TOKIO.- El Banco de Japón inició hoy su 
reunión mensual sobre política monetaria, en la que se espera que 
analice el curso de la economía nipona tras la publicación de una serie 
de indicadores negativos que podrían anticipar una ralentización.
En
 la reunión, que se prolongará hasta el viernes, los nueve miembros de 
la junta de política monetaria de la entidad mantendrán previsiblemente 
intacto el agresivo paquete de estímulos que se puso en marcha a 
comienzos de 2013, según apuntan los analistas nipones.
El gobernador de la entidad, Haruhiko Kuroda, ha 
insistido en mantener esta batería de medidas hasta lograr el objetivo 
inflacionario del 2%, que continúa lejos del alcance de la tercera 
economía mundial.
Además de la evolución de los 
precios y el efecto de las medidas flexibilizadoras, la junta de 
política monetaria evaluará una serie de indicadores publicados en las 
últimas semanas que han generado preocupación sobre la salud de la 
economía nipona.
Las exportaciones cayeron un 5,2 por 
ciento en enero respecto al mes anterior, según los últimos datos del 
BoJ, mientras que el índice de producción industrial bajó ese mismo mes 
un 3,7 %, lo que supone la tercera caída consecutiva.
Además,
 el índice compuesto sobre las condiciones de negocios que elabora el 
Ejecutivo registró en enero su tercera caída mensual consecutiva hasta 
niveles no vistos desde 2013, lo que anticipa "un posible punto de 
inflexión", según la valoración oficial.
Los analistas
 atribuyen estos descensos en gran parte al bache que atraviesa la 
economía china, principal socio comercial de Japón, y señalan que esta 
tendencia podría empujar al BoJ a revisar a la baja su diagnóstico sobre
 la evolución de las exportaciones y de la industria nacionales.
Esta
 revisión, en principio, no afectaría a la evaluación del banco central 
sobre el estado de la economía, que según el documento aprobado por la 
entidad en su anterior reunión de enero, se encuentra en una fase de 
"expansión moderada", según señalaron fuentes próximas al BoJ al diario 
Nikkei.
Otras de las circunstancias coyunturales que 
causan inquietud en Japón y serán objeto de discusión del BoJ son las 
tensiones comerciales entre Estados Unidos y China y la incertidumbre 
sobre el proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea, tras el 
nuevo rechazo del parlamento británico al plan pactado con Bruselas.
Pese
 a este contexto, parece poco previsible que el BoJ decida ir más allá 
en su ya ambiciosa estrategia de flexibilización monetaria, con la que 
confía en activar un ciclo de beneficios corporativos, incrementos 
salariales y aceleración del consumo doméstico para apuntalar una 
expansión continuada de la economía nipona. 

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