"Para el año 2022 hubo una disminución del 2% respecto al 2021", dijo el organismo en su informe anual.
Los datos, recabados a partir de imágenes satelitales, muestran por primera vez una reducción de cultivos tras siete años de sostenido incremento.
Bolivia permite la siembra y comercialización de la hoja de coca para el mascado, infusiones y rituales religiosos.
Las autoridades fijaron máximo de 22.200 hectáreas.
Sin embargo, parte de la producción se desvía hacia la fabricación de cocaína. El país es el tercer productor de esta droga después de Perú y Colombia, según Naciones Unidas.
Los cultivos en Bolivia se concentran en los valles subandinos de Yungas de La Paz y la región del Trópico de Cochabamba (centro).
Desde los década de los años 80, Bolivia realiza tareas de erradicación de cultivos de coca, a cargo de una fuerza de tarea conjunta de policías y militares.
En 2015 los cultivos alcanzaban 20.200 hectáreas y desde entonces el aumento había sido constante hasta el año pasado: 23.100 hectáreas (2016), 24.500 (2017), 23.100 (2018), 25.500 (2019), 29.400 (2020), 30.500 (2021).
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