NUEVA YORK.- El gran día de pago de las grandes empresas petroleras finalmente ha llegado. La pregunta ahora es cómo gastar el dinero extra. Los
 inversionistas mirarán la bolsa de cristal del tercer trimestre para 
discernir si los ejecutivos planean aumentar los dividendos y las 
recompras, aumentar el gasto en nuevos megaproyectos o, quizás, hasta 
hacer ambas cosas.
Lo
 que sí saben es que en las próximas décadas se necesitan nuevas fuentes
 de petróleo y gas para satisfacer la insaciable demanda mundial de 
energía. Gastar demasiado desafiaría el reciente compromiso con la 
disciplina financiera, mientras que gastar muy poco podría obstruir 
nuevos suministros y elevar los precios del crudo. Los precios más 
altos, a su vez, pueden aumentar el atractivo de las tecnologías verdes 
que acelerarían la desaparición de la industria.
"Ciertamente,
 hemos visto más disciplina que nunca en la industria del petróleo y 
gas", dijo Burns McKinney, gerente de cartera con sede en Dallas que 
supervisa 13.000 millones de dólares en Allianz Global Investors. “Las gerencias
 son más cautelosas con los proyectos que asumen. Pero la disciplina 
nunca dura para siempre".
Las
 compañías petroleras deben desarrollar el equivalente a 670.00 millones
 de barriles de crudo –equivalente a aproximadamente siete veces el 
total de los activos mundiales de Exxon Mobil Corp.– para el año 2040, 
en gran parte para compensar la disminución de la producción de los 
campos más antiguos, según la Agencia Internacional de Energía. 
E 
incluso cuando algunos en la industria cuestionan abiertamente si la 
demanda de petróleo aumentará debido a la aparición de los vehículos 
eléctricos, las compañías petroleras aún deben invertir para encontrar 
más crudo. Los costos financieros serán enormes.
La
 buena noticia es que las grandes petroleras tienen mucho efectivo para 
invertir. La industria generará 175.000 millones en flujo de efectivo
 libre este año, aproximadamente la misma cantidad que los últimos cinco
 años sumados, según la consultora Rystad Energy AS. 
Las ganancias del 
tercer trimestre serán aproximadamente un 45 por ciento más altas que en
 el mismo período del año anterior y las más altas desde 2014, según 
Morgan Stanley.
Esas
 cifras emulan el aumento interanual del 45 por ciento en los precios 
internacionales del petróleo a un promedio en el tercer trimestre de 75,84 por barril.
La
 mala noticia es que las compañías petroleras tienen un historial de 
gasto excesivo en adquisiciones y proyectos ambiciosos durante los 
tiempos de auge, solo para ver cómo se desploman los rendimientos cuando
 el ciclo del producto básico cambia. 
Por ejemplo, no busque más allá de
 la inversión de 16.000 millones de Exxon en arenas petrolíferas 
canadienses durante la última década y la operación de gas natural 
licuado Gorgon de Chevron Corp. en Australia, donde los costos 
aumentaron en casi la mitad a 54.000 millones.
Hay
 indicios de que puede ser diferente esta vez. Las dos principales 
petroleras de Estados Unidos reemplazaron a sus máximos ejecutivos de 
larga data desde la desaceleración de 2014-2016, y designaron a exjefes 
de refinación que supervisaban las unidades de negocios con menores 
gastos. El gasto en la producción de petróleo ha bajado un 37 por ciento
 a nivel mundial en los últimos cuatro años, según Wood Mackenzie Ltd.
Por
 ahora, el sector no es popular. La ponderación de las acciones de 
energía en el índice S&P 500 se encuentra por debajo del 6 por 
ciento, menos de la mitad que hace una década.
"Las
 valoraciones siguen estando muy por debajo de las normas históricas 
anteriores", escribió el 17 de octubre en una nota Gordon Gray, analista
 con sede en Londres de HSBC Holdings Plc.  
"La constancia de una mejor 
generación de efectivo y de disciplina de capital" es necesaria para 
ganarse a los inversionistas.
Esto es lo que debe buscar en los informes de ganancias de las cinco compañías petroleras internacionales más grandes:
*
 Total (viernes 26 de octubre). La cifra clave será su objetivo de 
crecimiento de la producción para 2018, que anteriormente se fijó en el 7
 por ciento. Fechas de inicio para proyectos clave como Egina y Tempa 
Rossa.
*
 BP (martes 30 de octubre). Detalles sobre ventas de activos de 
alrededor de 6.000 millones de dólares para financiar nuevas recompras. La 
compañía británica se comprometió a mantener la disciplina del capital, 
aunque recientemente aumentó su tope de precios internos a largo plazo a
 entre 60 y 65 por barril.
*
 Royal Dutch Shell Plc (jueves 1 de noviembre). El compromiso de su 
máximo ejecutivo, Ben van Beurden, de un presupuesto de capital de 25.000 millones a 30.000 millones será observado atentamente. Si 
sanciona la expansión de sus instalaciones de GNL en Sakhalin, Rusia, o 
su proyecto de GNL en el Báltico.
*
 Exxon Mobil (viernes, 2 de noviembre). La compañía está tratando de 
recuperarse del mal desempeño en el segundo trimestre, al que el 
vicepresidente senior, Neil Chapman, calificó de "un punto bajo". 
Comentarios sobre cómo impulsar el rendimiento a corto plazo antes de 
proyectos importantes.
*
 Chevron (viernes 2 de noviembre). Los 3.000 millones en recompras 
anuales anunciados en julio se realizaron con "un poco de 
conservadurismo", dijo en ese momento el director de finanzas, Pat 
Yarrington, por lo que los inversionistas buscarán cualquier indicio de 
un alza. La producción en la cuenca Pérmica aumentó un 50 por ciento 
interanual en el segundo trimestre, pero ¿puede eso continuar con la 
escasez de ductos, carreteras, energía y mano de obra?

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