WASHINGTON.- Estados Unidos anunció este lunes 28 de abril que llegó a un acuerdo con México para resolver la polémica sobre el reparto del agua del río Bravo, fronterizo entre ambos países, y que está regulado por el Tratado de Aguas de 1944.
“México se ha comprometido a transferir agua de inmediato desde embalses internacionales y a aumentar la cuota estadounidense del caudal en seis afluentes del río Bravo hasta el final del ciclo hidrológico quinquenal actual”, apuntó el Departamento de Estado en un comunicado.
La Administración de Donald Trump agradeció a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, “su participación personal para facilitar la cooperación entre los distintos niveles de su gobierno y establecer una estrategia unificada para abordar esta prioridad”.
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar cada quinquenio cerca de 2.160 millones de metros cúbicos a Estados Unidos por los ríos que comparten en la frontera, mientras los mexicanos se queda con 9.250 millones de metros cúbicos, casi cuatro veces más.
La tensión entre ambos países se elevó el 10 de abril, cuando Trump advirtió de aranceles y sanciones a México por “violar” el Tratado de Aguas y deberle más de 1.600 millones de metros cúbicos de agua a Texas.
El Departamento de Estado apuntó este lunes que el pacto con México ayudará a “los agricultores, ganaderos y municipios del valle del río Bravo, en Texas, a obtener el agua que tanto necesitan y reducir la escasez”.
Estados Unidos y México, agregó el comunicado, también “se comprometieron a desarrollar un plan a largo plazo para cumplir de forma fiable con los requisitos del tratado y, al mismo tiempo, atender las deudas de agua pendientes”.
Entre ellas, señaló “transferencias mensuales adicionales y consultas periódicas” sobre las necesidades de suministro de los usuarios en Texas. “Esperamos continuar nuestra cooperación con el gobierno de México para encontrar soluciones a la escasez de agua que afecta a las comunidades de ambos lados de la frontera”, sentenció.
Según un comunicado conjunto de las secretarías de Relaciones Exteriores, Agricultura y Medio Ambiente de México, el país y Estados Unidos pactaron una serie de medidas destinadas a mitigar el posible faltante en las entregas de agua mexicanas hacia el final del ciclo, incluyendo transferencias de agua inmediatas y durante la próxima temporada de lluvias.
Las autoridades señalaron que el abastecimiento de agua para consumo humano en las poblaciones mexicanas dependientes del río Bravo es la premisa central de todas las acciones acordadas. Estas medidas fueron definidas durante reuniones técnicas binacionales y se formalizarán a través de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
La sección mexicana de la CILA, en coordinación con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), dará seguimiento a la ejecución de las acciones pactadas y al monitoreo de la evolución de las condiciones de la cuenca.
Además, se elaborará un plan para el siguiente ciclo del Tratado de 1944, que incluirá un mecanismo de consultas anuales de alto nivel para asegurar el cumplimiento de los compromisos futuros.
Ambos gobiernos reafirmaron que el Tratado de 1944 continúa ofreciendo beneficios a las dos naciones, por lo que coincidieron en que no es necesaria su renegociación.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos agradeció los avances logrados en las entregas de agua por parte de México bajo el marco del Tratado de Aguas de 1944, según un comunicado oficial. La administración del entonces presidente Donald Trump impulsó estas gestiones con el objetivo de garantizar el abastecimiento para los agricultores de Texas.
Según la declaración, el compromiso de México se logró gracias a la intervención directa del secretario de Estado, Marco Rubio, la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, y el subsecretario de Estado, Christopher Landau.
El Departamento de Estado de EE.UU. indicó que estas medidas ayudarán a mitigar los déficits de agua que afectan a agricultores, ganaderos y municipios del Valle del Río Grande en Texas.
Además, se estableció el compromiso bilateral de desarrollar un plan de largo plazo que asegure el cumplimiento del tratado, incluyendo transferencias mensuales adicionales y consultas regulares sobre los flujos de agua, tomando en cuenta las necesidades de los usuarios texanos.
La declaración también agradeció a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, su implicación personal en facilitar la cooperación entre diversos niveles de gobierno.
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