ESTAMBUL.- Turquía
se está acercando a atribuir la culpabilidad del asesinato del
periodista Jamal Khashoggi al príncipe heredero Mohammed bin Salman, el
joven y atrevido líder cuyas ambiciones por una Arabia Saudita
modernizada se han visto socavadas por su inclinación a hacer enemigos
en el país y en el extranjero.
En
su muy esperado discurso hoy martes, que coincidió con el inicio de lo
que iba a ser un importante foro de inversión en Riad, el presidente
turco, Recep Tayyip Erdogan, rechazó las cambiantes versiones del
asesinato de Khashoggi en el consulado saudí en Estambul. Erdogan, quien
no mencionó al príncipe, hizo un llamado a su padre, el rey Salman bin
Abdulaziz, para que los responsables sean juzgados, sin importar su
posición.
De
acuerdo con un funcionario turco familiarizado con la estrategia y las
demandas de Turquía en el caso, podría entenderse como una referencia
velada al miembro de la familia real de 33 años, que es el verdadero
poder detrás del trono saudí.
Turquía ha estado presionando a los
saudíes para que aclaren lo que realmente sucedió en su consulado,
lanzando una campaña cuidadosamente manejada de filtraciones a los
medios que han socavado las versiones sauditas sobre la historia, al
tiempo que insinúan que Turquía sabe exactamente lo que sucedió.
"El
objetivo final de Erdogan es infligir el máximo daño a Mohammed bin
Salman, lo que implica eliminar por completo o al menos reducir su
control sobre la política exterior", dijo Amanda Sloat, investigadora
sénior de Brookings Institute en Washington y ex funcionaria del
Departamento de Estado de Estados Unidos.
"Como hay límites a lo que
Turquía puede lograr solo, Ankara presumiblemente espera que Trump y/o
el rey saudí tomen medidas".
Arabia
Saudita ha dicho recientemente que Khashoggi, un destacado crítico del
príncipe, fue asesinado luego de que una "discusión" en el consulado
estallara en una pelea. Esa versión ha sido cuestionada por líderes
mundiales, incluido el presidente Donald Trump.
Y la conferencia de
inversión saudí no tuvo concurrencia después de que decenas de líderes
empresariales globales y funcionarios de finanzas cancelaran su
asistencia.
Equilibrio de poder
En
su discurso ante los legisladores en Ankara, Erdogan le prodigó respeto
al Rey Salman, de 82 años, refiriéndose a él como el protector de los
lugares más sagrados del Islam y diciendo que confiaba en la sinceridad
de Salman para llegar al fondo del caso.
El hecho de que no mencionara
al príncipe heredero, según un funcionario turco, era una indicación de
que no ve al joven de 33 años como su igual político.
Están
en juego las dinámicas de poder tanto en Arabia Saudita como en la
región. El incidente, en particular, ha generado nuevas preguntas sobre
los métodos y el carácter del príncipe Mohammed, quien se ha ganado
poderosos enemigos en su país y en el extranjero debido a su implacable
consolidación del poder y voluntad de proyectar el poder político y
militar saudí en los vecinos.
Tal
vez ninguno de ellos sea más formidable y ambicioso que Erdogan, quien
ha supervisado la economía más grande de la región durante más de 16
años, y ha desafiado a la realeza saudí por la posición de líder del
mundo musulmán.
El atractivo de Erdogan lo ha convertido en un héroe
para grupos políticos islámicos como la Hermandad Musulmana, que son
vistos por muchos gobernantes en el mundo árabe como sus mayores
amenazas de seguridad nacional.
A
través de una serie de filtraciones estratégicas a los medios de
comunicación por parte de funcionarios anónimos, se ha dicho que Turquía
tiene pruebas de que Khashoggi fue torturado y desmembrado por asesinos
saudíes que volaron en aviones privados. Este martes, Erdogan dijo que el
equipo que llegó a Estambul en tres aviones separados también incluía a
generales.
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