PARÍS.- La
OCDE dio un amplio apoyo este miércoles a las reformas promercado
adoptadas por Brasil y pidió que siga en esa línea en momentos en que el
país busca sumarse a ese grupo de las economías más desarrolladas del
mundo.
Brasil
acaba de dejar atrás una de las peores recesiones de su historia, pero
la expansión de su economía aún dista de ser robusta y mantiene un alto
nivel de desempleo (12,7 millones de personas) y un rojo fiscal
creciente que es alimentado por el gasto de las jubilaciones.
La
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)
sugirió a la mayor economía latinoamericana que mantenga su apuesta a la
ortodoxia económica para garantizarse el equilibrio fiscal y el
crecimiento a largo plazo.
"Brasil
está nuevamente en un camino de crecimiento positivo, pero no hay
tiempo para complacencias", afirmó el secretario general del organismo,
Angel Gurría, durante la presentación de su último reporte sobre el país
en la capital brasileña.
"Hay
que continuar con el proceso de reformas. Es un 'state of mind' (estado
mental). Tiene que ser un proceso constante (...) Sin una reforma en
profundidad, los gastos de previsión social más que se duplicarán y
naturalmente su impacto sobre las cuentas públicas será muy difícil de
sostener", añadió.
La
OCDE proyectó que la economía brasileña crecerá entre 2,2% y 2,4% en
2018 y dijo que podría sumar 1,4% adicional durante los próximos 15 años
si consigue reducir sus barreras comerciales, desarrollar su mercado
financiero, bajar los niveles de corrupción y eliminar las trabas
existentes para iniciar un negocio.
También
advirtió sobre los peligros que enfrenta la economía cuando faltan
escasos ocho meses para unas elecciones que se presentan como las más
inciertas desde el retorno de la democracia en 1985.
"Los
riesgos relacionados a los acontecimientos políticos son grandes (...)
La desigualdad permanece alta y las cuentas públicas se deterioraron
sustancialmente, exigiendo amplias reformas para mantener el progreso y
el crecimiento inclusivo".
"Esto
exigirá decisiones políticas difíciles, principalmente en relación a la
previsión social y a las transferencias sociales", agregó.
Según
el reporte, la diferencia de ingresos entre hombres y mujeres en Brasil
supera en 10% a la media de los 35 países de la OCDE, que en la región
solo tiene dos miembros plenos: Chile y México.
Colombia y Costa Rica están proceso de adhesión.
Durante
su gestión, el conservador Temer, que sucedió a Dilma Rousseff
(izquierda) en 2016 tras su destitución por manipular las cuentas
públicas, hizo un giro radical en la economía para reducir la
participación del Estado.
Consiguió
que el Congreso aprobara un congelamiento del gasto público por 20 años
-solo actualizado por la inflación del año precedente- y flexibilizara
las leyes que rigen los contratos de trabajo, además de lanzar un vasto
programa de privatizaciones y concesiones.
Pero
falló en el gran objetivo que se había autoimpuesto: recortar el gasto
de las jubilaciones, principal responsable del déficit fiscal.
Tiró
la toalla este mes tras entender que el Congreso no apoyaría medidas
impopulares en un año electoral. La respuesta del mercado fue inmediata:
Fitch degradó la nota de riesgo soberano del país y se puso a la par de
S&P Global Ratings, que había hecho lo mismo un poco antes
invocando razones similares.
Con las presiones electorales en ascenso, la OCDE no ocultó su preocupación por las reformas ya aprobadas.
"Si
el nuevo techo para los gastos no fuese mantenido, una dinámica fiscal
insustentable podría reducir la confianza y disparar la vuelta de la
recesión", alertó.
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