MADRID.- Los precios del sector inmobiliario en España  podrían caer de manera gradual durante varios años, agravando el  estancamiento de la economía a medida que se desinfla una gigantesca  burbuja inmobiliaria.
Los precios de la vivienda han caído de  media un 13 por ciento desde su punto álgido en 2008 antes de que España  se sumergiera en su recesión más larga de las últimas décadas.
Desde entonces numerosas inmobiliarias han quebrando dejando miles de viviendas sin vender en manos de los bancos.
Existen  muchos factores que siguen ejerciendo presión bajista sobre los precios  como una tasa de paro del 20 por ciento, un 'stock' de 1,5 millones de  viviendas sin ocupar - nuevas en gran parte - y la escasez de crédito de  entidades bancarias españolas.
No obstante, existen otros  factores - un mercado poco líquido, los bajos tipos de interés actuales y  la tozudez de los vendedores - que impiden el ajuste brutal que por  otra parte permitiría reactivar la economía.
En cualquier caso, la  vivienda y la construcción, que contribuyeron hasta con un 8 por ciento  al PIB durante un boom que duró una década, podrían acabar suponiendo  tan sólo un 4 por ciento de la economía.
"Para 2012-2013 la  vivienda ya no tiene impacto negativo sobre el crecimiento económico  pero tampoco te mete contribución (al crecimiento) así que hay que  preguntarse qué tenemos para sustituir", dijo José Carlos Díez,  economista jefe de Intermoney en Madrid.
En opinión de los  economistas el crecimiento español podría rezagarse respecto al de la  media de la zona euro durante cinco años ya que no será tarea sencilla  redirigir la economía desde la construcción hacia las exportaciones de,  por ejemplo, coches, piezas de vehículos, y 
tecnología renovable.
Entretanto, el sector de la construcción continuará en estado anémico.
Con  este panorama de crecimiento escuálido será difícil que se reduzca de  manera sustancial la mayor tasa de paro de la eurozona, por lo que los  hogares españoles seguirán sufriendo el impacto de la crisis durante  bastante tiempo.
"Van a tardar años en liquidar el excedente de  vivienda... Aun suponiendo que la construcción de vivienda se detiene  del todo y que las ventas vuelven a niveles pre-crisis, hasta 2012 no se  eliminaría el exceso de stock", dijo Daniele Antonucci, economista de  Morgan Stanley en Londres.
Según un sondeo entre  expertos, los precios de la vivienda caerán en España un 5 por ciento  este año y un 4 por ciento en 2011.
La  economía española se reactivaría como un resorte si los precios de  vivienda cayeran otro 20 por ciento, de manera parecida a lo que ha  ocurrido en Estados Unidos e Irlanda, opina Fernando Encinar,  co-fundador de la web Idealista.com, especializada en el sector  inmobiliario.
"Eso sería una solución a la americana, yo creo que  como país no estamos preparados para eso, entonces podría darse el  escenario de una salida a la alemana que es una década de bajadas de  precios poquito a poquito que es lo que ocurrió en Alemania, durante 10  años los precios han estado bajando año tras año", dijo el empresario,  que recientemente dijo en una entrevista en El País que ha adquirido su  primera vivienda, pagándola sin solicitar una hipoteca porque hacerlo es  "tirar el dinero".
Este experto señaló que a no ser que la  economía se debilite más, por ahora se observan relativamente pocos  vendedores desesperados que estén dispuestos a asumir pérdidas, ya que  más del 80 por ciento de los españoles viven en viviendas propias y un  70 por ciento de ellos ya ha pagado su hipoteca.
Otros expertos  prevén que el mercado inmobiliario español experimentará una corrección  suave, similar a las que se están produciendo en el Reino Unido o  Francia, pero más prolongada debido al exceso de oferta.
En el  pico del ciclo los constructores acababan un millón de viviendas al año,  en un país que tiene unos 46 millones de habitantes, con una demanda  reforzada por los extranjeros en las zonas costeras, sobre todo en el  Mediterráneo.
Por entonces los bancos eran 'generosos' en la concesión de créditos.
Pero  el grifo se ha cortado en seco y ahora los bancos españoles - con  181.000 millones de euros en activos expuestos al sector de vivienda --  exigen más garantías a los compradores o dan créditos solamente para dar  salida a las viviendas que han embargado por impago.
El  Banco de España elevó recientemente la exigencia de cobertura de  provisiones al 30 por ciento desde el 20 por ciento sobre activos  inmobiliarios cuando pasan dos años en la cartera de los bancos, una  medida que podría traer ventas a precios más bajos.
El volumen de  ventas podría caer asimismo más a partir del 1 de enero, cuando finaliza  la desgravación fiscal por compra de primera vivienda, lo que  contribuiría a un descenso adicional de los precios.
Asimismo el  persistente desempleo en un clima de austeridad por los objetivos  gubernamentales de consolidación fiscal podrían hacer que muchos  propietarios acepten precios más bajos.
Juan Fernández-Aceytuno,  director general de Sociedad de Tasación, cree que los precios de la  vivienda seguirán cayendo entre un 5 y un 6 por ciento al año hasta que  se reanimen las rentas familiares y los créditos bancarios.
Aún  hay un millón de viviendas vacías en el mercado, de las cuales un 10 por  ciento estaría en manos de los bancos, señala Fernández-Aceytuno.
Paradójicamente,  la construcción ha experimentado cierta reactivación, y los bancos con  terrenos adjudicados a cambio de cancelar deuda a las inmobiliarias  podrían aprovechar los menores costes laborales y de materiales para  construir a bajo coste, inundando el mercado con viviendas baratas.
No  obstante, las ayudas a los parados y los bajos tipos de interés están  permitiendo que muchos españoles puedan pagar las cuotas de sus  hipotecas, evitando un fuerte descenso de los precios de la vivienda.
Los  españoles son reacios a mudar su residencia a otra región del país en  busca de trabajo y la ley española no favorece el abandono de las  propiedades cuando la deuda existente supera el valor de mercado de su  propiedad, ya que los deudores responden con su patrimonio si la  vivienda no basta para amortizar el crédito.
Daniel Cienfuegos, agente inmobiliario de Madrid, dice que sus clientes rechazan rebajar sus optimistas expectativas.
"Cuesta  trabajo, la gran mayoría de la gente con quienes trabajamos (como  clientes que quieren vender una casa) están pidiendo precios fuera del  mercado y tenemos que tratar de convencer al cliente de que no reciben  ningún interés", dice Cienfuegos.
Los datos oficiales del mercado  de la vivienda no son fiables en opinión de los analistas ya que  consideran los precios deseados y no los de las transacciones finales,  en un mercado "muy opaco y con pocas transacciones", según Fernández.
Pero  los datos muestran una desaceleración en la caída de los precios y el  volumen de transacciones se ha estabilizado en torno al medio millón al  año, por debajo del millón y medio de compraventas al año durante el  boom.
Es posible que los vendedores sean testarudos, pero algunos  compradores también esperan con paciencia a que llegue el gran chollo.
"La  gente no quiere bajar los precios. Tienen sus expectativas muy arriba.  Estoy mirando con mucha tranquilidad, el tiempo está a mi favor", dice  Marina Lozano, que lleva seis meses buscando una casa con más espacio  para su familia en Madrid.