WASHINGTON.- El gobierno de Estados Unidos anunció la creación de una nueva Fuerza de Tarea Conjunta en el área de responsabilidad del Comando Sur (SOUTHCOM), con el objetivo de combatir a los cárteles del narcotráfico y frenar el ingreso de drogas hacia territorio estadounidense.
Según el mensaje oficial, ello se debe a una orden del presidente de Estados Unidos, y la prioridad es “acabar con los cárteles, detener el veneno y mantener a Estados Unidos a salvo”.
El anuncio subraya un enfoque de máxima presión sobre las redes criminales que operan en el Caribe y sus rutas de suministro hacia las costas estadounidenses. La declaración fue tajante.
“Si trafican con drogas hacia nuestras costas, los detendremos sin piedad.”
La decisión sitúa al Caribe como frente operativo prioritario en la estrategia antidrogas de Washington dentro del perímetro de SOUTHCOM, que coordina esfuerzos militares y de seguridad con países de la región.
El comunicado no detalla composición, medios involucrados ni calendario de despliegue de la nueva fuerza, elementos que se precisarán en fases posteriores.
En términos operativos, la creación de una fuerza conjunta apunta a integrar capacidades —inteligencia, vigilancia y patrullaje— para interceptar cargamentos y desarticular cadenas logísticas de organizaciones criminales transnacionales. De momento, la comunicación oficial se limita a enfatizar el mandato presidencial y el carácter disuasorio de la medida.
El gobierno de Donald Trump ha intensificado en las últimas semanas su despliegue militar en el mar Caribe, bajo el argumento de una campaña contra el narcotráfico, pero analistas y oficiales consultados por el New York Times coincidieron en que el verdadero objetivo es aumentar la presión para sacar del poder al presidente venezolano Nicolás Maduro.
La presencia estadounidense en la región incluye ocho buques de guerra, un submarino de ataque, varios aviones de vigilancia P-8 y diez cazas furtivos F-35, trasladados recientemente a Puerto Rico para disuadir sobrevuelos de la aviación venezolana y estar listos en caso de que Trump ordene ataques aéreos. En total, unos 4,500 militares forman parte de la operación, según fuentes del Pentágono.
Desde comienzos de septiembre, el ejército norteamericano ha destruido varias embarcaciones que, según Washington, transportaban drogas hacia Estados Unidos.
Sin embargo, el gobernante venezolano denunció que se trató de un “crimen atroz” contra civiles desarmados, acusando a la Casa Blanca de querer iniciar una guerra.
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