TIJUANA.- Un grupo de residentes en la frontera norte de México confrontó la
noche del miércoles a migrantes centroamericanos, parte de la caravana
que se dirige a Estados Unidos, mientras crece la tensión social en
torno al multitudinario movimiento.
Frente a uno de los campamentos improvisados por un grupo de
hondureños, decenas de residentes de una zona acomodada de la ciudad de
Tijuana, fronteriza con California, protestaron por la presencia de los
migrantes, que hace un mes iniciaron su largo recorrido para pedir asilo
en Estados Unidos, huyendo de la pobreza y violencia de sus países.
“Lárguense
de aquí, no los queremos (...) queremos que regresen a su país, no son
bienvenidos”, gritaban a metros del muro fronterizo, donde los migrantes
instalaron un campamento. La protesta se prolongó hasta la madrugada
del jueves.
El grupo criticó que el Gobierno proporcione apoyo a
extranjeros mientras los locales también se ven obligados a huir de la
violencia y pobreza en su propio país. También pidieron una mejora de la
seguridad.
“Nosotros no somos delincuentes (…) por qué aquí nos
atienden así, si en todo lo que hemos recorrido en México nos trataron
bien (…) piensen en los niños que están aquí, por favor”, decían los
hondureños durante la confrontación, en la que por momentos incluso se
arrojaron piedras unos a otros.
Las autoridades locales dijeron
que tenían un registro de 810 migrantes centroamericanos en la ciudad,
mayormente hondureños. El jueves temprano otra cantidad similar llegó en
al menos 22 autobuses.
Muchos
de los migrantes, incluso los que viajan acompañados de niños pequeños,
duermen en las calles. Otros han saturado las casas de migrantes,
poniendo en aprietos la logística de quienes les brindan ayuda.
En
las redes sociales también aparecieron mensajes de rechazoUn grupo de Whatsapp denominado “Bloqueo Ciudadano”, unas 250 personas comparten constantemente críticas a los migrantes e
incluso pedían impedir la llegada de nuevos integrantes del movimiento.
El
gobierno de Tijuana dijo el miércoles por la tarde que habilitaría un
espacio para recibir a 360 personas. Sin embargo, la misma autoridad
indicó que sería insuficiente para los más de 2,000 centroamericanos que
se espera que lleguen esta semana.
Mientras algunos migrantes
aceptaban el nuevo refugio, otros prefirieron seguir en la calle, con el
argumento de que prefieren un sitio donde moverse libremente.
“Buscaremos
un lugar donde el gobierno no quiera tratarnos como si fuera una
cárcel”, dijo Irineo Mujica, representante de la organización Pueblo sin
Fronteras, que ha estado al frente de la caravana.
Mujica
dijo que se espera la llegada de entre 2,000 y 3,000 migrantes o más, y
que inicialmente buscarían asilo en Estados Unidos, aunque también
están considerando otras alternativas como Canadá.
“Buscamos
soluciones, no confrontaciones”, agregó mientras un helicóptero de la
patrulla fronteriza de Estados Unidos vigilaba la frontera entre ambos
países.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suspendió
la semana pasada el otorgamiento de asilo a migrantes que crucen la
frontera con México ilegalmente.
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