EDIMBURGO.- A menos de un mes de que los escoceses voten para decidir sobre su
independencia, los nacionalistas quieren ampliar el debate más allá del
espinoso enfoque sobre qué moneda debería utilizarse después de
separarse de Reino Unido.
La sanidad y otros asuntos sociales como la justicia y la igualdad
podrían tener más minutos si el primer ministro independentista Alex
Salmond consigue dominar el segundo debate televisado el 25 de agosto.
La cuestión sobre si Escocia debería mantener la libra si el 18 de
septiembre se vota a favor de su salida de Reino Unido ha obstaculizado
la campaña independentista. El Gobierno británico ha dicho que no y el
gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha advertido de
dificultades en la unión monetaria.
Como resultado, la incertidumbre sobre la moneda paralizó al
normalmente exaltado Salmond en el primer debate de televisión hace dos
semanas cuando fue inesperadamente eclipsado por el más reservado líder
de la campaña de los que quieren que Escocia se mantenga en Reino Unido,
el exministro de Finanzas británico Alistair Darling.
El voto independentista continúa disminuyendo en todos los grandes
sondeos, pero Salmond ha intentado mejorar su posición bombardeando a
los medios con temas que podrían atraer a los votantes indecisos.
Advirtió, por ejemplo, de que el sistema sanitario gratuito
financiado por el Estado podría estar en riesgo si Escocia permanece en
Reino Unido, pero que podría ser protegido en la Constitución de una
Escocia independiente.
El actual Parlamento escocés, liderado por el Partido Nacional
Escocés de Salmond, controla la política sanitaria. Pero Salmond dice
que la dependencia del presupuesto de Escocia a las políticas de Londres
lo hace vulnerable.
El primer ministro británico, David Cameron, que se opone a la
independencia, describió el argumento como "desesperado", argumentando
que el gasto de Reino Unido en salud se ha protegido durante el mandato
de su coalición de gobierno, que llegó al poder en 2010.
Salmond, un político veterano que ha llevado a su partido a ser el
dominante en Escocia, confía en el cansancio de los votantes respecto a
la discusión sobre la moneda para introducir nuevos temas en el debate a
pocas semanas de la votación.
La posturas sobre la moneda no han cambiado durante meses, con los
partidos de Reino Unido descartando un acuerdo, pero con Salmond
insistiendo en que podrían negociar si Escocia vota a favor de la
independencia. También ha dicho que nadie podría frenar a Escocia si
quiere utilizar la libra informalmente.
Pero mientras Salmond podría intentar ampliar el debate, la campaña
Mejor Juntos de Darling ha prometido continuar presionándole con el tema
de la moneda.
Darling, un escocés que fue ministro de Finanzas en el último
gobierno laborista británico, ha salido ganador en el debate sobre la
libra y es improbable que cambie.
Otros pro-unionistas se han subido al carro.
"Necesitamos urgentemente claridad por parte del primer ministros
sobre su plan B para la divisa", dijo en un comunicado la líder
conservadora escocesa Ruth Davidson, subrayando que si se vota "Sí",
cualquier unión de divisa sería temporal.
"Los escoceses debemos saber en qué moneda se van a pagar nuestros salarios, pensiones y beneficios", dijo.
Con el segundo debate considerado como crucial en vísperas del voto,
los comentaristas dicen que aumenta la presión para que Salmond salga
victorioso y provoque movimientos en las encuestas todavía favorables a
los unionistas.
"Quizás Darling tenga más experiencia en hablar a escala nacional,
pero si Alex Salmond saca un punto de vista más apasionado y cambia su
táctica para proyectarlo, podría animar a los votantes a seguir
pasándose al Sí", dijo Tanya Abraham, ejecutiva de análisis senior en el
grupo de encuestas YouGov.
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