BERLÍN.- La apuesta del ministro de Finanzas alemán por iniciar las 
conversaciones sobre la reforma bancaria europea fue frenada el 
miércoles por el Gobierno, cuyo portavoz dijo que aún no había 
conseguido el apoyo de los socios de la coalición en Berlín. 
Olaf Scholz, socialdemócrata, había esbozado cambios para que la zona
 euro completara su atascada reforma de la unión bancaria, ofreciendo 
una concesión clave por parte de Alemania: el apoyo condicional a un 
sistema paneuropeo de protección de los depósitos. 
Pero un 
portavoz del gobierno dijo que aún no se había discutido con los socios 
del gobierno. Los socialdemócratas forman una frágil coalición con los 
democristianos conservadores de Angela Merkel, cuyo visto bueno es 
necesario para que Alemania cambie de táctica. 
La oferta de 
Scholz fue diseñada para romper un punto muerto en una reforma a tres 
bandas suscrita por los líderes de la Unión Europea en 2012 para 
apuntalar a los bancos de la región y prevenir una repetición de la 
crisis de la deuda. 
Los dos primeros pilares, hacer que el Banco 
Central Europeo ejerza de supervisor y crear una agencia y un fondo para
 cerrar los bancos en dificultades, ya están en marcha. Pero el tercer 
elemento crítico, un sistema único de garantía de depósitos, ha sido 
bloqueado por Alemania. 
“Ya no podemos permitirnos un bloqueo”, 
dijo Scholz a una audiencia en Fráncfort, la capital financiera de 
Alemania. “Es hora de un gran avance”.  
Pero el intento de Scholz de reanudar las conversaciones después de años de estancamiento fue acogido con tibieza. 
En
 declaraciones a periodistas, el portavoz del gobierno Steffen Seibert 
dijo que el asunto aún no había sido discutido por el gobierno. 
Seibert describió la propuesta como una “aportación al debate” y se negó a decir que se trataba de una política gubernamental. 
En
 una conferencia celebrada en Fráncfort, el jefe de supervisión del 
Banco Central Europeo, Andrea Enria, dijo a los asistentes que no 
esperaba que en su mandato, que finaliza en 2023, se pusiera en marcha 
un plan de este tipo para proteger a los ahorradores. 
Esbozando 
su plan, Scholz había dicho que en caso de quiebra de un banco, se 
aplicaría un mecanismo de tres pasos. En primer lugar, se utilizaría el 
dinero del sistema nacional de garantía de depósitos. 
Si esos 
fondos se agotan, un nuevo fondo europeo de seguro de depósitos 
proporcionaría una liquidez adicional limitada a través de los 
préstamos. Más allá de eso, el país de origen del banco en quiebra 
tendría que intervenir. 
La sugerencia de Scholz puede ser difícil
 de aceptar para los conservadores del gobierno de coalición de Berlín, 
que ha estado perdiendo terreno frente al partido euroescéptico 
Alternativa para Alemania. 
Un alto cargo de la zona euro dijo que
 era “cautelosamente optimista, agregando: “Por primera vez en años, los
 países están moviendo sus líneas rojas.” 
Las normas de la UE 
garantizan ahora depósitos de hasta 100.000 euros, una provisión 
destinada a reforzar la confianza en los bancos tras años de crisis en 
los que se produjeron varios rescates. 
Sin embargo, los sistemas 
nacionales para asegurar a los depositantes se consideran inadecuados 
para hacer frente a una importante crisis bancaria. Los responsables 
políticos de la zona euro creen que la mejor garantía sería un mecanismo
 de apoyo de la UE, financiado por todos los bancos de la UE. 
Algunos grandes bancos alemanes como Deutsche Bank y Commerzbank acogieron con satisfacción la propuesta de Scholz. 
“El momento de la iniciativa se ha elegido sabiamente”, dijo Martin Zielke, director general de Commerzbank. 

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