JERUSALÉN.- El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, nombró a un nuevo jefe de la agencia de inteligencia interna, el Shin Bet, tras una serie de choques con su titular, Ronen Bar. Estos aumentaron desde que la agencia comenzara a investigar presuntos vínculos del Gobierno con Qatar y de que repartiera culpas con Netanyahu por los ataques del 7 de octubre. La Justicia aún debe pronunciarse sobre el cese de Bar.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, designó a Eli Sharvit, un antiguo comandante de la Marina israelí, para sustituir a Ronen Bar, que sigue en el cargo a la espera de una decisión del Tribunal Supremo sobre las impugnaciones legales a su despido.
La Fiscalía General había considerado la decisión de Netanyahu de destituir a Bar como una “medida sin precedentes”, mientras que el Tribunal Supremo congeló la decisión. Si bien la Justicia prevé examinar la medida el 8 de abril, dictaminó que, mientras tanto, Netanyahu podía entrevistar a candidatos para sustituirle.
Los críticos, entre ellos legisladores de la oposición y grupos de control, impugnaron el despido de Bar ante los tribunales y dijeron que el momento en que se produjo suscitaba la preocupación de que esté destinado a echar por tierra una investigación del Shin Bet y de la Policía anunciada a finales de febrero sobre posibles vínculos irregulares entre colaboradores de Netanyahu y Qatar.
La destitución de Bar también provocó protestas, que este lunes se replicaron en Tel Aviv y Jerusalén, con críticas a los supuestos vínculos con Qatar y en las que también se exigió un acuerdo con Hamás para la liberación de los rehenes.
Bar aseguró que su destitución estaba viciada por conflictos de intereses y pondría en peligro la investigación sobre Qatar. Si bien, Israel no considera a Qatar un Estado enemigo, en él residen dirigentes de Hamás.
Bar dirige el Shin Bet desde 2021 y sus relaciones con Netanyahu eran tensas, especialmente por las reformas judiciales propuestas por el Gobierno, que habían dividido al país.
Las relaciones se tensaron aún más después de que el 4 de marzo se publicara el informe del Shin Bet sobre el ataque del 7 de octubre de 2023. En el texto, la agencia de inteligencia asumió parte de responsabilidades, pero también apuntó al primer ministro y afirmó que "una política de tranquilidad permitió a Hamás llevar a cabo un desarrollo militar masivo".
El informe fue rechazado por la Oficina del Primer Ministro, que también
dijo que había perdido su confianza en Bar por el fallo de seguridad
del 7 de octubre de 2023, que dejó unos 1.200 muertos en Israel y
desencadenó la guerra contra Hamás en Gaza.
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