PARÍS.- El presidente de Francia, François Hollande, se declaró hoy favorable a "una Europa a varias velocidades", con París
y Berlín como "motor" de "una verdadera política económica de
crecimiento y empleo", y pidió tiempo para aplicar las reformas que
reclama Bruselas.
"Somos favorables a una Europa a varias velocidades, donde la pareja
franco-alemana sea el motor", declaró el presidente francés en la cuarta
gran conferencia de prensa de su mandato, donde abogó por una
"reorientación de Europa" hacia "una verdadera política de crecimiento y
de empleo".
Hollande pidió a Berlín que no exija que Francia concluya en cinco
años las mismas reformas que los "alemanes han hecho en más de diez, con
un contexto más favorable y sin la limitación del déficit público",
lanzó.
"Tenemos que hacer las reformas, ser más competitivos, entablar un
diálogo social, conservar nuestro modelo social, adaptar la trayectoria
de nuestro déficit. Y recordar a Europa que necesita a Francia. Somos la
segunda economía", recordó el presidente francés.
Hollande reivindicó el papel de París en el futuro del continente,
que considera se arriesga a caer en un "escenario de fin del
crecimiento" marcado por la "austeridad presupuestaria conjugada con un
euro elevado y una débil inflación que se agregan al crecimiento
escaso".
En ese sentido, el jefe del Estado francés se felicitó, además, de
que el Banco Central Europeo (BCE) comience a escuchar las tesis
francesas.
"El BCE ha tomado iniciativas, hay efectos sensibles: bajada de los
tipos de interés, un euro que ha vuelto a una paridad más conveniente y
que ha permitido ganar competitividad a Europa" o "una financiación
complementaria para la economía", enumeró.
En su intervención, de algo menos de una hora y antes de dar paso a
la ronda de preguntas, Hollande defendió su política económica, pero
aseguró que los planes de ahorro del Gobierno no irán más allá de los
50.000 millones de euros de recortes prometidos entre 2015 y 2017,
porque supondría "poner en riesgo el crecimiento".
"Podría haber hecho otra elección, con más déficit y más deuda. Elegí
controlar el gasto público. El nivel de gasto del Estado es el mismo
desde hace tres años, a pesar de la inflación, débil, lo reconozco",
añadió.
El jefe del Estado francés, con una tasa de popularidad
históricamente baja y a dos años y medio de las elecciones
presidenciales de 2017, aseguró que llevará su mensaje a Bruselas el
próximo 24 de octubre y hará saber a sus socios europeos que "Europa no
puede vivir de forma duradera con un crecimiento ralentizado cuando hay
tanto paro".
"No se trata de alterar las reglas fijadas sino de utilizar toda la
flexibilidad prevista por los tratados", apuntó Hollande, en su primera
gran intervención sobre economía después de que el Gobierno reconociera
que Francia retrasará dos años, hasta 2017, su objetivo de reducir el
déficit público por debajo del techo del 3 por ciento.
El presidente reconoció que, ante la debilidad de las tasas de
interés, el déficit público "es un punto importante" pero no ha sido su
primera prioridad, y apuntó que va a intentar que se acepte hasta esa
fecha el cumplimiento de ese objetivo en Francia.
"¿Vamos a conseguir que prevalezca nuestro punto de vista? Esa va a
ser la negociación", indicó Hollande, quien dijo no creer que una
economía como Francia, pero también otras, "pueda restablecer a la vez
su competitividad y sus cuentas públicas".
El presidente admitió que Francia "tiene mala reputación desde hace
tiempo" porque sus dos predecesores también solicitaron retrasos a
Bruselas, pero insistió en que su prioridad ha residido en "el empleo,
el crecimiento y la competitividad".
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