Ayer lunes 12 de 
noviembre comenzó en Palermo una conferencia internacional sobre
 el futuro de Libia, que puede desbloquear algunos de las 
cuestiones más críticas para la seguridad de ese país y en parte 
también de la de Europa. Con su mera celebración el gobierno 
italiano se apunta un importante éxito diplomático, al llevar el 
esfuerzo de las cancillerías de la Unión Europea en torno a Libia 
por un camino distinto al que se propuso llevarlo hace pocos meses 
el presidente francés, Enmanuel Macron. 
Mientras
 el plan francés favorecía que se celebrasen las elecciones para un 
nuevo parlamento y gobierno libios en diciembre próximo, la posición 
italiana se mantuvo firme en que solo sería prudente celebrarlas cuando 
el país estuviese políticamente estabilizado bajo los auspicios de un 
plan de paz de las Naciones Unidas.
A la conferencia de Palermo acudirá con un nuevo plan de pacificación
 el representante de las Naciones Unidas para Libia, Ghassan Salamé, y 
el presidente del llamado Gobierno de Concordia Nacional, reconocido por
 las NN.UU., Fayez al-Serraj. Salamé lleva la propuesta de que las 
elecciones se celebren en 2019, pero solo si se dan las condiciones para
 ello.
Macron enviará a su ministro de Exteriores, Jean Yves le-Drian, e 
Italia estará representada por el ‘par’ de éste, Matteo Salvini. Se 
esperaban otros enviados de alto nivel, como el jefe del gobierno ruso 
Mevdeved y el secretario de Estado de Donald Tramp, Mike Pompeo.
El proyecto de conferencia para la estabilización de Libia empezó a 
fraguarse el pasado julio, en Washington, con la visita del jefe del 
gobierno italiano, Antonio Conte, al presidente Trump.
El primer ministro italiano también consiguió, el 28 de octubre, el 
compromiso del ‘hombre fuerte’ de la parte oriental de Libia, general 
Jalifa Hiftar, de acudir a la conferencia de Palermo. Hiftar vendría 
desde Moscú, donde se había reunido con el ministro de Defensa ruso, 
Sergei Shoigu, y de cuyo gobierno ha recibido apoyo explícito en 
diversas ocasiones. De todos modos, este pasado domingo aún no se estaba
 seguro de que el general acudiría a Palermo.
Hiftar, sin embargo, se ha reunido con el ministro de Exteriores 
italiano, Enzo Moaveri Milanesi, en dos ocasiones: el 10 de septiembre 
en Bengasi, y el 26 de octubre último en Roma, lo que pone de manifiesto
 la intensa presión que se está ejerciendo sobre el general para que se 
avenga a poner su organización armada (el Ejército Nacional Libio) al 
servicio de un gobierno nacional bajo los auspicios de las Naciones 
Unidas.
Hiftar ya percibió los límites de su poder cuando en este año, 
después de  liberar del control de diversas milicias gran parte del 
‘creciente’ petrolífero,  en el litoral oriental de Libia, se encontró 
con que sus intentos de vender petróleo en el mercado exterior, por 
cuenta del gobierno de Bengasi, fueron bloqueados por Washington.
De todos modos, la iniciativa diplomática italiana obligará al 
general a reevaluar sus activos para seguir preconizándose como el 
hombre capaz de aportar a la gobernación de Libia la experiencia militar
 necesaria para mantener a raya o disolver las diferentes milicias, 
islamistas o no, que han sembrado Libia de inseguridad durante años. 
Hiftar ha contado siempre con el apoyo directo del París de Macron, así 
como de la Rusia de Putin y el Egipto de al-Sisi.
El propósito del enviado de la ONU, Salamé, es convocar a primeros de
 2019 una conferencia nacional, preparatoria de unas elecciones 
generales que deberán celebrarse en la primavera. Para ello es necesario
 que el gobierno instalado en Bengasi (de la Cámara de Representantes, 
que no tiene el aval de las NN.UU. y es en gran parte inefectivo) deje 
de obstaculizar el proceso, para lo que, a su vez, es necesario que 
Hiftar le retire su apoyo.
Por su lado, las Naciones Unidas han venido realizando un esfuerzo 
concentrado en difundir a lo largo del país una cultura democrática, 
inexistente hasta ahora, organizando encuentros en 43 localidades para 
debatir públicamente las prioridades sociales y económicas del país, así
 como logrando algunos altos el fuego entre milicias.
(*) Periodista español

 
 
 
 

 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario