GINEBRA.- Por
cada diez hombres que trabajan solo lo hacen seis mujeres, según un
informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado
hoy, que alerta de que la tasa de participación femenina en el mercado
laboral "posiblemente" retrocederá en el periodo 2018-2021.
El
informe "Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Avance global
sobre las tendencias del empleo femenino 2018", revela que la tasa
mundial de actividad de las mujeres se sitúa en 2018 en el 48,5 %, 26,5
puntos porcentuales por debajo de la de los hombres.
Además,
la tasa de desempleo de la mujeres para 2018, situada en un 6 % por la
OIT, es alrededor de ocho décimas más alta que la de los hombres.
Esto significa que por cada diez hombres que trabajan sólo seis mujeres están empleadas.
De
estos datos, los expertos de la OIT deducen que "a escala mundial, las
mujeres tienen menos probabilidades de participar en el mercado de
trabajo que los hombres".
La
brecha entre la tasa de actividad de hombres y mujeres se ha reducido
en dos puntos porcentuales des de 1990 y el grueso de la disminución se
produjo en los años anteriores a 2009.
Sin
embargo, desde 2009 el índice de mejora se ha desacelerado y las
estimaciones de la OIT son que "se detendrá en el periodo 2018-2021 y
posiblemente incluso retroceda e invalide las mejoras relativamente
menores logradas en el último decenio en materia de igualdad de género
en el acceso al mercado de trabajo".
Con respecto a la disparidad salarial, en promedio las mujeres en el mundo gana un 20 % que los hombres por igual trabajo.
La brecha de participación laboral entre hombres y mujeres varía considerablemente según las regiones.
Se
está reduciendo en los países en desarrollo y desarrollados, pero
continúa ensanchándose en los países emergentes, donde desde 2009 ha
aumentado cinco décimas hasta situarse en 30,5 puntos porcentuales en
2018.
Según
la proyección, esta brecha continuará hasta 2021, pues las tasas de
participación femenina irán reduciéndose con más rapidez que las de
participación masculina.
"El
aumento de la diferencia de participación indica que las mujeres de los
países emergentes distan mucho de alcanzar el nivel de los hombres en
cuanto a oportunidades en el mercado laboral, pero refleja también el
creciente número de matriculaciones femeninas en la educación formal de
estos países", señala la OIT.
En
cambio, el informe revela que en muchos países desarrollados, la tasa
de participación de las mujeres gradualmente va acercándose a la de los
hombres.
La
brecha entre los géneros en este grupo de países es de 15,6 puntos
porcentuales en 2018 -casi la mitad de la de los países emergentes- y el
nivel más bajo desde 1990, "pese a que la brecha en los países
desarrollados sigue siendo amplia, en especial en Europa meridional",
especifica el texto.
No obstante, las previsiones indican que la brecha seguirá reduciéndose en los países desarrollados hasta 2021.
"Buena
parte de la mejora lograda en los dos últimos decenios puede atribuirse
a que, en estos países, los logros académicos de las mujeres y el
trabajo remunerado son menos restrictivos", subraya el informe.
De
todos modos, el estudio también recuerda que en los países
desarrollados persisten importantes brechas salariales entre los
géneros, "los cuales ponen de manifiesto los problemas actuales de
disparidad en cuanto a la calidad del empleo", a pesar de la mejora del
nivel de capital humano -nivel de instrucción y experiencia- de las
mujeres.
Las
brechas más reducidas entre las tasas de participación se registran en
los países en desarrollo (11,8 puntos porcentuales en 2018) y se prevé
que permanezcan estables en todo el periodo 2018-2021.
En
este grupo de países, las mujeres tienen una de las tasas de
participación más elevadas (69,3 %), "lo cual suele reflejar la
necesidad económica de buscar empleo a causa de la pobreza predominante y
la falta de acceso al sistema de protección social", especifica la OIT.
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