«No ha habido cambios en la doctrina», aseguró Kananí. «Continuaremos
nuestra actividad nuclear con fines pacíficos y estas actividades
continuarán dentro del marco de la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica), las salvaguardias y el Tratado de No Proliferación», aseguró Kananí.
La Guardia Revolucionaria iraní advirtió el pasado jueves que
Teherán podría revisar su «doctrina nuclear» -que dictaba hasta ahora
un uso exclusivamente civil de esta energía- si Israel amenaza con
atacar sus centros atómicos.
La advertencia se produjo en medio
de las tensiones entre Irán e Israel tras el bombardeo contra el
consulado iraní en Damasco en el que murieron siete miembros de la
Guardia Revolucionaria.
Como represalia, Irán atacó con cientos de misiles y drones Israel el
sábado 13, en la primera ocasión en la que Irán atacó directamente
territorio israelí, que pese a su espectacularidad apenas causó daños.
Y
este viernes se produjo un ataque que no causó daños con drones contra
la provincia central iraní de Isfahán, que aloja la mayor central
nuclear del país, la de Natanz, además de la base aérea de Shekari,
atribuido a Israel.
Irán ha asegurado hasta ahora que su programa nuclear tiene un fin
exclusivamente civil e incluso el líder supremo de Irán, Alí Jameneí,
emitió una fatua -dictamen religioso- que condena las armas atómicas. El
programa atómico iraní ha avanzado mucho en los últimos años tras el
colapso del acuerdo nuclear firmado en 2015, aunque el país no dispone
de armas nucleares.
Según el más reciente informe del OIEA, emitido en febrero pasado en
Viena, Irán produce uranio altamente enriquecido, hasta el 60 %, un
material que apenas tiene usos civiles pero sí militares.
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