En una clara alusión a Estados Unidos y la OTAN, Putin subrayó que
Moscú rechaza las pretensiones «de cualquier país o alianza a la
exclusividad».
«No permitiremos que nadie nos amenace», dijo, tras lo
que ordenó guardar un minuto de silencio por los caídos en la contienda
mundial en la que la Unión Soviética perdió entre 1941 y 1945 más de 26
millones de personas, entre civiles y soldados.
Acusó a «las élites occidentales» de apostar por el «revanchismo» y
por justificar «a los actuales seguidores de los nazis», lo que es parte
de una política de instigación de conflictos regionales, hostilidad
entre pueblos y religiones, y la contención de los nuevos centros
independientes de desarrollo.
Putin denunció los intentos de los
«colonialistas» occidentales de «distorsionar» la verdad sobre la
Segunda Guerra Mundial al desmontar los monumentos a los soldados
soviéticos y poner en un pedestal a «traidores y cómplices» de Hitler.
Con todo, destacó que Rusia nunca ha menospreciado la importancia del
papel de los aliados occidentales en la derrota del nazismo y también
recordó la lucha de China contra el Imperialismo japonés.
«Nunca
olvidaremos nuestra lucha común y las inspiradoras tradiciones de
alianza», subrayó. Más de 9.000 soldados participan en la parada que
arrancó como es tradicional a las 10.00 hora local (07.00 GMT), a lo que
hay que sumar unos 70 equipos de combate.
Entre los militares que desfilan por el empedrado de la plaza Roja
figuran aquellos que han combatido en Ucrania en el marco de la conocida
como «operación militar especial». Asisten al acto los dirigentes de
seis antiguas repúblicas soviéticas, incluida Bielorrusia y Kazajistán;
el líder cubano, Miguel Díaz-Canel; y los mandatarios de Laos y Guinea
Bissau.
Al tomar posesión de la presidencia por un quinto mandato de seis
años, Putin ofreció esta semana a Occidente diálogo en materia de
seguridad y estabilidad estratégica, pero el lunes ordenó al Distrito
Militar Sur realizar maniobras con armas nucleares tácticas en respuesta
a las provocaciones y amenazas de EEUU y las potencias europeas.
La OTAN ha negado que se proponga desplegar tropas en Ucrania, una
línea roja para el Kremlin, que inició en febrero de 2022 una campaña
militar en el país vecino.
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