BUENOS AIRES.- La
reunión de ministros de finanzas del G20 en Buenos Aires se convirtió
este lunes en una pulseada entre Estados Unidos, China y la Unión
Europea en torno a los aranceles al acero y el aluminio, sobre un
trasfondo de riesgo de guerra comercial.
La
cita de Buenos Aires ocurre cuando faltan apenas cuatro días para que
entren en vigor el próximo viernes nuevas tasas arancelarias de Estados
Unidos, de 25% para las importaciones de acero y 10% para las de
aluminio.
Los únicos países exentos son Canadá y México, socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
China
y Estados Unidos "se mostraron los dientes" al discrepar en torno a la
redacción del comunicado final que será publicado este martes al término
de la reunión del G20, dijeron fuentes cercanas a la
negociación.
En
tanto, los europeos pidieron a Estados Unidos quedar libres de los
nuevos aranceles, al evocar su alianza con Washington y sostener que no
es Europa el origen del problema, a diferencia de China.
Argentina, que ostenta la presidencia temporal del G20, también hizo una solicitud de exención.
El
ministro francés de finanzas, Bruno Le Maire, sostuvo un encuentro con
el secretario del Tesoro Steven Mnuchin en el que reconoció que hay
sobreproducción de acero, pero dio a entender que la responsabilidad es
de China, como desde hace años le reclaman sus socios del G20.
Sin
embargo, lanzó una advertencia a Washington: "Nadie podría entender que
la UE, a fin de cuentas, no quede exenta en su globalidad de este
aumento de aranceles al acero y el aluminio decidido por Estados
Unidos", dijo el ministro.
Las
declaraciones de Le Maire siguen a las del ministro alemán de Economía
Peter Altmaier, quien apuntó en Washington que Estados Unidos y la UE
podrían conseguir un acuerdo esta semana para el conflicto que enfrentan
sobre los aranceles al acero y el aluminio.
Otro
tema que causa tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea son los
impuestos a las firmas digitales como Google, Amazon, Facebook, o
Twitter, cuyas prácticas de optimización fiscal son a menudo
cuestionadas.
Los
integrantes del G20 no pudieron lograr antes de la reunión de Buenos
Aires un consenso sobre el tipo de imposición fiscal ni a corto ni a
largo plazo, dejando abierta la puerta a medidas unilaterales mientras
se alcanza un acuerdo global.
La
redacción del comunicado refleja las dificultades. Los países del G20
deberían manifestar su "voluntad de trabajar juntos para conseguir una
solución de aquí al 2020", señalaron fuentes de la reunión.
La pregunta es si mencionarán en el texto "sus puntos de vista divergentes", añadieron.
La Comisión Europea debe presentar sus propias medidas el próximo miércoles en Bruselas.
El comisario europeo Pierre Moscovici negó que
la propuesta de pechar a las empresas digitales responda a una
represalia contra Estados Unidos por su anuncio sobre los nuevos
aranceles.
"No
se trata para nada de medidas de represalia ni tampoco de medidas anti
estadounidenses. Era imprevisible que Estados Unidos tomaría las medidas
que anunció hace algunas semanas" sobre el aluminio y el acero, dijo
Moscovici.
"Definimos una estrategia para la fiscalidad de los gigantes digitales en su conjunto; cualquiera sea su nacionalidad", agregó.
Pero
ya la semana pasada Mnuchin había hecho su advertencia. "Estados Unidos
se opone firmemente a las propuestas, del país que sea, que vayan en
contra de las empresas digitales", dijo.
En
este contexto de tensiones, los ministros de las grandes potencias
evitarán una vez más mencionar la palabra "proteccionismo", un término
tabú desde la llegada de Trump a la Casa Blanca hace poco más de un año.
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