a vivir a España en vez de quedarse en Ucrania, según
la citada fuente del GUR. Pero cinco balazos acabaron con su vida.
Opositores o desertores rusos con asilo en suelo español también temen por su vida, tras recibir amenazas de los servicios de seguridad rusos. España ya no es un país seguro, decía uno de ellos.
Andriy
Yusov, portavoz de la inteligencia militar en Ucrania, habría llegado a
decir sobre Kuzminov que "es un hombre libre que ha tomado una decisión
bien pensada".
Yusov
añadía que esta "es una historia apasionante que podría servir de
ejemplo a aquellos rusos que encuentren las fuerzas para evitar
convertirse en criminales de guerra".
El desertor recordaba que "cuando empezó la invasión, el 24 de febrero, estaba llorando.
Tenía miedo y sólo quería que todo esto terminara lo antes posible.
Quería entender lo que estaba haciendo mi país. Y todo lo que vi fue maldad, horror y crimen. No quería ser parte de esto".
Una operación planificada
Todo comenzó a finales de 2022, cuando Kuzminov se puso en contacto con los agentes del GUR ucraniano a través de Telegram
y les manifestó su intención de desertar. A esta primera conversación
le siguieron más de seis meses de planificación para definir la ruta de
escape, la fecha ideal y la estrategia para que el piloto ruso pudiera
traerse el mayor material militar posible en su huida.
Tras recibir el visto bueno final de las autoridades ucranianas,
Kuzminov despegó el 9 de agosto de 2023 a las 16:30 a los mandos de un
helicóptero de transporte Mi-8
desde el aeródromo de Kursk, situado aproximadamente a 20 kilómetros de
la frontera entre ambos países.
El objetivo declarado del vuelo
era
transportar piezas de recambio para aviones de combate Su-27, Su-30SM y
Su-35 hacia otra base aérea, pero la aeronave nunca volvería a aterrizar
en suelo ruso.
En su lugar, Kuzminov, quien estaba acompañado por otros dos
militares rusos en el helicóptero, cesó las comunicaciones por radio con
las FF AA de su país, efectuó un rápido giro y voló a baja altitud, por debajo del área de detección de los radares, hacia
la frontera ucraniana.
“Al cruzar la frontera empezaron a dispararme. No
puedo decir con certeza quién fue, pero supongo que fue el lado ruso.
Fui herido en la pierna por disparos de armas pequeñas. Luego volé unos
20 kilómetros de distancia y aterricé en el lugar indicado”, narró el
piloto semanas después, durante una rueda de prensa en Ucrania.
En este lugar le esperaba un comando de las fuerzas especiales. Los
acompañantes de Kuzminov, un técnico y un navegante aéreo, desconocían
por completo su plan de deserción. Ambos acabarían muertos a manos de los agentes ucranianos.
Según la versión ofrecida tanto por el joven piloto ruso como por la
inteligencia militar de Ucrania, fueron abatidos mientras intentaban
escapar inmediatamente después del aterrizaje.
La maniobra supuso una importante humillación para el Kremlin y una victoria moral para Kiev en medio de una contraofensiva en el sur que apenas estaba ofreciendo resultados.
Las autoridades ucranianas buscaron elevar la operación Carbonero al
estatus de leyenda, llegando a publicar un corto documental sobre el
evento titulado Pilotos derribados de Rusia.
También la compararon con la operación Diamante,
llevada a cabo en 1966 por el Mossad israelí y que implicó la
persuasión de un piloto iraquí para que robara un MIG-21, el avión de
combate soviético más moderno del momento.
Ucrania también buscó utilizar la operación como una importante arma propagandística.
El piloto ruso recibió una recompensa de medio millón de dólares por su
huida, un premio que buscaba alentar a otros militares rusos a seguir
el ejemplo de Kuzminov y desertar al bando de Kiev, a ser posible con
tanto material militar bajo el brazo como fuera posible.
En su
relato, cuenta que "una vez que aterrizamos, -el resto de tripulantes
rusos del helicóptero- comenzaron a huir en dirección a la frontera"
aunque "fueron abatidos" más tarde.
Un mes después de esa
operación, Kuzminov aseguró que las autoridades ucranianas le dieron
garantías de seguridad para él y su familia, que también se mudaron a
Ucrania.
En una entrevista al periodista ucraniano Dmitro Karpenko
le explicaba que "muchos -militares- en Rusia no piensan con su propia
cabeza y justifican todo lo que hacen con órdenes de sus jefes”.
Tras su aventura, Kuzminov habría abandonado Ucrania para trasladar su residencia a España.
Según se reportó en la prensa ucraniana, Kiev le había ofrecido la
nacionalidad (una oferta ampliada a cualquier otro soldado ruso que
desertara de manera similar con una aeronave militar bajo el brazo),
aunque no queda claro si la llegó a aceptar.
En cualquier caso, tras el
inicio de la invasión a gran escala, España tiene un procedimiento
acelerado para que los ucranianos puedan acceder a protección temporal.
Este procedimiento no se aplica a los rusos, pero, según detallan fuentes del sistema en el Gobierno, no es complicado
obtenerla si se demuestra oposición al régimen de Vladímir Putin.
"Decidió mudarse a España en lugar de quedarse aquí [en Ucrania]", detallaba una fuente de la inteligencia militar ucraniana al medio local Ukrainska Pravda.
Sobre Kuzminov pesaba, al parecer, una condena de muerte. La emisora
Russia-1 había informado hace meses que la agencia de inteligencia
militar rusa, el GRU, tenía la orden de eliminar a Kuzminov y que su ejecución era solo "cuestión de tiempo".
Kuzminov
se instaló en Alicante a finales de diciembre, una decisión extraña en
sus circunstancias dada la cantidad de población rusa afincada en esta
zona,
que podría sospechar de él. Se instaló en Villajoyosa como albañil,
pero su nueva vida le duró pocos meses. Recibió 6 disparos desde un
coche, que le atropelló y huyó a toda velocidad.
Los vecinos de la
zona están muy sorprendidos por lo ocurrido y aseguran que sienten
"miedo y preocupación". Los investigadores creen que el desertor ruso
pudo ser asesinado por un grupo profesional que vigilaba su rutina desde
hace tiempo y no por agentes de los servicios secretos rusos.
Una
fuente de inteligencia citada por la agencia de noticias ruso parlante
Agentstvo, por su parte, había asegurado que el "crimen" cometido por el
piloto "no tiene fecha de vencimiento". Las acusaciones de traición se
consideran en Rusia la antesala de una condena de muerte.
La Guardia Civil no ha dado más detalles sobre el punto en el que está
la investigación sobre los autores de los disparos que acabaron con su
vida, pero el hecho es que un hombre buscado por Rusia ha acabado muerto
en suelo español.
