BOGOTÁ.- El coronavirus avanza 
inexorable en América Latina, con cerca de 640.000 casos y más de 35.000
 muertos, dejando oscuros pronósticos en materia económica y de empleo, 
mientras Europa regresa lentamente a la vida y China se dispone a cantar
 "victoria" contra el virus.
El número de casos en el mundo se 
multiplicó por dos en un mes, con una aceleración impresionante de los 
contagios en América Latina y el Caribe, superando este jueves los cinco
 millones de infectados, según el último recuento basado en 
fuentes oficiales.
El aumento exponencial de casos en Brasil (310.087, el 
doble que hace nueve días), en Perú (108.769), México (56.594) y Chile 
(57.581) impulsan el avance de la covid-19 en Latinoamérica.
La 
pandemia dejará 11,5 millones de nuevos desempleados en 2020 en América 
Latina, un aumento de 3,4 puntos porcentuales, lo cual llevará el número
 total de desocupados a 37,7 millones de personas, según un informe de 
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la 
Organización Internacional del Trabajo presentado este jueves en 
Santiago.
La contracción económica 
en la región será de un 5,3% este año -la peor desde 1930- y tendrá 
"efectos negativos" sobre la tasa de desocupación, que pasará de un 8,1%
 en 2019 a un 11,5% en 2020, según el reporte.
Estados Unidos, en 
tanto, alcanzó los 38,6 millones de pedidos de subsidio por desempleo 
desde mediados de marzo, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, 
advirtió de la "fuerte probabilidad" de más ayuda tras los tres billones
 de dólares ya inyectados a la economía.
El presidente Donald Trump, que presiona por una mayor 
reactivación de la economía, anunció que las banderas estadounidenses 
ondearán a media asta durante tres días en los edificios del gobierno 
para honrar a las víctimas de la covid-19, que ha dejado casi 94.000 
muertos desde el inicio de la pandemia. 
Brasil, uno de los países
 en que la pandemia crece más deprisa, superó este jueves los 20.000 
muertos por coronavirus, tras alcanzar un récord diario de 1.188 
fallecidos. 
El gigante sudamericano es, además, el tercer país en
 número de afectados, con 310.087 casos, por detrás de Estados Unidos y 
Rusia. La cifra de contagios podría ser, sin embargo, hasta 15 veces 
mayor, debido a la dificultad de tener estadísticas precisas por la 
falta de test, según analistas.
La crisis se produce en un contexto de fuerte confusión 
política, debido a las desavenencias entre la mayoría de los 
gobernadores, favorables a medidas de confinamiento, y el presidente de 
ultraderecha Jair Bolsonaro, que las critica debido a su impacto 
económico.
Las dos partes buscaron una tregua este jueves durante 
una teleconferencia en la cual Bolsonaro y el gobernador de Sao Paulo, 
Joao Doria, trataron de bajar el tono a la confrontación.
"Brasil 
precisa estar unido. La existencia de una guerra, como se llegó a decir 
aquí, nos confronta a todos a una derrota. Vamos en paz, presidente, 
vamos por Brasil y vamos juntos", declaró Doria, que en días anteriores 
llegó a decir que el país enfrentaba al mismo tiempo al coronavirus y al
 "bolsonarovirus".
En el mayor cementerio de América Latina, en 
Sao Paulo, el ritmo es frenético. "Nuestro promedio era de 30-35 
[entierros] diarios; un día fuerte, 45. Actualmente estamos enterrando a
 60", dice James Alan, supervisor de uno de los equipos de sepultureros 
del camposanto de Vola Formosa.
En Perú, que supera los 
108.000 contagios y las 3.000 muertes, la Defensoría del Pueblo advirtió
 que los hospitales de Lima están a punto de colapsar y denunció que 
faltan equipos médicos, personal, camas, ventiladores, oxígeno, entre 
otros insumos.
"Es como una película de terror, adentro (del 
hospital) parece como un cementerio por los cadáveres, los pacientes 
mueren en sus sillas, (o) en sillas de ruedas", dijo el 
enfermero Miguel Armas, del hospital Hipólito Unanue de Lima.
Chile, que recibió a la pandemia tras seis meses de crisis
 social que golpeó duramente su economía, se acerca a los 60.000 casos y
 las protestas en Santiago se han extendido para denunciar la falta de 
alimentos.
"Se trata de una batalla descomunal de la cual nadie 
puede desmarcarse", dijo el ministro de Salud Jaime Mañalich, quien 
advirtió que el aumento de los casos "va a provocar presión en la red 
asistencial" en los próximos días.
Mañalich instó además a 
respetar la cuarentena y a superar diferencias políticas y 
polarizaciones, en medio de una profunda desconfianza en el gobierno de 
Sebastián Piñera.
Ecuador, severamente afectado con casi 35.000 
casos y casi 3.000 muertos, comenzó el miércoles su desconfinamiento, 
pero enfrenta un nuevo problema: dos tercios de los presos de una 
prisión están contagiados.
En tanto, cientos de transportistas 
bloqueaban rutas en Honduras en demanda de un bono para subsistir ante 
el toque de queda implantado por el gobierno para contener la 
propagación del coronavirus.
Guatemala, donde una nueva ley obliga
 a proporcionar servicios básicos públicos y privados ante la pandemia, 
recriminó a Estados Unidos la deportación de migrantes enfermos de 
covid-19.
En España es obligatorio 
llevar mascarillas, a partir de los seis años de edad, en todos los 
lugares públicos, empezando por la calle, cuando no se pueda mantener la
 distancia social.
Este jueves, en la calle Alcalá, en el centro de Madrid, 
la casi totalidad de los viandantes llevaban su mascarilla puesta, como 
se ha observado ya en las últimas semanas en la capital española.
El presidente del 
gobierno, el socialista Pedro Sánchez, consiguió el miércoles una nueva 
prórroga del estado de alarma contra la pandemia hasta el 6 de junio, en
 un Parlamento muy dividido.
En Italia, donde un balance 
actualizado revela que el coronavirus dejó un total de 32.000 muertos, 
el fin del largo encierro y el clima primaveral permitía a sus 
habitantes volver al rito del aperitivo en plazas y terrazas, alarmando a
 las autoridades ante un posible nuevo brote.
"¡Este no es el momento de la fiesta ni de la movida, 
porque la curva puede volver a subir!", advirtió el primer ministro, 
Giuseppe Conte.
En China, donde la 
epidemia apareció oficialmente en diciembre en la ciudad de Wuhan, los 
3.000 diputados de la Asamblea Nacional Popular (ANP) se reúnen para la 
gran cita anual del régimen comunista del presidente Xi Jinping.
En
 esta sesión parlamentaria, que se celebra con varias semanas de retraso
 debido a la pandemia, Xi "proclamará la victoria total frente al 
virus", anticipa la politóloga Diana Fu, de la Universidad de Toronto 
(Canadá).
En China, donde la epidemia apareció oficialmente en 
diciembre en la ciudad de Wuhan, los 3.000 diputados de la Asamblea 
Nacional Popular (ANP) se reúnen para la gran cita anual del régimen 
comunista del presidente Xi Jinping.
En esta sesión 
parlamentaria, que se celebra con varias semanas de retraso debido a la 
pandemia, Xi "proclamará la victoria total frente al virus", anticipa la
 politóloga Diana Fu, de la Universidad de Toronto (Canadá).
El presidente estadounidense Donald Trump acusa a China de ser responsable de una "matanza de magnitud mundial". 
Pekín
 no dudará en tomar "medidas de retorsión" si el Congreso estadounidense
 adopta sanciones, advirtió el portavoz del parlamento, Zhang Yesui.
En
 tanto, el primer ministro japonés Shinzo Abe anunció el levantamiento 
del estado de urgencia en tres regiones del oeste del país donde se 
había impuesto en abril para luchar contra el coronavirus.