
Como es habitual en los últimos años, el desaforado crecimiento urbanístico en el que se mueve la provincia alicantina vuelve a reflejarse en los impuestos que deben llenar las arcas de los municipios alicantinos.
El IBI es, de hecho, la principal partida que ya está al cobro y que podrá abonarse hasta el próximo 5 de octubre. En total, de acuerdo a los datos de Suma, deberán gestionarse durante ese periodo un total de 260 millones de euros, quince más que en 2006, y cerca de un millón doscientas mil unidades urbanas - un término técnico que, más o menos, es equiparable a una vivienda - , alrededor de cincuenta mil casas más que durante el ejercicio anterior que, de esta manera, tributarían por vez primera.
Del IAE se pondrán al cobro cantidades por valor de 18 millones de euros, de otros impuestos quince y de las derramas correspondientes a las comunidades de regantes 1,5 millones. .- (EPI)
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